sábado, 25 de mayo de 2019

Leyenda del reloj de Praga.


Un día, un maestro relojero llamado Hanus se presentó a las autoridades del ayuntamiento proponiendo sus talentos para la construcción de un reloj monumental, que al tiempo de adornar el frente del edificio haría de Praga una ciudad única, puesto que sería el más bello de Europa. Aceptando su propuesta, el relojero se puso a trabajar.
Así, durante un tiempo se lo vio calcular y dibujar, y más tarde contrató un aprendiz que lo ayudó en la concreción de la obra.

El día de la inauguración, una multitud estupefacta contempló aquel bello mecanismo, como nunca habían visto en toda su vida, mientras Hanus, orgulloso y feliz, intentaba explicarles (en vano, claro) el sentido de toda esa extraña maquinaria. Sin duda, pensaban todos, no hay en el mundo nada igual y Praga será aún más reconocida como la más gloriosa de todas las ciudades.

Pero tiempo después, alguien vio al maestro nuevamente dibujando entusiasmado en su taller y se extendió la noticia de que quizás estaba preparando una obra aún más espectacular en el extranjero, tentado acaso por una importante oferta monetaria. Las autoridades se inquietaron, celosas de que Hanus repitiera en otro país la pequeña maravilla praguense.

La solución no se hizo esperar y fue muy drástica. Aprovechando la quietud de una noche muy oscura, tres personas entraron a su taller, donde se encontraba aún trabajando a la luz de las velas y el calor de la chimenea. Tomándolo por sorpresa, el maestro no pudo reaccionar, y sin ninguna piedad lo arrastraron hasta el fuego y le quemaron los ojos con un hierro caliente...

Pasó el tiempo sin que nadie supiera de quiénes podían haber cometido semejante crueldad. Hanus se había enfermado y poco a poco se deterioraba físicamente, al tiempo que sus libros y planos se cubrían de polvo... pero la gente acudía como siempre para ver su pequeña maravilla en el ayuntamiento.

Jan Hanus destruyendo el reloj,
 ilustración de Věnceslav Černý
Un día alguien llegó a conocer la verdad y no tardó en hacérselo saber a Hanus. Dolido por tanta maldad e ingratitud, tomó una triste resolución y se hizo llevar por su aprendiz hasta la torre. Una vez allí, reunió todas las fuerzas que le quedaban y metió su mano derecha en el mecanismo para destruirlo. En ese mismo momento, la Muerte tiró de la cuerda, los engranajes sonaron horriblemente y todo se detuvo; también la vida de Hanus, que cayó muerto en ese mismo momento.

Se dijo que una maldición recaería sobre todo aquel que intentara reparar el reloj, volviéndolo loco o directamente provocándole la muerte. Más allá de la leyenda, lo cierto es que muchos, muchos años pasarían antes de alguien lograra reparar el complicado mecanismo del reloj de Hanus.




Autor: Alois Jirásek.






sábado, 18 de mayo de 2019

Necesito de alguien...




Necesito de alguien, que me mire a los ojos cuándo hablo.

Que escuche mis tristezas y desiertos con paciencia y aún cuándo no comprenda, respete mis sentimientos.

Necesito de alguien, que venga a luchar a mi lado sin ser llamado.

Alguien lo suficientemente amigo, cómo para decirme las verdades que no quiero oír, aún sabiendo que puedo irritarme.

Por eso, en este mundo de indiferentes, necesito de alguien que crea en esa cosa misteriosa, desacreditada y casi imposible: ¡ LA AMISTAD !

Que se obstine en ser leal, simple y justo.

Que no se vaya, si algún día pierdo mi oro y no pueda ser más la sensación de la fiesta.

Necesito de un amigo, que reciba con gratitud mi auxilio, mi mano extendida, aún cuándo eso sea muy poco para sus necesidades.

No pude elegir, a quienes me trajeron al mundo, pero puedo elegir a mi amigo.

En ésta búsqueda, empeño mi propia alma, pues con una amistad verdadera.

La vida se torna más simple, más rica y más bella.



Charles Chaplin




sábado, 11 de mayo de 2019

La Sonrisa del Lobo.


En las lejanas tierras nevadas de Canadá, tuvo lugar la historia de cómo un lobo se convirtió en el mejor amigo del ser humano.
Cuenta la leyenda que en aquellas montañas vivía Skan (el cielo), el gran lobo gris plata junto a su manada de lobos árticos.
En aquellas tierras el viento soplaba con un cálido aroma de libertad, la luz dorada del sol bañaba un paisaje donde el equilibrio natural hacía que todas y cada una de las especies convivieran en paz y armonía.
Pero un día, con la llegada del hombre, la hermosura de aquellas tierras vírgenes y la pureza de sus aguas cristalinas empezó a desvanecerse, mientras el hombre avanzaba haciendo suyo todo lugar por el que pasaba.

