domingo, 3 de enero de 2016

Artabán el cuarto Rey Mago.


Como cada año se espera la llegada de los tres Reyes Magos para la madrugada del 6 de enero.

Cuenta la tradición que los reyes viajaron desde el lejano oriente guiados por una estrella y cargados con regalos para ofrecer al Mesías que nacería en Belén.

Melchor, Gaspar y Baltasar, llegaron a tiempo al pesebre donde nació Jesús y entregaron los regalos que traían para adorarlo: Oro, incienso y mirra.

Sin embargo, pocos saben que en realidad eran cuatro los reyes magos que debieron haber llegado aquella noche a Belén, pero, ¿Qué pasó con el cuarto rey mago? Artabán era el nombre del rey que jamás conoció a Jesús.

Su historia se encuentra en algunos textos antiguos que dan cuenta del largo camino que recorrió buscando a Jesús para entregarle el regalo que debió haberle obsequiado la noche en que nació.

Artabán junto con Melchor, Gaspar y Baltasar, habían hecho planes para reunirse en Borsippa, una antigua ciudad de Mesopotamia desde donde iniciarían el viaje que les llevaría hasta Belén para adorar al Mesías.

El cuarto rey mago llevaba consigo una gran cantidad de piedras preciosas para ofrecer a Jesús, pero cuando viajaba hacia el punto de reunión encontró en su camino a un anciano enfermo, cansado y sin dinero. Artabán se vio envuelto en un dilema por ayudar a este hombre o continuar su camino para encontrarse con los otros reyes. De quedarse con el anciano, seguro perdería tiempo y los otros reyes le abandonarían. Obedeciendo a su noble corazón, decidió ayudar a aquel anciano.

El tiempo había pasado y en el punto de reunión no encontró más a sus tres compañeros de viaje.

Decidido a cumplir su misión, emprendió un largo camino sin descanso hasta Belén para adorar al niño, pero al llegar, Jesús había nacido y José y María estaban rumbo a Egipto, escapando a la matanza ordenada por Herodes.

Artabán emprendió entonces un viaje en el que, por donde quiera que pasaba, la gente pedía su auxilio, y él, atendiendo siempre a su noble corazón, ayudaba sin detenerse a pensar que el obsequio de piedras preciosas que cargaba, poco a poco se reducía sin remedio. En su andar, Artabán se preguntaba: ¿Qué podía hacer si la gente le suplicaba por ayuda? ¿Cómo podría negarle ayuda a quien la necesitaba?

Así pasaron los años y en su larga tarea por encontrar a Jesús ayudaba a toda la gente que se lo solicitaba.

Treinta y tres años después el viejo y cansado Artabán llegó por fin a donde los rumores le habían llevado en su larga búsqueda por Jesús. La gente se reunía en torno al monte Gólgota para ver la crucifixión de un hombre que, decían, era el Mesías enviado por Dios para salvar las almas de los hombres. Artabán no tenía duda en su corazón, aquel hombre era quién había estado buscando durante todos esos años.

Con un rubí en su bolsa y dispuesto a entregarla joya pese a cualquier cosa, Artabán encaminó sus pasos hacia aquel monte, sin embargo, justo frente a él apareció una mujer que era llevada a la fuerza para ser vendida como esclava para pagar las deudas de su padre. Artabán la liberó a cambio de la última piedra que le quedaba de su basto tesoro.

Triste y desconsolado, nuestro cuarto rey mago se sentó junto al pórtico de una casa vieja. En aquel momento, la tierra tembló de forma brusca y una enorme piedra golpeo la cabeza de Artabán. El temblor aquel anunciaba la muerte de Jesús en la Cruz.

Moribundo y con sus últimas fuerzas, el cuarto rey imploró perdón por no haber podido cumplir con su misión de adorar al Mesías. En ese momento, la voz de Jesús se escuchó con fuerza: Tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber, estuve desnudo y me vestiste, estuve enfermo y me curaste, me hicieron prisionero y me liberaste. Artabán, agotado, preguntó: ¿Cuándo hice yo esas cosas? Y justo en el momento en que moría, la voz de Jesús le dijo: Todo lo que hiciste por los demás, lo has hecho por mí, pero hoy estarás conmigo en el reino de los cielos.


Autor: Desconocido.




12 comentarios:

  1. ¡Preciosoooo! Me ha gustado muchísimo.Besicos

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  2. Pero qué bonito. No olvidaré a Artabán. Gracias. Besetes.

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  3. Muy bonita la historia del Artabán el cuarto Rey Mago. Me ha recordado un pasaje muy conocido de la biblia.
    Besos.

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  4. Precioso Relato.
    Me ha gustado mucho leerte.

    manolo
    .

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  5. Qué relato tan hermoso!!.

    Me ha encantado.

    Te dejo un beso grande. Muy feliz año 2016.

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  6. Que historias tan bonitas nos traes, debes ser una mujer especial, por que estas cosas tan bonitas solo las pueden traer personas con mucha sensibilidad.

    Feliz año y fuerte abrazo Pili.

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  7. Muy bello y conmovedor, gracias por permitirnos disfrutar de tan bonitas historias.

    Abrazos y Feliz Año.

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  8. Me ha encantado tu relato, es triste pero precioso.
    No sabía nada de ese cuarto Rey Mago.
    Besos y abrazos

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  9. Precioso relato, no conocia a Artaban.
    Es un placer volver a tu casita Piruja.
    Te deso un feliz y prospero año nuevo
    Un beso
    Isa

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  10. Hola Piruja!!!!!
    Qué preciosidad de cuento!!!! Cuánta generosidad derrochaba el cuarto Mago, muchas gracias por traerlo y hacernos ver el mucho bien que podemos hacer a lo largo de nuestro camino.
    Por cierto, me gustaría escribirte para comentarte una cosita, pero no tengo tu correo, quieres tú escribirme al mío, por favor??? Es éste rosacortesbetancourt@outlook.com.pe

    Gracias cariño, un beso enorme!!!!!!!

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  11. ¡Hola Pirusiña!!!

    Que linda historia nos entregas, reina: historia o leyenda, nos enseña a reflexionar, a que seamos más humanos y ayudemos al primer y más necesitado que nos encontremos en el camino, eso es religión y lo demás son cuentos, amar al prójimo como a uno mismo aunque sea el más pobre, ayudarlo es un deber del buen cristiano, dentro de nuestras posibilidades podemos hacer mucho bien siempre quien quiere, puede.
    Gracias, amiga: me ha encantado leerte.

    Te dejo un abrazo, mi gratitud y mi estima siempre.

    Besiños y feliz año.

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