sábado, 30 de octubre de 2021

Leyenda de Jack O'lantern.

El origen de las famosas calabazas talladas viene de una leyenda de origen celta (a caballo entre irlanda y escocia) sobre jack "el tacaño" (stingy jack en el original inglés), un granjero que engañaba y mentía a vecinos y amigos, esta conducta le granjeó toda clase de enemistades pero también una reputación de persona tan malvada que rivalizaría con el mismísimo satanás.

Hace muchos años, en la noche de brujas, un hombre conocido como Jack el tacaño, tuvo la mala fortuna de encontrarse cara a cara con el mismísimo diablo en una taberna. el diablo, a quien llegó el rumor de tan negra alma, acudió a comprobar si efectivamente era un rival de semejante calibre.

Disfrazado como un hombre normal acudió al pueblo de éste y se puso a beber con él durante largas horas, revelando su identidad tras ver que en efecto era un auténtico malvado. cuando lucifer le dijo que venía a llevárselo para pagar por sus pecados, Jack le pidió una ronda más juntos como última voluntad ofreciéndole su alma, el diablo se lo concedió pero al ir a pagar ninguno de los dos tenía dinero, así que Jack retó a lucifer a convertirse en una moneda para pagar la ronda y demostrar sus poderes. El diablo aceptó y se convirtió en una moneda para pagar al camarero, pero Jack decidió rápidamente quedarse la moneda guardándola en su bolsillo junto a una cruz de plata y así impedir que el diablo se liberara y que adoptase de nuevo su forma original hasta que prometiera no pedir su alma en diez años. El diablo no tuvo más remedio que aceptar.

Diez años más tarde, Jack y el diablo se encontraron en un bosque para saldar su deuda. El diablo estaba dispuesto a llevarse consigo su alma, pero Jack pensó rápido y dijo: "Como último deseo... ¿Podrías bajarme aquella manzana situada en lo alto del árbol?, para así tener su última comida antes de su tormento. El diablo pensó que no perdía nada, y de un salto llegó a la copa del árbol, pero antes de que el diablo se diese cuenta, Jack marcó rápidamente una cruz en la corteza del árbol. entonces el diablo no pudo bajar. Jack le obligó, una vez más, a prometer que jamás le pediría su alma nuevamente. El diablo no tuvo más remedio que aceptar y jack se vio libre de su amenaza.

Murió unos años más tarde, Jack se preparaba para ir al cielo pero fue detenido en las puertas de San Pedro, impidiéndosele el paso pues no podían aceptarle por su mala vida pasada, siendo enviado al infierno. para su desgracia allí tampoco podían aceptarlo debido al trato que había realizado con el diablo, y éste le expulsó de su reino "¿Adónde iré ahora?", preguntó Jack, y el diablo le contestó: "Vuelve por donde viniste", le condenó a deambular un eterno vagar entre los reinos del bien y del mal. El camino de regreso era oscuro y frío, no se podía ver nada, el diablo le lanzó a Jack un trozo de carbón encendido desde el mismísimo infierno, para que pudiera guiarse en la oscuridad, Jack lo puso en un nabo que había vaciado para que no se apagara con el viento.

Con el paso del tiempo jack el tacaño fue conocido como jack el de la linterna o "jack of the lantern", nombre que se abrevió al definitivo "jack o'lantern". esta es la razón de usar nabos (y más tarde calabazas, al ser más grandes y fáciles de tallar) para alumbrar el camino a los difuntos en halloween, y también el motivo de decorar las casas con estas figuras horrendas (para evitar que jack llamase a la puerta de las casas y proponer truco o trato)

Ahora Jack vaga sin rumbo con su linterna para toda la eternidad.

Los irlandeses solían utilizar nabos para fabricar sus "faroles de Jack", pero cuando los inmigrantes llegaron a Estados Unidos advirtieron que las calabazas eran más abundantes que los nabos. Por ese motivo, surgió la costumbre de tallar calabazas para la noche de Halloween y transformarlas en faroles introduciendo una brasa o una vela en su interior. El farol no tenía como objetivo convocar espíritus malignos sino mantenerlos alejados de las personas y sus hogares.



