sábado, 25 de marzo de 2023

Las Tres Gotas de Agua.

El Alba pasó una mañana cerca de una camelia y oyó pronunciar su nombre por tres gotas cristalinas.

Se aproximo, luego posándose en el corazón de la flor, preguntó cariñosa:

-¿Qué desean de mí, gotas brillantes?

-¿Que vengas a decidir una cuestión, dijo la primera. Somos tres gotas diferentes reunidas en diversos puntos. Queremos que digas cuál de nosotras vale más y cual es la más pura.

-Acepto, habla tú gota brillante. Y la primera gota trémula habló así:

-Yo vengo de las altas nubes, soy hija de los grandes mares, nací en el ancho océano. Después de andar por mil borrascas, una nube me absorbió. Fui a las alturas, donde brillan las estrellas, y de allá, rodando entre rayos, caí en la flor en la que descanso ahora. Yo represento al océano.

-Habla tú gota brillante, dijo el Alba a la segunda.

-Yo soy el rocío que tiembla sobre los lirios, soy hermana de la Luna, soy hermana de las tinieblas que se forman en cuanto llega la noche. Yo represento al amanecer del día.

-¿Y tú? Preguntó el Alba a la más pequeña.

-Yo nada valgo.

-Habla: ¿de donde vienes?

-De los ojos de una madre. Soy una lágrima.

-Esta es la de más valor, es la más pura.

-Pero yo fui océano...

-¡Yo atmósfera!...

-Sí, trémulas gotas, mas esta fue corazón...

Y el Alba desapareció por la región azul, llevando a la gota humilde ...




Autor: Desconocido.



sábado, 18 de marzo de 2023

Leyenda de la primavera.

Hubo una época muy lejana en que la tierra solo conocía una estación, el invierno. El frío era intenso, la nieve cubría llanos y montañas y las plantas no tenían colores, eran rugosas y opacas.

Cierta vez los hombres partieron en busca de alimentos, que tanto escaseaban, y las mujeres se quedaron cuidando el fuego.

El cielo estaba oscuro, presagiaba tormenta. Y así fue. Un trueno y luego, el viento y la nieve.

Los días pasaban y los hombres no regresaban. Los niños lloraban por sus padres y los abuelos por sus hijos. Las mujeres trataban de mantener la calma para no generar más malestar. Una madrugada, cuando casi todos habían perdido las esperanzas, aparecieron en el horizonte los hombres.

Extenuados, muertos de frío, ni podían contar las penurias que habían pasado en las cumbres. Pero había algo...algo que no podía dejar de contarse. No traían con ellos a Sumac, un adolescente valiente y noble, que se había perdido en las nieves.

La madre de Sumac, desesperada, corrió a la montaña mientras sus pies se enterraban en la nieve. Se escuchaba su voz llamando a su hijo, "¡Sumac, hijo! ¡Sumac!" Y así se perdió de la vista de todos.

Avanzó y avanzó hasta quedar rendida. Fue cuando entonces oyó la voz de Sumac. La desesperación agudizó su ingenio y pudo rescatar al muchacho casi helado. ¿Adonde lo llevaría?. El viento le habló, diciéndole, "Sube con tu hijo a la montaña más alta y toca el cielo".

La madre, con Sumac en brazos, ascendió de una montaña a otra, y en otra y en otra más, pero el cielo estaba siempre tan alto... El viento insistía: "Sube con tu hijo a la montaña más alta y toca el cielo". De pronto, un remolino la envolvió dejándola en la cumbre de un cerro altísimo. La mujer, cayendo de agotamiento, tocó las nubes que se abrieron como una gran cortina. Un trozo de cielo del más puro celeste se fue agrandando.

De él brotaron los rayos de un sol radiante, y deslizándose por ellos salieron pájaros que poblaron la tierra de trinos y aleteos, mariposas multicolores llegaron hasta las plantas en busca de flores que acababan de nacer...El viento se transformó en suave y tibia brisa, se deshizo la nieve y el agua cristalina corrió en cascadas juguetonas.

Sumac volvía a la vida mientras su madre alzaba los brazos al cielo agradeciendo a Inti, el Dios de sus antepasados, el milagro de la primavera que nacía. Cuentan que desde entonces después del invierno llega la primavera como madre amorosa, para poner su nota de calor, belleza y colores en los campos helados de la tierra.


Autor: Desconocido.



sábado, 11 de marzo de 2023

Origen de las Fallas.

Hola amigos, como sabéis en Valencia estamos celebrando sus fiestas mas importantes que son las Fallas, oficialmente la planta de las fallas es el día 15, pero como son tan grandes y cuestan tanto en montarlas, mas de una semana antes las calles se van llenando de piezas de las fallas pero eso son las principales, Valencia esta con sus calles prácticamente todas cortadas, ya sean las principales como las de los barrios, por eso quería contaros de donde viene su origen.

El origen de las fallas se atribuye a la costumbre que tenían los antiguos artesanos y carpinteros de la ciudad con la llegada del buen tiempo, de quemar los soportes de los candiles (parots) con los que habían trabajado en invierno a merced de las pocas horas de luz natural, así como la madera sobrante de los talleres, apilando los tablones, vigas y demás material de carpintería. A esta costumbre se sumo la gente aportando a estas hogueras las cosas viejas de la casa que ya no tenían utilidad, como ropa y muebles en desuso.

A lo largo del S.XVII se sabe que en este alegre acto vecinal, motivado por una lógica espontaneidad, los vecinos solían disfrazar estos parots con elementos caricaturescos parodiando a personajes populares, así como sucesos grotescos ocurridos en el barrio o hábitos inconfesables siempre desde un tono divertido. También a menudo ridiculizaban el sector burgués y al clero, que pronto manifestarían su desaprobación hacia esta costumbre.

Ya en el S.XVIII, esta "costumbre fallera" entendida en términos primarios, ya formaba parte de la festividad de San Jose, Patrón del Gremio de Maestros Carpinteros, celebrado el 19 de Marzo, el día 18 de Marzo en algunas vías urbanas aparecían peleles colgados en medio de la calle de ventana a ventana, y los jóvenes y artesanos acumulaban el material para prenderle fuego al anochecer, piras de maderos, materiales de toda clase y ninots (muñecos), que ironizaban a personajes públicos o actos censurables. Se amontonaba la estructura en las fachadas de los edificios y se retiraban al centro de la calzada o de la plaza la noche en que las quemaban. La algarabía popular se daba cita junto al fuego para celebrar el fin del frio invierno y la llegada de los días de Primavera cada vez mas largos. En muchos hogares se celebraban fiestas onomásticas en las que se agasajaba a los Pepes con tortas, buñuelos y anís. Al día siguiente se cumplía con el deber cristiano de visitar la parroquia para hacer los honores al santo patrono.

En el S.XIX la costumbre convirtió la ubicación de estos monumentos improvisados en lugares fijos y gano protagonismo la necesidad de satirizar la sociedad en la que se vivía. Estas fallas satíricas representadas en tono de humor, tomaban protagonismo con la erótica y la critica social, se ridiculizaban personajes, actos oficiales, vicios y prejuicios...y cada año eran visitadas masivamente. Tomo importancia la creatividad en la construcción y apareció el tablón sobre el que se disponían los objetos llamado cadafal (tarima o entablado) que además adornaban los ninots ya vestidos con ropa usada, con letreros que explicaban en verso el sentido de la critica, como complemento a los letreros apareció en este siglo el llibret (librito) gracias al autor Bernat i Baldovi, en el que se explicaba mediante versos satíricos el contenido de la falla y se repartía entre los vecinos.

De esta manera nos encontramos con el verdadero simbolismo de las fallas, con el tiempo estas fallas pasaron de representar la necesidad del orden y la limpieza a través de la quema de objetos viejos o estropeados, a simbolizar una purificación, un renacimiento interpretado a través de la quema de las miserias, vicios y actos censurables personificados a través de los ninots de los cadafals.

En la década de 1870 las autoridades presionadas por el poder de los sectores burgueses y clero, persiguieron duramente las festividades populares de los Carnavales como la tradición fallera, a finales del S.XIX, se prohibieron las fallas debido a la dura critica que hacían a los sectores mas dominantes de la sociedad, pero el pueblo los desafió y finalmente se pudieron plantar, pronto el Ayuntamiento empezó a imponer impuestos altísimos por la plantá de las fallas, consiguiendo en 1886 que no hubiera fallas en Valencia, nuevamente la presión del pueblo y la iniciativa del progresista Felix Pizcueta, obligaron al alcalde a reducir estos impuestos de manera que se pudiese continuar con la tradición fallera.

Con el concurso de premios que otorgaba Lo Rat Penat y con el animo popular en alza, cada año acudía mas gente de lugares cada vez mas alejados de la ciudad para ver y disfrutar de lo que ya a principios del S.XX se empezaron a considerar autenticas obras de arte, y a los creadores Artistas Falleros.

En 1930, el Ayuntamiento convoco por primera vez el Concurso de Carteles para hacer promoción de las Fallas y en 1932 se convirtió en la entidad organizadora y gestora de todo el programa de actos, instaurando oficialmente la Semana Fallera.

Fue así como Las Fallas se convirtieron realmente en la fiesta mayor de Valencia, festividad catalogada como Fiesta de Interés Turístico Internacional, siendo actualmente plantadas cada año alrededor de 385 fallas grandes, sin contar con las infantiles que duplican esta cifra, mas unas 250 mas en el resto de la provincia durante la Semana Fallera, en la que impera el color, las flores, la luminosidad nocturna, la música, el ruido y como no el olor a pólvora, así es como llega a Valencia la Primavera y así es como los valencianos festejan a San Jose y a su Virgen de los Desamparados ¨La Geperudeta¨ en la ofrenda de flores.


Espero os haya gustado:)


sábado, 4 de marzo de 2023

Leyenda del Chocolate.