Una mañana temprano, Skan se hallaba buscando una presa para poder llevar a su familia como desayuno, cayó mal herido en una de las trampas que los humanos habían colocado en el bosque. Y cuando pensó que ya no tendría salida, alguien le cogió del cuello lo montó en su mustang negro y lo salvó. Sí, un humano lo había salvado, pero aquel,...aquel era diferente, se trataba de un joven indio de la tribu de los Lakota, de piel rojiza y cabellos largos color negro azabache. Aquel muchacho lo rescató de una muerte segura en manos del depredador más temible de todos, el ser humano, el cual odiaba a los lobos.

Skan quedó completamente agradecido con aquel joven por su hospitalidad y cuidados..Al fin y al cabo, no era tan diferente a él, ambos luchaban por la libertad de los suyos y cruelmente eran rechazados y perseguidos.
Skan sentía de corazón que algún día no muy lejano podría devolverle el favor...
Así que por la noche, aulló a la luna en llamada a la Diosa Nokomi,(hija de la luna), para que le concediera el deseo de poder devolver el favor a aquel muchacho.
Ella le dijo que para protegerle debería aprender a sonreír....sólo así podría convivir en una comunidad de humanos sin que le tuvieran miedo...Skan aceptó y al día siguiente despertó diferente...su mirada de ojos pardos había retomado un brillo dulce color miel que emanaba ternura y sus dientes, ya no eran los de un lobo fiero y salvaje. Ahora en su rostro se dibujaba una hermosa sonrisa que desprendía simpatía y confianza...

Así pues, Skan se encaminó hacia la aldea de los Lakota y una vez allí algo mágico ocurrió...La gente lo trataba como a un Dios, ¡Es nuestro salvador! Gritaban llenos de júbilo y alegría, era curioso porque todas aquellas gentes le sonreían!. El hermano lobo gris que sonríe ha venido al fin para proteger a nuestro pueblo, es Nordic, el legendario lobo gris que según la profecía vendría para salvarnos...
Y así fue, Skan se convirtió en el fiel compañero y protector de la tribu de los Lakota, pasó de ser un lobo gris a un perro con una bonita sonrisa, siendo así el pionero de las generaciones de nuestros actuales nórdicos.
A partir de entonces, se dice que los perros nórdicos son poseedores de la más hermosa y sencilla de las sonrisas, ....la sonrisa nórdica!


Autor: Miriam Perera




sábado, 4 de mayo de 2019

Akie Nakata ( Artista en la Piedra)




Hola amigos, hoy os dejo el trabajo tan bonito que realiza esta gran artista a base de mucha paciencia y con algo tan sencillo y simple como es una piedra, ella es Akie Nakata.

Con paciencia y mucho cuidado, Akie Nakata consigue transformar piedras en arte. La artista japonesa  siempre había coleccionado piedras que se encontraba por la calle, y desde 2011 las convierte en animales. Con un trabajo muy meticuloso crea figuras de gatos, perros, osos, pájaros o cualquier animal susceptible de adaptarse a una piedra diminuta.

¿Quién no ha jugado alguna vez a adivinar animales en las formas de las nubes? Lo de Akie Nakata, sin embargo, va más allá. La artista japonesa ha revolucionado Instagram con sus pequeños y adorables animales de piedra, que diseña con tanta minuciosidad que hasta parecen reales.


Tras pasar su infancia coleccionando piedras, Akie decidió comenzar con sus diseños de animales un día cualquier. Paseando por el campo le pareció que uno de los guijarros del camino tenía una marcada forma de conejo. Y ahí empezó todo. Pincel en mano y usando pintura acrílica, Nakata dibuja con mimo cada pluma y cada pelo de sus diminutos personajes, convirtiendo su actividad casi en una forma de vida. Y es que aunque las piedras no sean organismos vivos, para esta peculiar artista son «testigos silenciosos del paso de los milenios», y espera que el resto de la gente pueda ver sus creaciones de la misma manera.


Inspirada en las formas naturales de cada piedra, Akie Nakata, las transforma en encantadoras pinturas de animalitos. El mimo y detalle con el que las hace es tal, que es difícil no confundirlas con animales reales.
Éste es su funcionamiento habitual, Akie cree que cada piedra tiene su propia figura destinada y no a la inversa. He aquí el punto de partida del meticuloso trabajo en el que la artista se plantea preguntas tan minuciosas como: ¿Estoy posicionando la columna vertebral en el lugar correcto?, ¿se siente bien?, ¿estoy forzando algo que no va en armonía con la forma de la piedra?. Esto nos da una pista de la cuidada técnica con la que se producen estas piezas.


Para la japonesa esta afición se ha convertido en toda una labor espiritual, que solo da por finalizada cuando considera que los ojos del animal cobran vida. A pesar de que las piedras no son organismos vivos la artista cree que "son testigos en silencio del paso de los milenios" y por eso las pinta.

Este es el maravilloso resultado de una artista que convierte simples piedras en seres que parecen respirar.


Hay algo de espiritual en la labor de la japonesa, pues a pesar de que las piedras no son un organismo vivo siente "que son testigos en silencio del paso de los milenios", por eso las pinta mientras las sostiene en la mano e incluso habla con ellas.

Y espera que así sea con las personas que las adquieran, que las valoren más allá de ser simples piedras, como parte de la tierra de la que todos venimos y con el valor de la historia que acumulan los objetos con muchos años de historia.



Espero os haya gustado :)