Hola amigos, hoy os traigo un espectacular Salar, muy bonito debido a que es volcánico y por el azufre y mas cosillas se consigue este magnifico colorido como veréis, os hablo de Dallol, como he podido leer en algún sitio, "una de las puertas al infierno", espero que os guste:)
Hay algunos lugares de nuestro planeta que han sido apodados como “la puerta al Infierno”. En el norte de Etiopía se halla uno de ellos: Dallol, en la depresión de Danakil, una vasta extensión de paisaje apocalíptico absolutamente hostil para los seres humanos, y precisamente por este motivo, sumamente interesante para los viajeros más intrépidos.
El desierto del Danakil, está ubicado en el noreste de Etiopía, entre el mar Rojo y el Nilo Azul, situado en algunos puntos a más de 150 metros por debajo del nivel del mar, tiene formaciones únicas de sal que con el paso de los días van cambiando y que con los años han adquirido una gama de colores que jamás podrá borrarse de la memoria.
Así es el caso de Dallol, una singular montaña de sal con fuentes naturales de agua caliente de colores anarajandos, blancos o verdes debido al azufre y otros minerales que emiten los gases de los volcanes próximos como el Erta Ale, uno de los más activos de Etiopía, tiene la distinción de ser una de las zonas más bajas y más calientes del mundo.
Las temperaturas medias son de 38ºC grados, aunque esto no es lo peor. Lo que convierte en realmente a Dallol en un infierno son las fuentes termales de origen volcánico que emanan agua hirviendo mezclada con ácidos casi invisibles que envenenan el aire con gases tóxicos.
Más de 30 volcanes activos o durmientes se reparten entre Etiopía y Eritrea, en esta cuenca situada sobre una de las áreas tectónicas más activas de la Tierra, donde confluyen la placa africana con la indoaustraliana. Numerosas fuentes termales están descargando salmuera y líquidos ácidos en esta zona.
El término Dallol fue acuñado por los Afar y significa disolución o desintegración, describiendo un paisaje formado por estanques verdes y ácidos, óxido de hierro, azufre y llanuras de sal. La zona recuerda a las fuentes termales del parque de Yellowstone.
Dallol es un cráter volcánico o mar. Se formó por la intrusión de magma basáltico en los depósitos de sal del Mioceno y la actividad hidrotermal posterior. Las erupciones freáticas ocurrieron en 1926, formando el volcán Dallol, mientras que otros cráteres de erupción salpican los salares cercanos. Estos cráteres son los respiraderos volcánicos subaéreos más bajos del mundo, a 45 metros por debajo del nivel del mar.
En este desierto que amenaza un día con resquebrajarse y las aguas del mar Rojo con sepultarlo todo fueron hallados hace 30 años los restos del Australopithecus Afarensis, más conocido como “Lucy”, que data de más tres millones de años. Se trata de la especie más antigua conocida que es con gran certeza antecesora del hombre. Y es que como dijo Herodoto, “todo lo nuevo viene del desierto”.
Salmuera, ácidos de todo tipo y otros agentes tóxicos hacen de este lugar completamente inhabitable y hasta cierto punto peligroso, lo cual no impide que se organicen visitas turísticas guiadas. Una experiencia para valientes que no teman acercarse a sus lagos de lava, al implacable hedor del azufre y a los traicioneros géiseres que brotan por todas partes a altas temperaturas.
Y es que, dejando de lado todo esto, desde el punto de vista estético Dallol es una maravilla pintada de llamativos colores: naranja oxidado, formaciones de sal que van desde el blanco más puro hasta el amarillo y el verde.
Aunque ahora están deshabitadas, en Dallol se pueden observar aun los restos de pequeñas estructuras hechas de ladrillos de sal creadas por el pueblo Afar cuando fueron contratados por las
empresas mineras a lo largo del siglo XX que intentaron, sin éxito, extraer ricos minerales de este lugar.
Esta tierra inhóspita ha servido de hogar al pueblo Afar (Danakil) durante al menos dos mil años. Los hombres Afar eran bien conocidos por su ferocidad y su xenofobia hasta 1930. Hasta este año, ¡era costumbre el cortarles los testículos a los intrusos varones!
Tradicionalmente, los Afar eran pastores nómadas, y junto a los Tigreanos, siguen trabajando las barras de sal del lago situado en la Depresión de Dallol, y llevándolas con caravanas de camellos hacia Tigray, por antiguos senderos.
Este viaje de aventuras no está pensado ni para pusilánimes ni para aquellos que necesiten de cualquier tipo de lujo. El clima inexorable puede poner de los nervios a cualquiera que no esté preparado. Es un viaje exigente a una zona con muy poca infraestructura.
De hecho, Dallol es uno de los destinos menos accesibles del planeta. Muchas zonas están en mal estado y tienen los accesos cortados y la única manera de acceder es gracias a las caravanas de camellos.
A pesar de las duras condiciones, la Depresión Dallol es un lugar extraordinario para visitar, con unos paisajes espléndidos y una experiencia fantástica para el viajero aventurero.
Gracias a todos por llegar hasta aquí:)