Un día vio llorar a su padre y eso lo descompuso, ya que la tristeza no cabía en él. Se sintió, a su vez, muy triste, y esa noche cuando su padre terminó el cuento que todas, todas las noches le acompañaba a dormir le preguntó.
—Papá ¿Por qué lloran los papás?
—Mario, la vida no es como la sientes de niño, la vida es correr para no llegar y en la carrera, dejarte la propia vida.
La explicación dio que pensar a Mario que a partir de ese día empezó a fijarse en la vida de sus padres. Observó que se levantaban temprano, iban a trabajar, le llevaban al colegio, hacían los trabajos de casa, lo llevaban al médico cuando enfermaba, a natación,…y muy, muy de vez en cuando, veía a sus padres reír juntos y abrazarse…y comprendió lo que quería decir su padre.
Estaban tan atareados que no podían hacer las cosas que a ellos les gustaban.
Mario —preocupado— se lo contó a Atergo —el duende—, que a su vez se lo contó a Nebrisa —la diosa de los sueños— que consultó con Recartes.Recartes era el brujo que todo lo sabía, porque era el más viejo y el que tenía la barba más larga. Y eso, es importante en el mundo que gobierna a los niños: la barba.
Recartes pensó y pensó, hasta que dio una solución que haría que su padre no volviera a llorar.
Nadie sabe lo que ocurrió, pero al día siguiente todos los relojes del mundo desaparecieron. Al principio fue un caos pues nadie sabía cuando empezaba el trabajo, ni cuando terminaba, ni a qué hora era la comida, ni cuando levantarse, o cuando terminaba un lunes y empezaba el martes.
Pero poco a poco la vida empezó a regirse sin tiempo, se comía cuando se tenía hambre y se trabajaba cuando se tenía algo que hacer. No había prisa ya que el tiempo no existía.Y así el padre de Mario nunca volvió a llorar.
Autor: Desconocido.
Que bonito sería poder vivir así, sin relojes que nos gobiernen. Esta noche intentaré soñar que un mago se los lleva todos y ya de paso, los móviles.
ResponderEliminarMuchos besos querida Piruja
Me gusta mucho esa solución. Un beso
ResponderEliminarQué fantástico sería vivir así!!.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Un beso.
No es ninguna mala idea, creo que estamos demasiados supeditados a las horas. Cuando el mejor reloj es nuestro propio organismo. Me gusto la idea y el cuento. Un besazo y te deseo ya mismo que tengas un día precioso y Felicidades anticipadas por tu Santo. Muakkkkkkk.
ResponderEliminarUna bella utopía.Besicos
ResponderEliminarSeria maravilloso. Saludos amiga.
ResponderEliminarEl tiempo puede ser un aliado o un enemigo terrible. Poder controlarlo es poseer el poder de cambiar la vida.
ResponderEliminarUna bella historia.
Un abrazo.
Un bonito cuento para los peques, aunque muchos no razonarían como Mario.
ResponderEliminarAbrazo.
Maravilloso, un mundo sin tiempo ¡precioso cuento!
ResponderEliminarMuchos besos.
Muy bueno el cuento y da para pensar. ¿Qué sería de nuestras vidas sin no existiera el reloj?
ResponderEliminarFeliz domingo, Piruja
Besos
Jolines qué bien!!! Yo no puedo pasar ni 5 minutos sin mirar el reloj.
ResponderEliminarY enseguida.... el cambio de hora, la madre que los parió.
Feliz puente Piruja.
Un abrazoooo.
Exelente!!!me encantó,cariños.
ResponderEliminarLa vida es correr para no llegar y en la carrera, dejarte la propia vida. Una bonita frase para esta historia.
ResponderEliminarAy el tiempo, cómo nos esclaviza y nos domina, amiga...Ojalá pudiéramos pararlo a temporadas y permitirnos hacer lo que quisiéramos. De todas formas todos tenemos un tiempo emocional, que va marcando las experiencias y recuerdos y es bueno saborearlo a ratos y "eternizar el sentimiento"
ResponderEliminarMuchas felicidades por tu santo, Pilar. Espero que hayas pasado un buen día y estés animada, amiga.
Mi abrazo entrañable y mi cariño.
Hola Piruja, que bueno sería poder vivir sin prisas, sin relojes que nos marquen el tiempo.
ResponderEliminarBonito relato.
Buen día.
Un abrazo
Muy bonito, me ha encantado. Besos.
ResponderEliminarMe encantaría que fuera así. No estar con la presión del tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte.