sábado, 13 de junio de 2020

Leyenda del Café.


Cuenta la leyenda ….

Por el año seiscientos vivió en Etiopía un pastor llamado Kaldi. Cierto día que cuidaba su rebaño de cabras notó que los animales desarrollaban una conducta extraña. Nerviosamente iban y venían, subían y bajaban, en un estado de agitación que se prolongó todo el camino de regreso y persistió durante una noche, que se volvió interminable.

Sólo a la mañana siguiente el rebaño pareció calmarse y fue así como siguió con mansedumbre al amodorrado pastor hasta las zonas de pastura. Hasta que unas cerezas tentadoras detuvieron su paso, y luego de mordisquearlas, las cabras retomaron su conducta nerviosa del día anterior.

Kaldi observó las plantas que aparentemente habían causado el cambio en su rebaño y probó con cautela una hojita y un fruto. Lo primero que percibió fue que no se trataba de un arbusto de cerezas, y que el sabor no era tan agradable como el que esperaba. Pero también sintió que el cansancio producido por la larga noche de insomnio se había desvanecido y era remplazado por una energía que lo impulsaba a la acción.

Kaldi tomó consigo unas ramas florecidas y encabezó la marcha hacia un monasterio que se encontraba a pocos kilómetros. A paso vivo lo seguía su rebaño. Al llegar a la casa religiosa, el pastor fue introducido a presencia del Abad, mientras sus animales quedaban al cuidado de unos desorientados monjes.

Informado del descubrimiento, el Abad llevó a Kaldi a la cocina, y prudentemente hirvió una rama con algunos frutos rojos. Pero cuando probó el gusto de ambos, le pareció tan desagradable que en un impulso arrojó el atado entero sobre el fuego. La cocina se vio invadida de un aroma delicioso
que indujo al Abad a hacer una nueva prueba. Tomó el fruto tostado y preparó una infusión que, con su perfume cálido atrajo a un grupo de monjes a la cocina.

Así nació el café, de Etiopía al mundo, probado por unas cabras, descubierto por un pastor, tostado por un Abad, celebrado por unos monjes, que nunca pudieron imaginar que ese enérgico sabor se seguiría prolongando durante siglos.











18 comentarios:

  1. Hoy aunque haya pasado un día toca Felicitarte y darte dos buenos besotes muak , muakk..
    Y ahora como siempre te digo que es preciosa la leyenda que nos cuentas y siempre con esa moraleja que desprenden.
    Espero que lo hayas pasado genial .

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  2. Buena historiala del café, que despierta a medio mundo. Con muchos metodos sofisticados para mejorar su sabor. Hasta llegar a hacerselo comer a otros animales, las civetas, para tras su tránsito interno, dejar ir unas perlas peculiarmente aromatizadas.
    Besos

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  3. Bonita leyenda, del delicioso café.
    Un abrazo muy grande.

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  4. ¡Qué curioso!Es una leyenda preciosa. No sé la parte de verdad que tendrá pero el olor del café es delicioso. A mí no me gusta beberlo pero si olerlo.
    Un abrazo

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  5. Conocía la leyenda, pero me ha gustado mucho volver a recordarla.
    Besos

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  6. Precioso, Pilar...Viene de Etiopía con ritmo, olor y sabor. El café apreciado por todo el mundo, pero hay que tener cuidado, porque su uso altera los nervios y es mejor tomarlo descafeinado.
    Mi gratitud y mi abrazo por tus buenas historias, amiga.

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  7. Bonita leyenda que de verdad me ha gustado mucho y eso que del café sólo me agrada su olor, nunca lo tomo.Besicos

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  8. Hermosa tu escritura. Tiempo sin leerte y me alegro haberlo vuelto a hacer. Un besito!

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  9. Que hermosa leyenda, nos dejaste
    a mi me encanta el café y ese
    aroma tan delicioso.

    Besitos dulces
    Siby

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  10. Esta leyenda me encanta, saludos amiga.

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  11. Es una leyenda preciosa!
    Muchos besos.

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  12. Fíjate querida Piruja, que a mi no me quita el sueño ni el café. Siempre estoy en los brazos de Morfeo...
    Un beso guapa.

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  13. Agradezco ese descubrimiento. Un beso

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  14. Hola Piruja.. Que buena la explicación del origen del café, había oído lo del pastor etiope, pero es que lo explicas sensacionalmente..
    Nada.. te invito a un buen café etiope, o no, pero eso si nada de Nespresso..jeje.
    Un abrazo..

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  15. Qué sería de mí sin el aroma de una buena taza de café...Me encantó la historia que nos regalas
    Un abrazo amiga.

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  16. ¡Hola, Pirujiña!

    Qué bonito relato, amiga, a mí que no me falte mi taza de café, así que me levanto lo primero que hago es irme a la cocina a prepararlo aún medio dormida no despejo hasta tomarlo, sin mi café no soy nada.

    Me alegra mucho saber de ti. Esta pandemia hizo mucho daño, tanto a los que afectan directamente como a los que nos afecta indirectamente. Ojalá que esta pesadilla desaparezca de nuestras vidas pronto y para siempre. ¡Que así sea!
    Ha sido un placer pasar por tu bello rincón, un abrazo y mi gratitud.

    Quiero decirte que nuestra amiga Kasioles está bien. Le afecta la situación como a todo el mundo y tenía ganas de escribir. No sé cuándo, pero volverá. Se echa de menos.

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  17. Me comería a besos al pastor y al Abad, Piruja, porque me encanta el café sólo. Ni un día paso sin él. Besos y ¡Feliz Verano!

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