En la cordillera de los Andes existe un ave de gran tamaño, llamado Cóndor. Su plumaje es de color negro y lleva una linda bufanda de plumitas blancas en su cuello. Podría pensarse que es por el frío de la cordillera, sin embargo la bufanda que lleva en su cuello tiene otra razón.
Dicen por ahí que el Cóndor no siempre tuvo esa bufandita blanca que abriga su cuello, sino hasta que perdió una apuesta con un amigo.
Una mañana, bajó el Cóndor de la montaña al valle y se encontró con un Chingolo amigo. Este pequeño pajarito sentía cierta envidia por el tamaño imponente de su amigo. Creía, equivocadamente, que como él era pequeño, era menos importante
Se pusieron a discutir quién era más importante en la cordillera, a quién quería más la gente o quién se destacaba más.
- Yo puedo sobrevolar la cordillera sin temer a las alturas – se jactaba el cóndor
- Yo me meto en los hogares y no le temo a la gente –contestaba el chingolo
- Mi gran tamaño maravilla a las personas – decía el cóndor
- Y mi canto les encanta a todos –respondía el chingolo.
Así pasaron un rato largo. El chingolo, dispuesto a ganar la discusión, tuvo una idea. El agua que bajaban de la cima de las montañas, era por demás fría. Las aves se encontraban charlando muy cerca de un arroyo y el pícaro chingolo aprovechó la situación.
- Te hago una apuesta a ver quién es más fuerte de los dos – dijo el chingolo peleador.
- No pierdas tu tiempo –contestó altivo el cóndor- la respuesta es muy fácil –agregó
- Veremos, veremos –dijo el chingolo y continuó Probemos quién resiste tomar más agua helada de este arroyo, el que pueda soportar tragar más cantidad será el vencedor.
- No es buena idea, nos enfermaremos –contestó el cóndor.
- ¿Ves? Tienes miedo, no te animas, no eres tan fuerte entonces – desafió el pequeño pajarito.
El cóndor, sintiéndose herido en su orgullo aceptó la apuesta
Dispuesto a demostrar su superioridad, el majestuoso ave juntó en su pico una gran cantidad de agua y la tragó. El astuto chingolo, en cambio, aprovechando su diminuto tamaño, arrojaba al suelo cada sorbo de agua helada. Así estuvieron un rato largo, el pobre cóndor llenando su pancita de agua helada y el mentiroso chingolo haciéndole creer a su amigo que él también tomaba. Se miraban el uno al otro a ver quién abandonaba primero.
- Basta, me doy por vencido, ya no puedo tomar más agua, me duele mucho la garganta –dijo casi afónico el cóndor.
- ¿Has visto que no eres tan fuerte? –Dijo triunfante el pequeño pájaro –te he vencido, he demostrado que soy superior a ti.
- Tienes razón, de todos modos, me siento muy mal para discutir- respondió el cóndor y comenzó a toser de un modo que preocupó al tramposo pajarito.
Al día siguiente, voló hacia una casa y tomó con su pico un pañuelo blanco olvidado en una mesa y se quedó esperando a que su amigo bajase al valle, como cada día. No fue difícil saber que el cóndor estaba en camino, la tos podía escucharse en todo el territorio.
- Toma, ponte este pañuelito en la garganta, te ayudará con el dolor y seguro con la tos también –propuso el chingolo.
- ¿Te ríes de mi verdad? Acepté mi derrota ¿qué más quieres qué haga el ridículo? ¿Dónde se ha visto un ave con un pañuelo blanco en el cuello? –respondió molesto el cóndor.
- Sólo quiero que te cures, te has enfermado por mi culpa.
El chingolo confesó su trampita y arrepentido le pidió perdón a su amigo. El cóndor aceptó las disculpas y conservó el pañuelito en señal de amistad.
La calidez de la tela abrigando su cuello ayudó a que el cóndor mejorase muy pronto. Para ese momento, la gran ave se había encariñado con el blanco pañuelo y como no venía mal un poquito de abrigo en la cordillera, decidió dejárselo para siempre.
Así es que todos los cóndores llevan la bufanda blanca alrededor de su cuello, tal vez para que no olvidemos que la importancia de los seres, no está precisamente en su tamaño.
Fin
Liana Castello.
Leí la historia, no la conocía, ahora ya sé el porqué del pañuelo blanco al cuello del cóndor.
