sábado, 19 de octubre de 2019

Leyenda del Viento


Cuenta una vieja leyenda, que el hijo menor del rey Julio IV, era muy rebelde. No pudiéndolo controlar, decidió encerrarlo en la torre más alta del castillo.
Si bien Ventolín, era la gran preocupación de su padre el rey, tenía un costado romántico y le gustaba llevar los mensajes entre los jóvenes enamorados. Pero desde que lo encierran para castigarle su interés fue cómo poder escapar de allí.
Cada día recibía mensaje de los enamorados, que llegaban hasta lo alto de la torre, pidiéndole favores para llegar hasta sus amadas que vivían en territorios lejanos.
Esto enfurecía a Ventolín, que no encontraba la manera de escapar.

Hasta que una tarde en que el sol parecía abrazar el castillo haciendo el calor insoportable, a Ventolín se le ocurrió una idea… llamó a la nube que tenía forma de corcel y se estaba acercando a la torre del castillo. Comenzó a cabalgar airoso y desde muy arriba empezó a soplar en poemas, los mensajes que le encargaron ellos, para sus amadas .
Pero las distancias eran enormes y los versos se dispersaron sin llegar a sus destinatarios. Ventolín quiso reunirlos, ordenarlos para entregarlos de la mejor manera. Sin embargo, en el aire dominaban remolinos que se lo impedían …
El rey Julio IV enfureció al notar la ausencia de su hijo , un grito sobre natural salió de su garganta filtrándose por las ventanas del palacio hacia el exterior.
Ventolín que cabalgaba en la nube de corcel, llegó a escucharlo, reclamó desesperado por el temor que le infligía su padre, la presencia de los dioses, personándose ante él, el dios de la Furia, el de la Calma y el de Tempestad…, le respondió el dios de la furia.

Este , tomó brutalmente a Ventolin , puso en su boca una fuerza efusiva y un flujo de gases que empezó a expedir con toda la intensidad .Era un soplo que provocaba destrucción, los árboles se inclinaban, caían los nidos, la gente huía para resguardarse,,,
Apareció entonces el dios de la tempestad, y junto con su furia llegó hasta los mares levantando olas gigantes que hacían naufragar a los grandes barcos pescadores.

Sorprendidos los pocos sobrevivientes, clamaron por el dios de la calma, que luego de tanta destrucción se hizo presente, las aguas se calmaron, la mar se tranquilizó, la paz se hizo suya. Se alojaron en su alma, la furia, la tempestad.
Ventolín comprendió que a partir de ahora, su vida estaría atada a los diferentes vientos: el “calmo” que llevaría frescura y alegría a quienes lo recibían, La “furia”, que haría hacer temblar ciudades , campos destruyendo todo a su alcance, y la “tempestad”, que haría temblar las grandes y pequeñas embarcaciones que viajaran por alta mar.
Desde entonces…cuando Ventolín provocaba vientos calmos, acariciaba los cabellos de las doncellas, dispersaba semillas hacia otros lugares, aliviada a la gente luego de un día sofocante, hasta hacía nacer música en las cañas de los cañaverales. Este rol era el que más le agradaba.
Pero cuando su fuerza llevaba el sello de la furia, todos le temían y aun peor cuando era tempestad, era impresionante los cataclismos, la catástrofe que provocaba en los mares…..
Y así fue como Ventolin se convirtió en VIENTO para siempre, olvidando las torres del palacio, las cartas a las doncellas, y su antiguo nombre.
Desde ese instante, muchas voces clamaran por él, sedientos de su frescuras, pero otras voces,  pedirán clemencia por su locura.


Autor: Desconocido.



14 comentarios:

  1. Me gusta esta leyenda, es preciosa y no la conocía. El viento susurra versos a mi oído al leerla.......Saludos amiga.

    ResponderEliminar
  2. Hermosa entrada, en texto e imágenes. "Chapó".

    Abrrazos Piruja.

    ResponderEliminar
  3. Como Siempre nos ofreces bellas leyendas, para nuestro deleite, y por supuesto el viento como dice Sandra, siempre lleva un verso en sus alas.
    Feliz sábado Piruja.
    Un beso

    ResponderEliminar
  4. ¡Me gusta el viento cuando es brisa y acaricia mi rostro!
    ¡Me gusta cuando participa en el diálogo de las hojas de los árboles!
    Cuando estoy en casa me gusta escuchar el sonido del viento, pero me asusta cuando está furioso y ruge...
    Bonita leyenda, amiga.
    Mil besos y feliz fin de semana.

    ResponderEliminar
  5. La transformación de un hijo díscolo en un viento para todo, con muchas facetas. :)
    Besitos.

    ResponderEliminar
  6. Una trasformación que se pudo evitar si el padre de Ventolín no lo hubiera encerrado en el torreón del castillo....Una leyenda un tanto desconcertante.Besicos

    ResponderEliminar
  7. Me ha gustado mucho esta bella leyenda¡Clamemos al viento que es brisa y no tempestad!
    Muchos besos.

    ResponderEliminar
  8. Cuando el viento es brisa y susurro,se ama .Cuando es vendaval ,me da miedo,y me voy a casa corriendo
    EL padre de Ventolín,muy severo él.Un hijo díscolo podía ser más amado por su padre y quizá sólo soplaría versos y jugaría con las nubes...
    Buemo,la leyenda es preciosa,como todas,como siempre
    Besucos

    ResponderEliminar
  9. Ese Ventolín no será con otro nombre el Cierzo que nos ventila la ciudad, las casas e incluso como te descuides a nosotros mismos cuando se enfada?
    Besos

    ResponderEliminar
  10. El viento es muy importante y esta leyenda lo expresa de maravilla, Pilar...Me encantó por la fuerza y creatividad que esparce en sus letras. Es muy positiva y nos deja flotando en el aire, como Ventolín.
    Mi abrazo y feliz domingo, amiga.

    ResponderEliminar
  11. Hola Piruja.. Una leyenda fantástica, como decía Bob Dylan.. La respuesta, amigo mio, esta en el viento.
    Un abrazo..

    ResponderEliminar
  12. Una leyenda muy linda. Me encantó conocerla.
    Un placer siempre leerte.
    Besos

    ResponderEliminar
  13. Al leer Ventolín me he acordado de la medicación que tomaba mi Abuelo, pobretico.
    Odio el viento.
    Un abrazo Piruja.

    ResponderEliminar
  14. Me ha gustado la leyenda Piruja, aunque Ventolin a veces sopla más de la cuenta.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar