sábado, 8 de julio de 2017

Leyenda del Arpa Misteriosa.


Dice la leyenda que en un palacio, el administrador encontró un día un documento en el que se decía que en el desván del edificio existía un arpa misteriosa y todos los que la escuchaban entraban en éxtasis. Esto le llamó tanto la atención que  subió al desván  del enorme palacio y buscando y rebuscando encontró un arpa allá en un rincón.

 Orgulloso de su hallazgo se presentó ante el rey con el documento y el arpa y le explicó todo lo que había averiguado. El rey no creía mucho todo lo que le estaba contando su administrador pero, como había puesto tanto empeño, le dijo:

 - “Muy bien, veamos, organiza un concierto”.

 El administrador buscó el mejor músico del reino y organizó un concierto. El auditorio se llenó de gente y cuando el músico comenzó a tocar el instrumento …  ¡nadie entró en éxtasis!.

¡Qué gran frustración! pero, a pesar de ello, nuestro administrador, que estaba convencido de lo que había leído, no se dio por vencido y volvió a insistir al rey, que volvió a darle una oportunidad, que volvió a resultar fallida. Seguía nuestro administrador sin darse por vencido y preguntando e indagando cómo podría hacerse realidad el documento encontrado.

Un día, hablando con un vecino de la comarca, volvió a preguntar si conocía a alguien capaz de tocar el arpa. El vecino le  dijo que, en la montaña, había un ermitaño que podría ser su hombre.

 Nuestro administrador, incansable, le comunicó al rey lo que había averiguado  y éste, resistiéndose mucho, le autorizó a organizar otro concierto.

-  ¡Nunca bajaba a la ciudad pero … era una invitación real! así que, accedió.

 Organizado el concierto, el auditorio se volvió a llenar de la gente más importante del lugar, ataviada de sus mejores galas.

 El ermitaño llegó de forma natural, tal cual vestía en la montaña, y se sentó junto al instrumento en silencio, entonces empezó a tocar el  arpa y, según iba saliendo la melodía de su cuerdas, el auditorio fue quedándose extasiado.

 Al terminar el concierto, todos preguntaban a nuestro ermitaño:

 - Pero… ¿cómo lo has conseguido? ¡otros grandes músicos antes lo habían intentado y no lo hicieron!

El sencillo ermitaño sólo podía dar una respuesta:

 - ¡Sólo la dejé sonar!

Dejarle que suene.

Dejad que vuestro corazón suene.


Autor: Desconocido.





10 comentarios:

  1. Qué bonita leyenda, Piruja. Gracias. Besetes.

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  2. Muy bonita la leyenda aunque me estaba temiendo que no conseguiría extasiar a nadie pero al fin lo consiguió.Besicos

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  3. Adoro ler as lendas que voce escreve, são leves e lindas. Abraços

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  4. Muy bonita Piruja. Feliz domingo.

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  5. Pilar, de nuevo nos dejas una historia para la reflexión...Los instrumentos y los actos que realizamos llevan nuestro espíritu...Y ello se refleja en la música y el arte en general. El alma del artista se convierte en en notas, en letras, en voces y alientos que llegan y nos sorprenden...La sencillez y profundidad del ermitaño se hizo música y llegó al corazón de los que escuchaban.
    Mi abrazo y mi cariño por tu cercanía entrañable, amiga.
    Espero que todo vaya bien, gracias por tus palabras, Pilar.

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  6. Hay que dejar que fluya de nosotros la magia de la música, personalmente la necesito como el respirar, consuela el alma y alegra el corazón. Pili he reabierto mi blog de hadas, no sé si lo conocías, es para invitarte a pasar a verlo. Desde ahí puedes dejar sin problemas tus comentarios. Te dejo el enlace amiga, y gracias.

    https://rosanapaishadas.blogspot.com.es

    Un abrazo lleno de magia, feliz semana.

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  7. Preciosa esta leyenda, como siempre Piruja deleitandonos los corazones.
    Gracias siempre.
    Besossss!!!

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  8. Muy bella leyenda. Tan bonita como todas las que nos dejas siempre.

    Te mando un beso grande.

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  9. Me ha encantado Piruja. Gracias por compartirla.

    Besos.

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