La leyenda del origen del cacao, esa que encontramos en el Tonalámatl, el libro de los augurios de los sacerdotes de la diosa Xochiquetzal, la historia de cuando los dioses, compadecidos de los trabajos que pasaba el pueblo tolteca, resolvieron que uno bajara a la tierra para ayudarles, enseñándoles las ciencias y las artes. Decidieron que fuera Quetzalcóatl, que hacía tiempo se empeñaba en ayudar a los toltecas, quien tomara forma humana y descendiera sobre Tollan, la ciudad de los hombres buenos y trabajadores.

Y así se hizo, Quetzalcóatl descendió por un rayo de la estrella de la mañana, dejando asombrados a los toltecas con su aparición, particularmente por su indumentaria hecha toda de una materia luminosa, y por su blanca y rizada barba, luminosa también. Todo el pueblo comprendió que aquel aparecido no era un simple mortal y  desde luego, le rindió adoración, rompiendo sus feos y oscuros dioses de barro.

Junto con Quetzalcóatl, dominaba el dios Tláloc “el señor que está dentro de la tierra” el dueño de las lluvias, dador de la vida y dueño de las almas separadas de los cuerpos. Reinaba también Xochiquetzal “flor emplumada” la diosa de la alegría y el amor, esposa de Tláloc y descubridora del pulque. Todos los dioses eran buenos, y dirigidos por Quetzalcóatl enseñaron al pueblo tolteca el saber, hasta hacerlo sabio y artista, conocedor de la marcha de los astros, lo que le permitió medir el tiempo y señalar en el calendario el cambio de las estaciones para aprovechar las lluvias y levantar las cosechas.

Quetzalcóatl les dio además a los toltecas el don de una planta que había robado a los dioses, sus hermanos, quienes la guardaban celosamente, porque de ella obtenían una bebida que, pensaban, sólo les estaba destinada a ellos. Quetzalcóatl sustrajo el pequeño arbusto de flores rojas, prendidas a largas ramas de hojas alargadas, inclinadas hacia la tierra, a la que ofrecía sus oscuros frutos. Plantó en los campos de Tula el arbolito y pidió a Tláloc que lo alimentara con la lluvia, y a Xochiquetzal que lo adornara con flores. El arbolillo dio sus frutos y Quetzalcóatl recogió las vainas, hizo tostar el fruto, enseñó a molerlo a las mujeres que seguían los trabajos de los hombres, y a batirlo con agua en las jícaras, obteniendo así el chocolate, que en el principio sólo tomaban los sacerdotes y los nobles.

Fue licor sagrado y lo tomaban agrio o amargo. Más tarde se le mezcló con miel, y a la llegada de los españoles, éstos le agregaron azúcar y leche, tomándolo caliente y haciéndolo la bebida de lujo de la época colonial.

Así pues, Quetzalcóatl fue dador del cacao en sus cuatro clases: el cauhcacahuatl, el mecacahuatl, el xochicacahuatl y el tlalcacahuatl, que era el que tostaban, reservando los otros tres para moneda, pues el fruto se consideraba símbolo de riqueza. Los toltecas fueron ricos y sabios, artistas y constructores; gozaban del rico chocolate y eran felices, lo cual despertó la envidia de los dioses, más aún cuando descubrieron que tomaban la bebida destinada únicamente a ellos.

Juraron venganza, contra Quetzalcóatl primero y contra el pueblo tolteca después. Para eso llamaron a Tezcatlipoca “espejo humeante”, dios de la noche y de las tinieblas. Este dios, enemigo de Quetzalcóatl, el dios luminoso, bajó a la Tierra por el hilo de una araña y disfrazándose de mercader se acercó a Quetzalcóatl para ofrecerle la bebida que Xochiquetzal había descubierto.

El dios luminoso se hallaba en su palacio inmensamente triste, pues un sueño le había hecho saber que los dioses preparaban su venganza y temía por el pueblo al que había hecho rico, sabio y feliz.

Quetzalcóatl bebió del jugo que se le ofrecía, que era el octli , el jugo fermentado del metl, el maguey, llamado por el pueblo tlachiuhtli, o sea, el pulque. Quetzalcóatl lo bebió y se embriagó, con gran regocijo del malvado Tezcatlipoca, y bailó y gritó ante el escándalo del pueblo que lo miraba hacer gestos ridículos. Después se durmió, y, al despertar, con la boca amarga y en la cabeza un dolor profundo, se dio cuenta de que los dioses lo habían deshonrado y que se preparaba la ruina del pueblo tolteca y la caída de la gloriosa Tollan.

Al sentir Quetzalcóatl que ya nunca podría ver a los que había enseñado a ser buenos y honrados sin tener una gran vergüenza, decidió marchar hacia el rumbo de la estrella vespertina, su casa. A su partida se dio cuenta que todas las plantas de cacao se habían secado, sin embargo, arrojó las ultimas semillas de cacao en Neonalco (Tabasco), las cuales florecieron bajo su mano y subsistieron hasta nuestros días. Después entró en el mar y, aprovechando un rayo de luz de la estrella de la tarde, se volvió a su morada de luz.