La bella Flor, morena, esbelta y de grandes ojos negros, estaba enamorada de Ágil, un joven inquieto, apasionado, juntos solían pasear al atardecer por un bosquecillo cercano, a la orilla de un arroyo impetuoso y juguetón. Pero como los enamorados pertenecían a dos tribus enemigas, se veían poco, pues debían mantener su amor en secreto.
Un día, sucedió lo que tanto temían: unos familiares de la joven descubrieron el romance y lo comentaron al jefe de la tribu. Desde esa tarde, Flor tuvo prohibido volver al lugar de los encuentros.Pasaron los días. Una y otra vez, Ágil la buscó sin hallarla en la penumbra suave y tibia del bosque hasta que la Luna, apenada por su dolor, le contó lo que había sucedido y agregó:
–Ayer he visto otra vez a Flor, muy angustiada, lloraba amargamente pues está desesperada.
Quieren que se case con un hombre de su tribu y ella se ha negado. El dios Tupá escuchó su lamento y se apiadó de su dolor, mi amigo el Viento me contó que Tupá la transformó en una flor.–¿En una flor? Dime, ¿en qué clase de flor? ¿Cómo puedo encontrarla?
–¡Ay, amigo! No puedo decírtelo porque no lo sé… –respondió la Luna.
El muchacho palideció y solicitó la ayuda de su dios:
–¡Tupá, tengo que encontrarla! Sé que en los pétalos de Flor reconoceré el sabor de sus besos. ¡Ayúdame a dar con ella!
Ante el asombro de la Luna, el cuerpo de Ágil fue disminuyendo cada vez más. Se hizo pequeño, pequeño, hasta quedar convertido en un pájaro delicado y frágil de muchos colores, que salió volando rápidamente. Era un colibrí.Desde entonces, el novio triste pasa sus días recorriendo las ramas floridas y besa apresuradamente los labios de las flores, buscando una, sólo una.
Desde hace tiempo, los más viejos de la tribu cuentan también que todavía no la ha encontrado…
Condenado por siempre a volar de flor en flor, mientras ella la verdadera, espera en vano. Triste.
ResponderEliminarBesos.
Un amor tan grande que desemboco en la tristeza de él, buscando y jamás hallándola. Que linda aún triste historia. Un besazo amiga .
ResponderEliminarUna historia un poco triste, pero quizás un día, la encuentre.
ResponderEliminarFeliz fin de semana.
Un abrazo
Que leyenda tan triste y que pena que ese amor no se haya podido llegar a un final feliz.Besicos
ResponderEliminarBella historia con un triste final. Un beso
ResponderEliminarQue triste historia, me recuerda a una vieja película LadyHalcon o El Hechizo del Halcón (Ladyhawke)
ResponderEliminarAbrazos!
Una historia muy bonita pero triste a la vez. Muchos besos.
ResponderEliminarPilar, gran leyenda. El pájaro que busca el amor incansable, mientras la flor espera y quizá desespera...Asi hay muchos hombres-picaflor, yendo de una a otra, sin encontrar el verdadero amor...Mi abrazo agradecido y entrañable, amiga.
ResponderEliminarEspero que todo vaya bien, ya te hayan vacunado y puedas ver a tu hermana.
Triste, pero podríamos imaginar que ella se convirtió después en todas las flores que él visita y le damos un final feliz a la historia.
ResponderEliminar¿Te parece?
Un fuerte abrazo.
Hola Piruja. Me ha encantado la historia. Él se convirtió en colibrí y la busca en todas las flores hermosas.
ResponderEliminarBesos.
No conocía la leyenda, es bonita.
ResponderEliminarGracias Piruja.
Un beso.
Esperemos que algún día llegue a encontrarla. ¡Preciosa historia de amor!
ResponderEliminarMuchos besos.
Oh qué triste!. Preciosa leyenda que me ha encantado leer.
ResponderEliminarUn abrazo Piruja.
Hola Piruja. Preciosa historia. El amor depara dos máximas adversidades de opuesto signo: amar a quien no nos ama y ser amados por quien no podemos amar. Es una pena, pero así es..
ResponderEliminarUn abrazo.
Me encanto esta leyenda amiga, no la conocía. Saludos y abrazo.
ResponderEliminarQue bonita leyenda y que bonito el colibrí . Un amor en busca de su amada encerrada en una flor.
ResponderEliminarUn abrazo
Puri
¡Que leyenda mas triste! El colibrí volará toda su vida de flor en flor.
ResponderEliminarBesos.
Una hermosa leyenda Piruja. Un colibrí que sigue enamorado y enamorando.
ResponderEliminarUn beso.
Una leyenda muy bonita.
ResponderEliminar¡Gracias, Piruja!
Te invito a pasar por mi blog también.
Un abrazo.