Hola amigos, hace tiempo que no pongo la vida de grandes personas que lucharon por los derechos de las personas u otras cosas, asique hoy os dejo la vida de esta gran mujer, espero que os guste y no os canséis al ser tan larga, gracias a todos:).
Carmen de Burgos y Seguí, también conocida por el pseudónimo de
Colombine, nació el 10 de diciembre de 1867 en la localidad almeriense de Rodalquilar donde su padre ejercía como vicecónsul de Portugal, muriendo en Madrid el 9 de octubre de 1932. Con tan sólo diecisiete años Carmen se casó con un periodista doce años mayor que ella, Arturo Álvarez Bustos. Este era hijo del gobernador civil de Almería, quien además tenía en propiedad la tipográfica que imprimía el principal diario de la capital, lo cual permitió a Carmen familiarizarse con el mundo de la prensa desde joven. El matrimonio constituyó una desilusión desde el primer momento para Carmen. Su matrimonio fue dramático pues no sólo perdió a dos de los tres hijos que tuvo con su marido sino que éste pronto desató su agresividad sobre Carmen que sufrió malos tratos constantes. Para sorpresa de todos, Carmen de Burgos decidió un día dejarlo todo y, puesto que el divorcio no estaba aún legalizado en España, abandonó su casa y se marchó a Madrid con su hija dispuesta a empezar una nueva vida.
Con gran esfuerzo y determinación, Carmen de Burgos se había estado preparando para conseguir el título de maestra y cuando lo consiguió decidió dar un salto al vacío. En junio de 1895 obtiene la titulación de maestra de Enseñanza Elemental Primaria y en 1898 la de Enseñanza Superior, en Madrid. En 1901 obtiene plaza mediante oposición en la Escuela normal de Maestras de Guadalajara. En 1901 se fue con la pequeña María a Madrid y a los pocos meses obtuvo una plaza en una escuela de Guadalajara. Aceptó el puesto para poder ganarse la vida pero lo que en verdad quería era dedicarse a la escritura. Así que, además de dar clases, Carmen empezó a publicar colaboraciones esporádicas en prensa. Poco a poco sus escritos fueron apareciendo en cabeceras como El País o ABC.

A partir de 1902 colaboró con el períodico El Globo en el que escribía una columna titulada Notas femeninas que analizaba asuntos como ‘La mujer y el sufragio’ o ‘La inspección de las fábricas obreras’. , , Era la primera vez en España que una mujer fuera reconocida como periodista profesional. En su columna Carmen de Burgos trataba de modas y modales pero introducía ideas que ya se estaban popularizando en otros países europeos. Hizo campaña para que se legalizara el divorcio, lo que le valió la admiración de Giner de los Ríos y Blasco Ibáñez, pero ataques por parte de la Iglesia y de los sectores conservadores que buscaron desacreditarla. En 1903 Augusto Suárez de Figueroa fundó el Diario Universal y la contrató para llevar una columna diaria titulada Lecturas para la mujer donde empezó a firmar con el pseudónimo
"Colombine" sugerido por el propio editor
. En 1905 consiguió una beca del Ministerio de Instrucción Pública para estudiar los sistemas de enseñanza de otros países, y viajó durante casi un año por Francia, Italia y Mónaco.
A finales de 1906 retomó su labor docente y periodística y lanzó una campaña en El Heraldo de Madrid a favor del sufragio femenino con una columna titulada
El voto de la mujer. Al año siguiente, con la llegada al gobierno del conservador Antonio Maura, el ministro de Instrucción Pública Rodríguez-San Pedro la destinó a Toledo para alejarla de Madrid, según su biógrafa Concepción Núñez. Seguía volviendo a su casa de Madrid todos los fines de semana para animar la tertulia literaria que había creado a su regreso de Francia,
‘La tertulia modernista’. Aquella reunión semanal de escritores, periodistas, músicos, artistas plásticos, poetas y artistas extranjeros de paso por Madrid se mantuvo varios años y estuvo en el origen de la Revista crítica.