ResponderEliminarMuy buenos informes Piruja.. Una joya tu blog.
Un abrazo y un beso.
isa
Hola Isa, me alegra saber que te ha gustado la historia, muchísimas gracias por lo que dices, gracias de veras:)
EliminarBesos.
A veces la maña vale más que fuerza, y el astuto chingolo lo sabía :)) aunque al final se arrepintiera y confesara su jugada. Bonito detalle el del pañuelo, la verdad es que el cóndor luce mucho mejor.
ResponderEliminartD1b, Piruja.
Hola volvo, muy pícaro fue este Chingolo:), pero si que es verdad que fue muy osado al atreverse a engañar al Cóndor, menos mal que le salio bien y luego pidió perdón, gracias:)
EliminarBesos.
Bonita historia del cóndor y el chingolo de la cual se pueden sacar también conclusiones muy habituales entre los humanos.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Armando, mucha razón tienes en lo que dices, los humanos debemos aprender mucho, gracias.
EliminarBesos.
Muy bonita leyenda Piruja. Muchas gracias. Besicos.
ResponderEliminarHola Angelines, las gracias siempre a ti por estar siempre, me alegro que te haya gustado:)
EliminarBesos.
Bonita historia mi niña, hay veces que el tamaño no cuenta solo cuenta la astucia y en este caso el pequeñajo gano al grandote. Hay que ser buenos de corazon y sin astucia
ResponderEliminarUn abrazo mi niña
Hola Marian, aquí gano el pequeñajo ya que tubo mucha suerte, pero no debemos tentar a la suerte he ir con engaños como hizo el, al menos luego le pidió perdón, gracias guapa:)
EliminarOtro abrazo para ti bien fuerte!!
Una historia imaginativa y muy bella. Aquí lo verosímil queda en un segundo plano frente a la belleza del relato.
ResponderEliminarUn beso.
Hola Francisco, me alegra saber que te ha gustado el relato, muchas gracias por tus amables palabras y visita:)
EliminarBesos.
Pilar, una historia muy bella, que pone en evidencia la honestidad del cóndor y la falsedad del pajarillo...Menos mal, que todo se arregló y siguieron siendo amigos...Un ejemplo a seguir, aunque me temo, que el hombre responde con venganza y guerras...Todo lo complicamos siempre. Mi gratitud y mi abrazo inmenso por tu buen hacer y tus entrañable comentarios...Feliz semana, amiga.
ResponderEliminarM.Jesús
Hola Mª Jesús, como tu dices al final menos mal que el pajarillo le dijo la verdad al Cóndor y siguieron de amigos, el hombre es muy cabezón y cuando le hacen una cosa así se enfada y suele romper la amistad sin aceptar disculpas de nadie, siempre complicándolo todo como bien dices, la gratitud es mía querida amiga siempre por tu cariño y estar siempre, gracias:)
EliminarBesos.
La verdadera grandeza es ser capaz de pedir perdón y confesar una mentira.
ResponderEliminarHola Mª Jesús, sabias palabras las que dices y con toda la razón:)
EliminarBesos.
Que bonita historia aunque ese chingolo resulto un pícaro y mentirosillo, menos mal que confesó su culpa y todo volvió a su cauce.Besicos
ResponderEliminarHola Charo, ya te digo si fue pícaro el Chingolo, pequeñajo y atrevido, como dices al final todo volvió a su cauce:)
EliminarBesos.
Una preciosa historia.
ResponderEliminarUn placer leer tus relatos tan lindos.
Besitos grandes.
Hola Amalia, me alegro que te haya gustado, el placer ha sido mio, gracias:)
EliminarBesotes.
Como siempre Piruja nos dejas una gran historia con sus pequeños engaños y gran amistad.
ResponderEliminarBesos,
Hola Ricardo, y como siempre tu tan amable, gracias por estar acompañándome siempre:)
EliminarBesos.
Una hermosa historia que nos muestra como se vistió el Cóndor con su penacho blanco de plumas. Verlo volar en la cordillera andina ha de ser algo genial.
ResponderEliminarUn abrazo amiga.
Hola Jorge, si que es verdad lo que dices, que ver al Cóndor volar debe ser una gozada, me alegra saber que te ha gustado, gracias:)
EliminarBesos.
¡¡¡Que bonita moraleja!!!
ResponderEliminarPersonajes de la Naturaleza que nos dan lecciones de actitud y aptitud.
Una preciosa Leyenda llena de Fantasía y Ternura.
Abrazos y Besines.
Hola Pedro, así es amigo, ellos nos dan una lección y cuanto debemos aprender de los llamados animales, me alegro mucho que te haya gustado, gracias:)
EliminarBesos.
También los animales saben pedir perdón y eso es la riqueza sentimental más grande que se puede desear. Magistral historia.
ResponderEliminarSaludos
Hola Jose, todos si queremos sabemos pedir perdón, lo único querer hacerlo, gracias por tus cariñosas palabras:)
EliminarBesos.
Bueno se pone de manifiesto una vez más que todos los seres, no importa su tamaño, son necesarios para la vida en la tierra. Cada uno aporta lo que tiene o lo que sabe hacer. Y bueno tambien hay que ser valiente para confesar una trampa y que el otro te acepte las disculpas.
ResponderEliminarBonita historia sobre el pañuelo del condor.
Bueno pues vine que no es poco cada vez tengo menos tiempo jejeje
Besotessssssssssssssssssss para las dossssssss
Hola chiquillo, como tu dices todos somos necesarios cada uno haciendo o deshaciendo lo que sabe, hombre aquí el pícaro del pajarillo hizo muy bien pidiendo perdon y asi conservar la amistad del Cóndor, me alegro que te haya gustado el relato:)
EliminarBueno se agradece que vengas a pesar de estar tan mal de tiempo, pero disfruta un poquito mas de la vida que luego ya veras, no trabajes tanto, cuidate mucho y no faltes eh? jejeje, gracias:)
Muchos besotes!!
ESto de las disculpas, estarás de acuerdo conmigo que es el mismo cuento de siempre.
ResponderEliminarSe cree que con pedir perdón, todo queda olvidado.
Una vez leí que un alumno pregunto a su maestro que eran las disculpas.
Este le dijo pon un clavo en esa puerta cada vez que cometas algo malo.
Cuando la puerta estuvo llena de clavos, el maestro le pidió que los retirase quedando la puerta llena de pequeños agujeritos.
¿Ves? dijo el maestro, las disculpas son como el clavo que retiras, a pesar de quitarlo debajo siempre queda la herida.
Lo mejor es pensar dos veces antes de actuar porque luego nada vuelve a ser lo mismo por mucho perdón que pidas.
¿Tu me entiendes verdad?.
Besotes grandes.
Hola mago, la verdad que si es el cuento de siempre, primero te dan el palo y luego las disculpas, yo creo que antes de hacer algo lo debemos pensar mucho, pero bueno al menos conservaron la amistad.
EliminarConozco el ejemplo que has puesto y tengo que decirte que el maestro tenia toda la razón, por mucho que se trate de tapar el engaño siempre queda esa cicatriz, debemos siempre pensar antes de actuar como bien dices, ya lo creo que te entiendo mago:), cuidate mucho.
Montón de besotes!!
Una linda leyenda como siempre nos dejas con su buena dosis de enseñanza, dicen que rectificar es de sabios y perdonar de seres bondadosos, pues alimentar el odio no conduce a nada, pero creo que lo mejor sería no herir y así no tener que pedir perdón, antes de cometer una acción que duela, debemos ponernos primero a pensar en qué sentiríamos si fuese a nosotros mismos, las rivalidades y la envidia no conducen a nada.
ResponderEliminarPero la magia de la amistad cuando es verdadera todo lo puede.
Besotes muchos por dos, querida Pirujilla.
TQM, pero ando bien complicadilla, ya hablaremos, cuídate mucho y gracias siempre por estar.
Hola Mayra, estoy de acuerdo contigo en lo que dices, mejor pensarlo antes de hacerlo y asi se evitan malos entendidos y enfados, siempre hago lo que dices, ponerme en el lugar del otro y pensar si me gustaría que a mi me lo hicieran, se evita así muchos problemas y aun asi metemos la patita muchas veces:), pero lo dicho de acuerdo en todo lo que dices, gracias:)
EliminarEspero que todo vaya bien, cuando quieras hablamos, cuidate tu también y las gracias siempre a ti:)
Besos.
¡Hola Piruja!!!
