sábado, 29 de septiembre de 2018
Leyenda de la Rosa Roja.
En un lejano castillo existía el jardín mas hermoso que se hubiese visto, en el había infinidad de flores de todos colores y de todas las clases habidas y por haber, ese jardín tan hermoso, era cuidado por un jardinero que amaba a las flores como a su vida, siempre se le veía feliz hablando con todas las flores, les cantaba y ellas muy contentas lo escuchaban, todos los días las regaba con amor, con ternura y suaves melodías que nacían de su corazón, jamás olvidaba decirles que a todas las quería, pero había una especial para el, una hermosa rosa roja era su consentida y ella vivía feliz de ser la rosa mas querida por el jardinero, todos los días le cantaba y le decía que la quería mucho, ella sonrojada le contestaba que también lo quería, ellos sin darse cuenta se estaban enamorando y cada día se querían mas.
Una bella noche de primavera, con un cielo cubierto de estrellas y una luna en todo su esplendor, se acercó a su amada rosa, ella sorprendida lo miro y le pregunto, ¿pasa algo mi buen amigo jardinero? el le contestó, no bella flor, no pasa nada, rosa de bello aroma, caminaba por ahí y mis pasos me guiaron hacia ti, para decirte lo que mi corazón hace tiempo comenzó a sentir, pues de ti me enamore y al cielo grite podér decir y hoy bajo este cielo lleno de estrellas y con la callada luna de testigo, te digo mi linda rosa de bellísimo color tan rojo y puro como tu alma, que este corazón mío a ti pertenece, pues sin ti, mi vida sentido no tendrá... la rosa emocionada dejo brotar dos lágrimas de sus bellos pétalos... y el jardinero asustado pregunta; ¿Que te pasa hermosa flor? ¿Por que lloras? ¿Acaso lo que dije te lastimó?
Ella presurosa le contestó, no jardinero de mi corazón, lloro de felicidad pues este momento esperaba, lloro de alegría por que también mi corazón a ti pertenece y de ti me enamoré, y al decirme tú, lo que sientes por mi, salieron dos lágrimas de amor para ti, el jardinero emocionado hasta lo mas profundo de su ser, no lo podía creer, ella también lo quería, se acerco a ella con tal cuidado y un tierno beso en sus pétalos depositó y algo increíble ocurrió.
Ella se transformo, su color cambio, era la mas hermosa rosa roja mas brillante que jamás vio el jardinero, pues el beso que le dio, en rojo pasión la convirtió, ella al ver la cara de asombro de su amado le contesto, estoy llena de amor, por eso al besarme tu, mi color cambio y en mujer me convirtió, ahora nos amaremos cada noche bajo las estrellas y bajo los rayos de la luna, jamás me alejare de ti, el jardinero emocionado la tomo en sus manos y la acaricio con ternura y amor, otro beso le dio, sintiendo que todo su ser se estremecía de amor y pasión por su amada rosa, le dijo, y yo mi amada rosa, jamás te dejare, por siempre en mi corazón vivirás, te cuidare con mi propia vida y te amare mas allá del sol, no estarás sola mi bello amor, contigo siempre estaré y a tu lado viviré, la rosa le contesta, así será mi amado jardinero, tu y yo hasta la eternidad.
Ocurrió una noche de verano que un aguacero callo y a la pobre rosa deshojo, sus pétalos destrozó y ella… murió.
Por la mañana, como cada amanecer, el jardinero a su amor fue a ver, !! oh !! sorpresa se llevo, a su flor marchita encontró, muerta estaba ya, el jardinero exclamó: !!oh dios mió !! ¿que le paso a mi bello amor, quien la destruyo? de rodillas callo y en sus manos la tomo, lloro y lloro, hasta que de sus ojos las lágrimas agotó… La tomo en sus brazos y con ella camino, hasta llegar a un bello rió de aguas cristalinas, de mágicas melodías y en ese lugar la depositó, tomo una enorme hoja de laurel y ramitas de romero, con mucho cuidado y amor, la recostó sobre la hoja y al río la entregó, con fuerza grito, eh aquí a mi bella amada, a tus aguas la entrego para que al cielo llegue y en una estrella se quede, que muy pronto a su encuentro iré, pues sin ella, vivir ya no podré.
Y así cada noche el jardinero el cielo contemplaba, mirando en una estrella a su amada y con ella hablaba, sus penas le contaba y cada vez que el jardinero hablaba una estrella en el cielo mas se iluminaba, era la mas grande y brillante de todo el firmamento, era la rosa, que al jardinero escuchaba y emocionada su luz aumentaba, y la vida del jardinero iluminaba con su amor que desde el cielo lo cobijaba.
Hasta que un día el jardinero de tristeza por perder a su amada, en su hermoso jardín murió y al encuentro de su amor se dirigió y felices viven, uno al lado del otro, en el universo eterno.