Autor: Desconocido.




sábado, 23 de octubre de 2021

Abuelos.

Una tarde de Primavera estaba el abuelo trabajando en la huerta cuando vio llegar un coche que anunciaba:

¡ Esta noche habrá fiesta en la plaza del pueblo!

¡ Venid todos a bailar con los mejores músicos del país !

-¿ Has oído Manuela ?¡ Esta noche tenemos baile !

- Si Manuel, pero yo no voy, ya no soy una niña para andar de fiesta en fiesta.

El abuelo no dijo nada, miro al Sol que estaba a punto de esconderse en el horizonte, y se agacho a por una margarita que crecía entre la hierba, después se fue a donde estaba la abuela, le dio la flor y dijo:

- Pero tu eres muy bonita Manuela, ¡ Eres tan bonita como el sol !

La abuela sonrió y fue a mirarse al espejo.

- Eso no es verdad, yo soy fea como una gallina sin plumas -dijo ella, prendiéndose la margarita en el pelo.

-¡ No digas eso mujer ! Tu eres bonita como el sol. ¡ Y haz el favor de apurar, que tenemos que ir a bailar !

La abuela fue al baño y de una bolsa saco un lápiz.

-¿ Que vas hacer con ese lápiz ?- pregunto el abuelo.

- Voy a pintarme los ojos, que los tengo tristes como una noche sin Luna.

-¡ No digas eso mujer ! Tu eres tan bonita como el sol, con tus ojos tristes como las estrellas de la noche y tus pestañas cortas como hierba recién segada. ¡ Y haz el favor de apurar, que tenemos que ir a bailar !

La abuela volvió a sonreír y de la estantería saco un bote.

-¿ Que vas hacer con ese bote ?

- Voy a ponerme crema en la piel, que la tengo arrugada como un higo seco.

-¡ No digas eso mujer ! Tu eres tan bonita como el sol, con tus ojos tristes como las estrellas de la noche y tus pestañas cortas como hierba recién segada y tu piel arrugada como las nueces de una tarta. ¡ Y haz el favor de apurar, que tenemos que ir a bailar !

La abuela volvió a sonreír, dejo el bote y saco una barra de labios.

-¿ Que vas hacer con esa barra ?

- Voy a darle brillo a mis labios, que los tengo secos como la tierra de los caminos.

-¡ No digas eso mujer ! Tu eres tan bonita como el sol, con tus ojos tristes como las estrellas de la noche y tus pestañas cortas como hierba recién segada y tu piel arrugada como las nueces de una tarta, y tus labios secos como la arena del desierto. ¡ Y haz el favor de apurar, que tenemos que ir a bailar !

La abuela sonrió, fue a la mesilla de noche y saco un frasco del cajón.

-¿ Que vas hacer con ese frasco ?

- Voy a teñirme el pelo, que lo tengo gris como una nube de Otoño.

-¡ No digas eso mujer ! Tu eres tan bonita como el sol, con tus ojos tristes como las estrellas de la noche y tus pestañas cortas como hierba recién segada y tu piel arrugada como las nueces de una tarta, y tus labios secos como la arena del desierto y tu pelo blanco como una nube de verano. ¡ Y haz el favor de apurar, que tenemos que ir a bailar !

La abuela sonrió, fue al armario y saco una falda.

-¿ Que vas hacer con esa falda ?

- Voy a esconder estas piernas, que las tengo flaquillas como agujas de calceta.

-¡ No digas eso mujer ! Tu eres tan bonita como el sol, con tus ojos tristes como las estrellas de la noche y tus pestañas cortas como hierba recién segada y tu piel arrugada como las nueces de una tarta, y tus labios secos como la arena del desierto y tu pelo blanco como una nube de verano y tus piernas flaquitas como las de una golondrina. ¡ Y haz el favor de apurar, que tenemos que ir a bailar !

La abuela colgó la falda, se fue a lavar la cara y sonrió delante del espejo, después se agarro del brazo del abuelo y los dos se fueron hacia el baile. Cuando llegaron, los músicos ya estaban tocando en el palco y todo el mundo bailando.

El abuelo tomo a la abuela por la cintura y se pusieron a bailar, después miro profundamente a los ojos de la abuela y le dijo:

- Manuela, tienes los ojos tristes y hermosos como las estrellas de la noche.

Entonces la abuela miro dentro de los ojos del abuelo, y vio que también el tenia...los ojos tristes como las estrellas de la noche, y las pestañas cortas como la hierba recién segada, y la piel arrugada como las nueces de una tarta, y los labios secos como la arena del desierto, y el pelo blanco como una nube de verano, y las piernas flaquitas como las de una golondrina.

La abuela se agacho a por una margarita, la prendió en el chaleco del abuelo y se acurruco en su pecho. Después miro el cielo, volvió a mirar a los ojos del abuelo y sin dejar de bailar le dijo:

-¡ Manuel, eres tan bonito como la Luna !


Autor: Desconocido.

sábado, 16 de octubre de 2021

Cartas convictas.

Era una cortesana de pelo largo castaño oscuro y ojos negros profundos, su belleza era conocida en todo el condado pero mas conocida era su tristeza que arrastraba desde tiempo atrás. Un buen día se decanto por un caballero al que solo conocía de oídas en las celebraciones de la noble corte. Sus hazañas, su caballerosidad y su sensibilidad estaban en boca de todo el mundo y ella quedo fascinada de las historias acerca de aquel supuesto caballero apuesto y misterioso, aunque mas que fascinación, sintió curiosidad y se aventuro a escribirle. El intercambio de cartas era cada vez mas frecuente, sus escritos iban tomando contenido alentador, palabras complacientes, música y poema para su audición, revelaciones y compromisos íntimos y profundos que ella anhelaba muchísimo.

Pasaba el tiempo y aquellas palabras tomaban ternura, los escritos sensualidad y aquel amor desconocido se convirtió real. Una noche lluviosa ella le cito en un lugar seguro y observaba a través de la ventana de su oculta morada la llegada de su amado, le veía acercarse hacia su portón galopando sobre su caballo andaluz. Ella se escondió detrás de las cortinas de la antesala de sus aposentos para oír la llegada de su amado, quería observar previamente su físico, aunque ese detalle poco le importaba, ya le quería antes de conocerle. El amante golpeo suavemente la puerta y la doncella le abrió, le hizo pasar hacia los aposentos de las cortesana y por primera vez se vieron la cara.

El caballero que tanta valentía derrochaba en sus cartas quedo inmóvil sujetando la cortina, no sabia que hacer ante tanta belleza y ella tomo la decisión. Le cogió de la mano, le introdujo en sus aposentos y le beso tiernamente. Un temblor se apodero de su cuerpo vigoroso a la vez que su corazón latía frenéticamente, no quería soltarla, deseaba con ansiedad ese momento y ella, después de todas aquellas cartas, estaba convencida de que sus palabras no solo eran letras escritas con una tinta mediocre, eran sentimientos trasladados a poesía y plasmados con amor febril sobre un papel fino y suave, tan delicado como ella.

Le llevo lentamente sin separar sus labios y sus cuerpos hacia el lecho, se recostaron y el comenzó a desabrochar lentamente los lazos de su camisón de seda negro, lo retiro espalda abajo y comenzó un juego de caricias y besos suaves. Ella sentía un escalofrío recorrer su delicada piel, le gustaba, disfrutaba de la ternura y sensibilidad con que la acariciaba su amado, cada vez sentía mas deseo de descubrir la pasión de sus escritos de una forma mas intensa, mas profunda.

Aquellas palabras alentadoras que nacieron a través de unas cartas inocentes fueron forjando un amor verdadero, pero también un amor maldito, ese amor a ojos del mas allá estaba manchado, no eran libres y el destino jamas les dejo reunirse de nuevo.

Esta es la leyenda de los amantes, aunque predestinados, incumplieron una promesa y cometieron pecado. Jamas pudieron vivir su amor libremente, estaban encadenados a su libertad, muertos en vida. El amor que se profesaban les llevo a la locura y posterior muerte.

Cuenta la leyenda que sus espíritus vagan por la eternidad escribiendo cartas convictas destinadas a sus iguales.



Autor: Desconocido.



sábado, 9 de octubre de 2021

Un cuento para Mario.

Había una vez un niño, un niño soñador, de los que parece siempre en Babia. Él era feliz en su mundo creado para sí mismo, donde hadas, elfos y brujas andaban a sus anchas.

Un día vio llorar a su padre y eso lo descompuso, ya que la tristeza no cabía en él. Se sintió, a su vez, muy triste, y esa noche cuando su padre terminó el cuento que todas, todas las noches le acompañaba a dormir le preguntó.

—Papá ¿Por qué lloran los papás?

—Mario, la vida no es como la sientes de niño, la vida es correr para no llegar y en la carrera, dejarte la propia vida.

La explicación dio que pensar a Mario que a partir de ese día empezó a fijarse en la vida de sus padres. Observó que se levantaban temprano, iban a trabajar, le llevaban al colegio, hacían los trabajos de casa, lo llevaban al médico cuando enfermaba, a natación,…y muy, muy de vez en cuando, veía a sus padres reír juntos y abrazarse…y comprendió lo que quería decir su padre.

Estaban tan atareados que no podían hacer las cosas que a ellos les gustaban.

Mario —preocupado— se lo contó a Atergo —el duende—, que a su vez se lo contó a Nebrisa —la diosa de los sueños— que consultó con Recartes.

Recartes era el brujo que todo lo sabía, porque era el más viejo y el que tenía la barba más larga. Y eso, es importante en el mundo que gobierna a los niños: la barba.

Recartes pensó y pensó, hasta que dio una solución que haría que su padre no volviera a llorar.

Nadie sabe lo que ocurrió, pero al día siguiente todos los relojes del mundo desaparecieron. Al principio fue un caos pues nadie sabía cuando empezaba el trabajo, ni cuando terminaba, ni a qué hora era la comida, ni cuando levantarse, o cuando terminaba un lunes y empezaba el martes.

Pero poco a poco la vida empezó a regirse sin tiempo, se comía cuando se tenía hambre y se trabajaba cuando se tenía algo que hacer. No había prisa ya que el tiempo no existía.

Y así el padre de Mario nunca volvió a llorar.




Autor: Desconocido.




sábado, 2 de octubre de 2021

Una simpática Dama.

Una simpática dama de la tercera edad decidió regalarse para su cumpleaños una noche en uno de los hoteles más caros de su ciudad.  

Cuando a la mañana siguiente se acercó a pagar la cuenta , el recepcionista le entregó una factura de...  350 dólares!!!

Ella explotó de ira y exigió saber por qué la cuenta era tan alta. "Es un buen hotel pero las habitaciones sin duda no valen 350 dólares por pasar una noche y sin desayuno."

 El empleado le dijo que $ 350 era la "tarifa estándar", por lo que insistió en hablar con el gerente.

El gerente apareció y advertido por el empleado de recepción anunció: “El hotel tiene una piscina de tamaño olímpico y un gran centro de conferencias, que están disponibles para su uso".

"Pero yo no los usé", dijo.

''Bueno, ellos están aquí, y usted pudo usarlos ", explicó el gerente.

Luego pasó a explicar que ella también podría haber visto uno de los espectáculos internacionales del hotel por lo cual  es famoso. "Los mejores artistas internacionales se presentan aquí", dijo el gerente.

"Pero yo no fui a ninguno de esos shows", dijo.

"Bueno, nosotros los tenemos, y usted los hubiera podido ver", contestó el gerente.


El gerente no se inmutó, por lo que la viejecita decidió pagar con un cheque y se lo entregó.

El gerente se sorprendió cuando vio el cheque.

"Pero señora, este cheque sólo está hecho por $ 50."

''Eso es correcto. Yo le he descontado $ 300 por acostarse conmigo...", respondió ella.

"¡¡¡Pero no lo hice!!!", exclamó el gerente muy sorprendido.

"Bueno, pero... yo estaba aquí, y usted podría haberlo hecho."  


Autor: Desconocido.