sábado, 31 de octubre de 2020

Leyenda de Jack O'lantern.

El origen de las famosas calabazas talladas viene de una leyenda de origen celta (a caballo entre irlanda y escocia) sobre jack "el tacaño" (stingy jack en el original inglés), un granjero que engañaba y mentía a vecinos y amigos, esta conducta le granjeó toda clase de enemistades pero también una reputación de persona tan malvada que rivalizaría con el mismísimo satanás.

Hace muchos años, en la noche de brujas, un hombre conocido como Jack el tacaño, tuvo la mala fortuna de encontrarse cara a cara con el mismísimo diablo en una taberna. el diablo, a quien llegó el rumor de tan negra alma, acudió a comprobar si efectivamente era un rival de semejante calibre.

Disfrazado como un hombre normal acudió al pueblo de éste y se puso a beber con él durante largas horas, revelando su identidad tras ver que en efecto era un auténtico malvado. cuando lucifer le dijo que venía a llevárselo para pagar por sus pecados, Jack le pidió una ronda más juntos como última voluntad ofreciéndole su alma, el diablo se lo concedió pero al ir a pagar ninguno de los dos tenía dinero, así que Jack retó a lucifer a convertirse en una moneda para pagar la ronda y demostrar sus poderes. El diablo aceptó y se convirtió en una moneda para pagar al camarero, pero Jack decidió rápidamente quedarse la moneda guardándola en su bolsillo junto a una cruz de plata y así impedir que el diablo se liberara y que adoptase de nuevo su forma original hasta que prometiera no pedir su alma en diez años. El diablo no tuvo más remedio que aceptar.

Diez años más tarde, Jack y el diablo se encontraron en un bosque para saldar su deuda. El diablo estaba dispuesto a llevarse consigo su alma, pero Jack pensó rápido y dijo: "Como último deseo... ¿Podrías bajarme aquella manzana situada en lo alto del árbol?, para así tener su última comida antes de su tormento. El diablo pensó que no perdía nada, y de un salto llegó a la copa del árbol, pero antes de que el diablo se diese cuenta, Jack marcó rápidamente una cruz en la corteza del árbol. entonces el diablo no pudo bajar. Jack le obligó, una vez más, a prometer que jamás le pediría su alma nuevamente. El diablo no tuvo más remedio que aceptar y jack se vio libre de su amenaza.

Murió unos años más tarde, Jack se preparaba para ir al cielo pero fue detenido en las puertas de San Pedro, impidiéndosele el paso pues no podían aceptarle por su mala vida pasada, siendo enviado al infierno. para su desgracia allí tampoco podían aceptarlo debido al trato que había realizado con el diablo, y éste le expulsó de su reino "¿Adónde iré ahora?", preguntó Jack, y el diablo le contestó: "Vuelve por donde viniste", le condenó a deambular un eterno vagar entre los reinos del bien y del mal. El camino de regreso era oscuro y frío, no se podía ver nada, el diablo le lanzó a Jack un trozo de carbón encendido desde el mismísimo infierno, para que pudiera guiarse en la oscuridad, Jack lo puso en un nabo que había vaciado para que no se apagara con el viento.

Con el paso del tiempo jack el tacaño fue conocido como jack el de la linterna o "jack of the lantern", nombre que se abrevió al definitivo "jack o'lantern". esta es la razón de usar nabos (y más tarde calabazas, al ser más grandes y fáciles de tallar) para alumbrar el camino a los difuntos en halloween, y también el motivo de decorar las casas con estas figuras horrendas (para evitar que jack llamase a la puerta de las casas y proponer truco o trato)

Ahora Jack vaga sin rumbo con su linterna para toda la eternidad.

Los irlandeses solían utilizar nabos para fabricar sus "faroles de Jack", pero cuando los inmigrantes llegaron a Estados Unidos advirtieron que las calabazas eran más abundantes que los nabos. Por ese motivo, surgió la costumbre de tallar calabazas para la noche de Halloween y transformarlas en faroles introduciendo una brasa o una vela en su interior. El farol no tenía como objetivo convocar espíritus malignos sino mantenerlos alejados de las personas y sus hogares.