Autor: Mitológicas Y Fantasías.
sábado, 22 de septiembre de 2018
La leyenda del Tejo y el Olivo.
A tu memoria querido mago.
Imagen de Karras |
Allí estaban todos los que habían sido desde el principio de los tiempos. A un lado los humanos, al otro… los demás seres vivos. Y en el centro la Luz, la Voz y el Ejecutante. La Voz desgranaba los nombres de todo lo que un día respiró en el mar, en el aire o sobre la tierra. Uno por uno se iban acercando hasta aquel peculiar tribunal y escuchaban, en silencio, la historia de su vida. Tras oír la relación de sus hechos, el Ejecutante, a una señal de la Luz, señalaba una puerta de salida y hacia allá se encaminaba el viejecito jorobado, la niña hermosa, la matrona malhumorada, el guerrero de hierro, la langosta que asolara los cultivos, la ballena plácida, el abedul y el fresno, o el león que recorriera, rugiendo, las praderas.
Imagen de Karras |
Sucedió que en una de las últimas filas de la izquierda, donde estaban situados toda clase de árboles, se encontraba un tejo que había crecido en una montaña abrupta. A su lado se encontraba el olivo que, traído de tierras cálidas, le había hecho compañía durante centenares de años. Ambos conversaban y comentaban, susurrando, todo lo que estaba aconteciendo a su alrededor en aquel momento.
Ahora que ya todo había acabado y esperaban el dictamen final, el tejo le rogó a su amigo que le explicara qué le había sucedido durante su vida en la tierra, porque se había quedado sin recuerdos. Y el olivo contó, desgranó con voz clara y muy despacio, que el tejo, alegre y vibrante durante cientos de años, había sido herido en su corazón por múltiples rayos y poco a poco había perdido el habla e incluso la memoria.
Imagen de Karras |
Cuando le tocó comparecer al viejo tejo, la Voz habló de cada día de su vida, del bienestar y la sombra que había aportado a quienes bajo sus ramas se cobijaron, del sosiego y la tranquilidad que experimentaron los que a su lado pasaron, de cómo protegió a los caminantes y al leñador de la lluvia menuda y de todo el amor que había otorgado a pájaros e insectos. Había sido una buena vida la suya y el Ejecutante, a un signo de la Luz, le indicó una de las puertas de salida. El tejo, que ya se encaminaba hacia aquella puerta se volvió y preguntó con voz humilde a su amigo:
Imagen de Karras |
El olivo contestó:
-Entonces tu recuerdo se convirtió en una silla vacía.
El olivo, que le siguió por la misma puerta, terminó de contarle al anciano tejo que el leñador, que deseaba que aquel árbol se perpetuara de algún modo, trabajó parte de su madera y con sus manos construyó una silla grande y fuerte en la que solía sentarse, al atardecer, para contemplar la llegada de las sombras sobre las montañas. El leñador cerró su corazón y sus ojos a la vida una noche de verano y aquella silla quedó solitaria y callada, como calcinado y olvidado quedó aquel planeta donde un día vivieran hombres, animales y plantas.
Imagen de Karras |
Autor: Maria del Carmen Polo Soler.
lunes, 10 de septiembre de 2018
Hasta Siempre MAGO.......
Imagen de Karras |
Siento mucha rabia he impotencia al sentir el vacío que nos dejas mago, me queda el consuelo si así se puede decir, de todo el cariño y buen hacer que en toda tu vida diste a todo el que tuvo la gran suerte de conocerte y tratarte como me paso a mi, me siento privilegiada por eso, pero ahora se siente mucho dolor.
El año pasado tuve la gran suerte de conocerte en persona junto a tu querida hada Mar, y no sabes mago, la inmensa alegría que siento de haberlo echo y haber disfrutado junto a vosotros esos dos días que me regalasteis, enseñándome lo que mas te gustaba y disfrutaste mucho haciéndolo como fue Aranjuez y tu querido Toledo, donde no creo que haya un rincón que no le hayas echo una foto, fue un gran regalo de vuestra parte y lo guardo en mi corazón, nunca lo olvidare mago.
Nos dejas huérfanos de tu cariño y presencia, pero como he dicho antes, nos quedamos con todo lo que nos distes que fue mucho y bueno, tu eras así, un mago bueno que por donde pasabas desplegabas tu magia y te ganabas a todo el mundo con tu gran corazón.
Se, que si existe el cielo tu estas en el, en su bosque abrazando a los "ancianos" como tu llamabas a los arboles con años, haciendo fotos que te encantaba, o tocando la guitarra, o subiendo a los arboles como hacías, estoy segura que te han recibido con alegría, sobre todo tu querida Filla que abra dado saltos de alegría al volver a estar a tu lado, también estarán a tu lado tus demás "hijitos" de cuatro patejas, todos contentos de estar de nuevo contigo.