Allí conoció a Ramón Gómez de la Serna, entonces un desconocido estudiante de 18 años, con él que mantuvo una intensa relación amorosa y literaria durante 20 años. Nada le importó que él tuviera veinte años menos que ella, Carmen y Ramón aceptaron mantener una relación pero manteniendo cada uno si independencia. El amor mutuo y la pasión por escribir fue lo que les mantuvo unidos. Lo que Carmen de Burgos no se imaginaba es que veinte años después, Ramón terminara enamorándose de su hija María. Carmen se sintió traicionada por los dos seres a los que más quería en el mundo por lo que le costó superar un bache tan duro. El idilio terminó muy pronto. Ramón marchó avergonzado al extranjero de donde volvería casado y pidiendo el perdón de Carmen, que recibió. María fue también perdonada.
En 1908 funda la Alianza Hispano-Israelí en defensa de la comunidad sefardita internacional. Su difusión se realiza a través de la Revista Crítica. En 1911 es nombrada profesora de la Escuela de Artes y Oficios de Madrid, trabajo que compatibiliza con clases a ciegos y sordomudos.
Tras el desastre del Barranco del Lobo en el Rif en 1909, Carmen de Burgos decide acercarse a las tropas españolas que luchaban alrededor de Melilla. Allí ejerció de corresponsal de guerra del diario El Heraldo de Málaga. Una vez de vuelta a Madrid, publicó el artículo ¡Guerra a la guerra! en el que defendía a los pioneros de la objeción de conciencia.
Con la proclamación de la Segunda República en 1931, la nueva constitución reconoció el matrimonio civil, el divorcio y el voto femenino, colmando así las aspiraciones de Carmen de Burgos. Se afilió al Partido Republicano Radical Socialista y fue nombrada "presidente" de la Cruzada de Mujeres Españolas y de la Liga Internacional de Mujeres Ibéricas e Iberoamericanas. Fue también elegida ‘vicepresidente primero’ de la Izquierda Republicana Anticlerical, y en noviembre de 1931 ingresó en la Masonería donde fundó la logia Amor de la que era Gran Maestre.
El 8 de octubre de 1932, mientras participaba en una mesa redonda sobre educación sexual en el Círculo Radical Socialista, Carmen de Burgos empezó a sentirse mal y fue trasladada a su domicilio donde le atendieron tres médicos, entre los cuales estaba su amigo Gregorio Marañón, pero sin éxito. Falleció a las dos de la madrugada del día 9 y fue enterrada en el cementerio civil de Madrid en presencia de los principales políticos e intelectuales de la época. Clara Campoamor, junto con varios intelectuales, pidió que se diera su nombre a una calle de Madrid.
Tras la Guerra Civil y la victoria del régimen franquista, su nombre fue incluido en la lista de autores prohibidos y sus libros desaparecieron de las bibliotecas y las librerías.
Se relacionó con
Galdós, Blasco Ibáñez, Cansinos Assens, Juan Ramón Jiménez, Tomás Morales, Alonso Quesada, Julio Antonio, Julio Romero de Torres, Sorolla, etc. Se la considera una de las primeras defensoras del papel social y cultural de la mujer. Defendió asimismo la libertad y el goce de existir. Decididamente independiente, creyó en un mundo mejor y fue una temprana "feminista", aunque ella odiaba ese término. En su obra
La mujer moderna y sus derechos (1927) definía su postura como un feminismo conciliador al explicar
«No es la lucha de sexos, ni la enemistad con el hombre sino que la mujer desea colaborar con él y trabajar a su lado». Fue una periodista, escritora, traductora y activista de los derechos de la mujer española. Se la considera la primera periodista profesional en España y en lengua española.
Desarrolló una estrecha amistad con la escritora portuguesa
Ana de Castro Osório.