Autor: Desconocido.





sábado, 24 de octubre de 2020

La leyenda de Nube Sin Rumbo.

Cuentan los chamanes que a las puertas del pueblo indio llamado Luna Fértil, nació un bebé al cual se le atribuyeron unos poderes, ya que nació cuando el eclipse solar. Nació en el momento en que el día se transformó en noche. Su madre venía de un lugar muy lejano llamado Luz de Fuego. Y al llegar a Luna Fértil en las mismas puertas del poblado tuvo a un bebé precioso. Una niña de pelo negro y piel aceituna y la llamó Nube sin Rumbo, porque ciertamente viajaba sin rumbo fijo. Nube no se dio cuenta de sus poderes hasta cumplir los 19 años. Tenía el don de comunicarse con las fuerzas de la naturaleza, y el don de cambiar los corazones indomables y malignos por belleza y bondad.

Pero Nube no era feliz. Sentía que le faltaba algo y no sabía muy bien qué. Decidió viajar en busca de la felicidad hacia otras tierras. Con la bendición de su madre y de los ancianos de la tribu partió al amanecer. Nube viajó muchísimo, visitó otras tribus e hizo a muchas personas felices. Sin darse cuenta era vigilada por las hadas de el bosque, quienes extrañadas por tanta belleza en una mortal, tramaron algo indebido y digo indebido puesto que las hadas no son así.

Pero mientras, ella seguía sintiendo que le faltaba algo. Y viajaba y viajaba sin descanso soportando sola las inclemencias del tiempo. Pero siempre vigilada por esas hadas...

Pasaron 10 años y Nube no era feliz. Tenía un espíritu inquieto que no la dejaba descansar. No terminaba de encontrarse a si misma. Un buen día llegó a una tribu que no conocía de antes. Se presentó al jefe de la tribu, el cual quedó admirado por la valentía de la joven. Le propuso que se quedara y le ayudara a dirigir a su pueblo. Ella, resignada, aceptó. El jefe de la tribu se llamaba El Que Pinta En El Agua porque tenía aquel don. Él se enamoró locamente de Nube, pero Nube seguía encerrada en sí misma. Pero él era muy paciente y sabía esperar.

Un buen día Nube empezó a caminar hacia el bosque buscando hierbas para sus rituales y se perdió. Se le echó la noche encima y no pudo volver. Sin saber que hacer se limitó a buscar un poco de luz pero aquella noche no había luna. Encendió una pequeña hoguera y se quedó dormida.

Mientras, El Que Pinta En El Agua fue en su busca... Nube se despertó sobresaltada, alguien le tocaba la cara y se asustó. Era el espíritu de su madre que le hablaba con estas palabras: Nube, hija, no busques más. Lo que buscas no está en sitios extraños y lejanos. Está muy cerca de ti hija. Está en tu corazón. Tienes el don de cambiar los corazones de los demás, pero el tuyo está duro y frío como una roca. Mira dentro de ti hija, sólo dentro de tu corazón y de tu alma está la felicidad. Quítate la venda de tus ojos, porque estás ciega y no ves el amor que te rodea.

Aprovechando tal situación, las Hadas entonaron un cántico secreto para los mortales. Sí, las hadas llenas de envidia ya, porque al ver un mortal que poseía tanta hermosura, aún más que las mismas hadas, decidieron hacerle adormecer eternamente y esa canción llegó a oídos de Nube... Nube escuchando estas palabras y esa tonada escondida, se quedó dormida.

Durmió durante 5 años debido al embrujo de las hadas del bosque que tenían envidia de su belleza. El Que Pinta En El Agua la acompañó durante esos 5 años y la lloró día y noche. El espíritu de Nube seguía errante viajando por los confines de la tierra...

Hasta que cansado volvió al cuerpo de Nube. Cuando Nube despertó y vio a quien tenia al lado se asombró. Él, en un arrebato la besó, un largo y cálido beso que la envolvió. Nube abrió los ojos y vio todo claro. Sintió una gran paz interior y una felicidad única. Pero el cuerpo de Nube estaba muy débil y enfermo. Nada pudieron hacer por ella.

Los pocos días que le quedaron fueron los más felices de su vida. No le importaba morir porque ya se había encontrado con el rostro de la verdadera felicidad.

La noche que murió, El Que Pinta en el Agua fue hasta el lago y no paró de pintar lágrimas en él. Lágrimas y lágrimas de dolor. Ante tanto amor los dioses se compadecieron de él y decidieron hacer a Nube inmortal. Y fueron felices.

Y cuenta la leyenda que cuando él murió... Nube decidió que su espíritu le acompañaría para siempre...

Y hasta hoy mismo sus espíritus están unidos...y dependiendo de su estado de ánimo, llueve o hace sol.

Sólo el verdadero amor hace cambiar el corazón de las personas.




Autor: Desconocido.



sábado, 17 de octubre de 2020

La Piedra de Cinco Colores.

La montaña Shu seguía vomitando fuego y llamas, y los ríos de lava amenazaban con invadir todo el Japón. Por la violencia de la erupción, la base de uno de los pilares que sostenían el firmamento se quebró y un ángulo del cielo cayó sobre la tierra. A causa de este desastre. El sol y la luna no pudieron pasar por los senderos del cielo con sus carros ardientes, de modo que el mundo quedó envuelto en una noche continua.

La emperatriz Jouka corrió en busca del remedio. La oscuridad obsesionaba a su gente, y la buena emperatriz, para romper las tinieblas, mandó encender grandes hogueras en las alturas. Obteniendo así cierto vislumbre que calmo los asustados ánimos, la soberana ordenó que todos sus súbditos recogiesen piedras de cinco colores: azul, anaranjado, rojo, blanco y negro. Cuando hubo reunido una gran cantidad de ellas, las puso a hervir, junto con unos polvos finísimos de porcelana, en un enorme caldero, obteniendo así  una pasta húmeda y reluciente.

Llamó entonces a una nube que navegaba por el cielo. La nube descendió dócil a sus pies. La emperatriz subió en ella, y se hizo llevar arriba allá donde el cielo  estaba roto.

Con gran paciencia y precisión. Valiéndose de la pasta que ella misma había fabricado, reconstruyó el ángulo de cielo que faltaba. Luego volvió a bajar a la tierra, y con la concha de una enorme tortuga construyo un nuevo pedestal para el pilar deteriorado.

Mas aunque ahora todo estuviese en su sitio en el cielo, la oscuridad reinaba todavía en el mundo, ni el sol de día ni la luna de noche aparecían en el firmamento.

La emperatriz, extrañada de este hecho, convocó  a todos los sabios del imperio y pidió su consejo sobre qué debía hacer en semejante caso. El más anciano de la asamblea, dijo:

-Probablemente el sol y la luna, habiéndose encerrado en casa en el momento del desastre, no saben  que los caminos del firmamento han sido reparados. Es necesario mandar un embajador que se lo comunique. Todos aplaudieron tan sabias palabras, y la emperatriz decidió enviar inmediatamente un embajador al sol y a la luna, montado en el caballo más veloz que había en sus caballerizas.

Sus majestades la Luna y el Sol concedieron enseguida la audiencia solicitada por el mensajero terrestre, y cuando se enteraron de las reparaciones hechas por Jouka, se mostraron muy satisfechos. Salieron enseguida con sus carrozas de fuego del palacio en que habían permanecido tanto tiempo encerrados y volvieron a surcar el viejo camino, iluminando al mundo.

El cielo, después de los sabios retoques, tenía una luminosidad más suave, una belleza delicada y más nítida. Diéronse cuenta de ello, el sol en su viaje diurno, y la luna en su ronda nocturna, y para demostrar su gratitud a la que había dado un nuevo encanto a su patria celeste, pusieron todo el empeño por dar aún más viva luz de la que se beneficiaban la tierra y sus habitantes.

Los hombres se alegraron al volver a ver los dos grandes astros celestes y alzaron cánticos de bendición y alabanza a la sabia emperatriz, a quien tanto debían. Pero los honores y las loas no hicieron soberbia a Jouka. La alegría de su pueblo, el amor y la gratitud de sus súbditos fue para ella el premio más grande y más agradecido que consoló por largos años su corazón bueno y honrado.


Autor: Desconocido.



sábado, 10 de octubre de 2020

El Hada y el Leñador.

 

Su nombre era "Hoshi", ella era el hada mas hermosa de las montañas de cristal, su magia era extraordinaria y en sus ojos llevaba el brillo de las estrellas, vivía muy feliz con sus hadas hermanas entre seres increíbles como salidos de un cuento, cierto día por la mañana Hoshi despertó como siempre en su cama de cristal pero algo había cambiado en ella, pronto se dio cuenta que su magia ya no estaba!, sus alas se habían caído, ahora no podía volar y el polvo de estrellas que salía de sus manos cada vez que las movía había desaparecido, al darse cuenta de esto, sus hermanas empezaron a reír y a burlarse de ella, Hoshi se escondía en los rincones y lloraba día tras día, sentía como poco a poco iba dejando de pertenecer a ese lugar tan mágico donde a ella le encantaba vivir!

Un día Hoshi salio del castillo mientras todos dormían, y tomo el camino del bosque, tras varios días de caminar sin descanso y aun con lagrimas en sus ojos, la pequeña hada desfalleció y callo al suelo al pie de un gran árbol...

"Sora" era un joven leñador que vivía en lo mas profundo del bosque, por las mañanas iba a recolectar leña y recoger frutos silvestres, Sora caminaba como siempre por el camino cuando de pronto vio a una joven inconsciente debajo de un árbol que le daba sombra y la cuidaba, el leñador la tomo entre sus brazos y corrió a su pequeña casa al lado del rió, la recostó sobre su cama de paja y le dio de beber un poco de agua, el leñador que do inmóvil al pie de la cama tan solo observando, el no podía creer lo bella que era, al cabo de varias horas ella despertó asustada y Sora le dijo..

"No tienes porque temer, tan solo soy un leñador pero esta es mi casa, este es mi bosque y esta es mi vida, yo cuidare de la tuya y velare tu sueño hasta que las estrellas un día dejen de brillar"

Así paso mucho tiempo, Sora cuido a Hoshi y día tras día le iba enseñando el mundo donde el había crecido, le mostró la belleza de las cosas simples como los colores de las flores y la tranquilidad de su aroma, el brillo de las estrellas y soñar en poder alcanzar alguna de ellas, la sensación de escuchar los corazones latir muy fuerte cuando se acercaba uno al otro y sentir como despegaban los pies del suelo cada vez que el la tomaba entre sus brazos.

Un día por la mañana Hoshi despertó y se llevo una gran sorpresa cuando se dio cuenta que su magia había vuelto, ahora sus alas estaban en su lugar y podía sentir que era mas fuerte!, mas especial, el hada salio por la ventana olvidando a Sora que aun dormía, Hoshi regreso inmediatamente a su castillo, sus hermanas le hicieron una gran bienvenida, un grupo de elfos tocaba la trompeta mientras luces de colores iluminaban las montañas de cristal y los enanos servían ricos manjares, ella se sentía feliz, era un hada de nuevo y estaba otra vez en su hermoso castillo de cristal.

Pero Hoshi un día miro al cielo y recordó a "Sora", una extraña sensación recorrió su cuerpo cuando pudo observar que los cristales de su castillo no podían brillar mas que las estrellas cuando estaba en esa vieja cabaña al lado del río, luego miro a su alrededor y pudo darse cuenta que la verdadera magia no estaba en sus manos de hada y que no necesitaba sus alas para poder volar mas alto que los demás, Hoshi inmediatamente salio del castillo otra vez hacia el camino del bosque para buscar a Sora pero mientras avanzaba podía sentir como iba dejando a su paso el polvo de estrellas que quedaba en el camino y como sus alas se iban quebrando y cayendo poco a poco detrás de ella, una vez mas la pequeña hada desfalleció al pie del mismo árbol donde un día Sora la encontró.

Por la mañana Hoshi despertó y cuando abrió los ojos ahí estaba Sora sonriendo al pie de su cama de paja, el la abrazo muy fuerte y le dijo...

"No tienes por que temer, tan solo soy un leñador pero esta es mi casa, este es mi bosque, estos son mis sueños y te prometo que estarás en cada uno de ellos hasta que las estrellas un día dejen de brillar"

Hoshi y Sora vivieron felices para siempre, ella renuncio a ser un hada y el cumplió su promesa cuidándola y haciéndola parte de todos y cada uno de sus sueños


FIN



sábado, 3 de octubre de 2020

El Hojarasquín.


En lo más recóndito de las selvas de América deambula un fantasma singular, fabuloso y misterioso "El Hojarasquín", un árbol altísimo, su tronco es mitad hombre y medio animal sus extremidades son humanas, en ellas tiene cientos de nudos que parecen lunares pero que en realidad son bocas.

El Hojarasquín tiene copas verdes que aparentan ser cabezas zoomorfas: una de cocodrilo, una de oso, una de cóndor, una de danta, una de jabalí, una de tigre y una de caballo y en todas tiene cuerno. Del tronco del Hojarasquín se desprenden ocho inmensos brazos, de sus ramas cuelgan frutos de múltiples variedades y colores, que le sirven de ojos; cuando unos duermen otros vigilan.

El Hojarasquín tiene raíces de marfil incorruptible, camina por la selva persigue a los taladores de árboles, a los cazadores, a los saqueadores y los convierte en muertos vivientes.


El Hojarasquín puede hacerse invisible, canta, baila y vuela, a veces está de buen genio, otras veces iracundo y vomita fuego como un dragón. Él puede atravesar las llamas sin quemarse, como una salamandra virginal y todas las partes de su ser son acorazadas y blindadas. La humanidad del Hojarasquín está perfeccionada con múltiples vegetales, con roble sólido, con pino inmortal, con trébol de buen augurio, con cedro majestuoso, con olmo que dignifica la vida, con ópalo de confianza y con olivo de victoria.


El Hojarasquín tiene adherido a su corpulencia flores míticas: azahares puros para adornar a la novia el día de su boda, azucenas virginales, jazmines elegantes, violetas inocentes, lirios puros, loto para olvidar mala vida y sus pesares, margaritas proféticas, girasoles de oro, rosas amorosas, claveles de matrimonio, tulipanes de amor desgraciado y amapolas narcóticas.

Hojarasquín también tiene pegado a su maravillosa vestidura, frutas lujuriosas, limones fieles en el alma, manzanas del bien y del mal, peras eróticas, melones estúpidos y sabios, uvas embriagantes y cerezas dulces del paraíso."


El Hojarasquín se enaltece con diadema de reyes: laureles de victoria,  mirto de prosperidad, espigas de fecundidad, hongos de longevidad, higueras de la ciencia, heno de riqueza, espi­nas de pasión y musgo para protegerse.

El Hojarasquín carga en su botiquín bebidas de inmortalidad, medicamentos prodigiosos, la panacea, llantén pan del camino, mandrágora erótica, alpiste para la esperanza, almendro para la dulzura, sauce para la melancolía, magnolia para el gran amor, junco para ser flexible, encina para la fuerza, espino para la prudencia, durazno para la felicidad prohibida, cítiso para el disimulo, ciprés para el duelo, boj para la resistencia, aliso para la estimación,  y albaricoque de insensibilidad.


Además de eso al Hojarasquín la Madre Gaia y el Gran Arquitecto del Universo lo bendijo con dones divinos, sabiduría, entendimiento, consejo,  fortaleza, ciencia, prudencia y temor a la naturaleza. Gracias a eso el portentoso Hojarasquín domina los cuatro elementos de la naturaleza, agua, aire, tierra y fuego. Cuando el gigantesco Hojarasquín camina, tiene cuidado para no aplastar a sus primos del reino animal y vegetal y cuando vuela, contempla las estrellas, el sol y la luna.


El Hojarasquín es poeta, encantador, sabio y adivino, lee los astros y es inmortal. El Hojarasquín disfruta la presencia de las amazonas y de los indígenas, ve con recelo a los colonos, enfrenta a los que quieren robar sus secretos medicinales, extravía y amarra con lianas y bejucos a los intrusos y luego los devuelve.

El Hojarasquín es fascinante, complejo y mágico, protege a los animales, vegetales y tesoros de la “Madre Gaia”.



Autor: Desconocido.