Dejo estas letras tuyas tan bonitas como todo lo que tu hacías mago:
" Puedes volver mil veces al mismo sitio y seguirán los ojos alimentándose del paisaje, Puedes respirar mil veces el mismo aire y el perfume clasificará los recuerdos como nuevos.
Porque es imposible no empaparse de las leyendas del bosque, porque........en lo que al amor, la belleza y a la magia se refiere...nada, puede llegar a saciar....un corazón........hambriento. "
Imagen de Karras |
sábado, 8 de septiembre de 2018
La leyenda del Bisonte.
Hace mucho tiempo, cuando el mundo era muy joven, el bisonte no tenía joroba. Él obtuvo su joroba un verano, por su crueldad con los pájaros. Al bisonte le gustaba correr por las praderas por placer. Los zorros corrían delante de él y avisaban a los animales pequeños que su jefe, el bisonte venía.
Un día, cuando el bisonte corría por las praderas, se dirigió hacia donde viven los pequeños pájaros que anidan en el suelo. Los pájaros avisaron al bisonte y a los zorros que iban en la dirección donde tenían sus nidos, pero nadie, ni los zorros, ni el bisonte, les pusieron atención. El bisonte corrió y pisoteó bajo sus pesadas patas los nidos de los pájaros, incluso cuando escuchó a los pájaros llorando, siguió corriendo sin parar.
Nadie sabía que Nanabozho estaba cerca. Pero Nanabozho se enteró de la desgracia sucedida con los nidos de los pájaros y sintió pena por ellos. Corrió, se plantó delante del bisonte y los zorros y los hizo parar. Con su bastón golpeó fuertemente al bisonte en los hombros. El bisonte, temiendo recibir otro golpe, escondió la cabeza entre sus hombros. Pero Nanabozho solamente dijo: "Tú, a partir de hoy, siempre llevarás una joroba sobre tus hombros. Y llevarás la cabeza gacha por vergüenza."
Los zorros corrieron para escapar de Nanabozho, escarbaron agujeros en el suelo y se escondieron dentro. Pero Nanabozho los encontró y les castigó: "Por ser crueles con los pájaros, siempre viviréis en el frío suelo".
Desde entonces, los zorros tienen sus madrigueras en agujeros en el suelo y los bisontes tienen joroba.
Autor: Desconocido.
sábado, 1 de septiembre de 2018
La leyenda de Citli
Transcurrían los días felices en la tribu india del bosque llamado El Amanecer. Todos los días salían los guerreros cazadores para abastecer a sus familias con lo que conseguían cazar. Uno de ellos, llamado Águila de las tinieblas, salía por primera vez. Adentrándose en el bosque llegó a un lago y quedó sorprendido al encontrar en la orilla del lago a una hermosa joven. Decidió esconderse para que no le viera.
Desde su escondite, tras la maleza pudo observar su belleza. Era muy blanca de piel y tenía el pelo largo y rizado y muy rubio.
El se enamoró al instante y decidió ir todos los días a verla pero siempre escondido. Pero ella se dio cuenta de que alguien la observaba y un buen día le sorprendió por detrás. El, asombrado por su osadía, todavía la quiso más. No hubo nadie en la tierra que se amara más que ellos dos. Pero él cada día tenía que regresar a su tribu y no podía llevarla porque los demás no la aceptarían. Al poco tiempo ella quedó embarazada y él decidió escapar de la tribu para quedarse junto a ella y cuidarla. Tuvieron un bebé precioso, una niña. Eran increíblemente felices.
Mientras tanto los guerreros de la tribu estaban enfurecidos por la partida del joven guerrero. Decidieron ir en su busca y traerlo de vuelta con los suyos. Un buen día asaltaron la pequeña cabaña donde vivían ellos. Ella al darse cuenta escondió a su bebé tras la maleza, junto al lago. Los guerreros la mataron y se llevaron su cabellera. Águila que ya volvía de su cacería no dio crédito a lo que veían sus ojos cuando llegó al lugar.
Sus llantos y lamentos llegaron más allá de las estrellas y todo el firmamento. Al rato escuchó a su bebé llorar y fue en su busca. Se sentó con su bebé a la orilla del lago mientras miles de lágrimas rodaban por sus mejillas. Observando a su niña bajo la luz de las estrellas, cayó en la cuenta que era igual a su madre. Su pelo era suave, rubio y rizado y era de piel blanca y ojos verdes. Te llamaré Citli, dijo Águila, que significa lucero nocturno, ESTRELLA. Y te prometo que cuidare de ti todos los días de mi vida. Citli creció y se convirtió en una jovencita preciosa y muy dulce. Un día su padre no volvió de cazar y ella se sentó a la orilla del río a esperarle.
Pasaban los años y ella seguía esperando sentada en la orilla.
Curiosamente no envejecía y estaba cada vez más bella. Un buen día apareció por allí un joven cazador guerrero que se quedó sorprendido por su belleza, y decidió esconderse tras la maleza para observarla... Y la historia se repite...
Autor: Desconocido.
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