ResponderEliminarClaro que si, lo importante es lo grande que seas por dentro: importa mucho menos la medida visible. Y por otra parte siempre habrá alguien que te lastime por desgracia, pero a mí, personalmente, si me hacen daño, ya perdono al momento, no soy rencorosa y no sería una buena cristiana si no perdonase. Pero no necesito que me pidan perdón, porque eso no me cura la herida. Perdono pero no olvido.
Ha sido un placer pasearme por este post maravilloso. Siempre aprendemos algo bueno algo lindo, algo nuevo.
Te dejo mi felicitación y mi estima.
Gracias por tu buen hacer y por tu cercanía.
Besos azules en vuelo.
Feliz día.
Hola Marina, así es, lo importante no es lo que se ve si no lo que llevamos por dentro, y gente que nos lastime siempre la tendremos en nuestro entorno, soy como tu, que puedo perdonar (me cuesta mucho algunas veces) pero no olvidar, porque es lo que has dicho, que la herida esta ahí.
EliminarMuchas gracias por tu cariñosos comentario, sabes que el placer es mio cada vez que te veo en el blog, gracias de veras:)
Besos.
me ha encantaado tu texto.Salgo aprendiendo mucho gracias por compartir
ResponderEliminarun abrazo
Hola Recomenzar, me alegro que te haya gustado, las gracias a ti por comentar.
EliminarOtro abrazo.
Un cuento muy bonito y que hizo entender al cóndor que por ser mas grande no se debe ir alardeando de ello, la astucia de pajarillo le sirvió de lección.
ResponderEliminarAbrazos
Hola Julia, al Cóndor le sirvió de lección y creo que también al pajarillo de que no se debe mentir o hacer trampas, en esta ocasión tubo mucha suerte el picaron:), me alegro que te haya gustado, gracias:)
EliminarBesos.
Hermosa entrada, escribir sobre la grandeza del cóndor, o la pequeñez del colibrí hace que nos sintamos privilegiados con solo vivir, aun siendo cóndor y pidiendo perdón más de una vez por la belleza de la vida. Encantada de leerte. Un beso.
ResponderEliminarHola Lola, si que es verdad que debemos sentirnos privilegiados por vivir o mejor dicho sobrevivir tal como esta todo, me alegro que te haya gustado, la encantada soy yo por tu visita, gracias.
EliminarBesos.
Bonita historia, me encanta el cóndor con su pañuelito blanco, hay que reconocer que es espectacular y majestuoso su vuelo.
ResponderEliminarSiempre se saca algo bueno de tus narraciones, ha sido justo y digno de alabanza, por parte del pajarillo, reconocer que había hecho trampa y pedir disculpas.
A muchos de nosotros, en alguna ocasión, no nos vendría mal recordar lo positivo de tu relato.
Cariños en el corazón.
Kasioles
Hola Kasioles, siempre es bueno reconocer los errores y si se ha de pedir disculpas o perdon hacerlo, nunca esta de mas, aunque si se puede evitar cometer el engaño mucho mejor:)
EliminarMe alegra saber que te ha gustado y de que me digas lo que dices, muchas gracias por todo de veras:)
Besos.
Así es , el más grande no tiene porque ser necesariamente siempre el más fuerte . El chingolo fue un tramposillo con su amigo el cóndor pero al final reconoció haberse portado mal con él y no solo le pidió perdón sino que además le ayudó a curarse , aunque lo mejor es pensar bien lo que vamos a decir a alguien antes de herirle y tener que pedir perdón luego pero la verdadera Amistad todo lo consigue y todo lo perdona .
ResponderEliminarMe ha encantado la Leyenda y la explicación de por qué el cóndor lleva ese pañuelito blanco en su cuello . Gracias por ofrecernos siempre historias con las que aprendemos .
Un abrazo grande
Hola Charete, el Chingolo aun siendo amigo del Cóndor le hizo la trampa cosa que no esta bien por mucho que le pidiese perdón luego y le ayudase, ya que el echo esta ahí y nunca se olvida, por eso es mejor no hacerlo y menos aun a los que son amigos como eran ellos, me alegro que te haya gustado, las gracias a ti siempre:)
EliminarBesos.
Anda que ya le vale la pequeño tramposillo, eso no se hace!!! ja ja ja, menudo pajarraquín. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Lobezna, ya te digo, anda que no tubo suerte ni na el pequeñajo jeje, gracias:)
EliminarBesos.