lunes, 21 de septiembre de 2015

El Reloj.


Los que me conocéis sabéis que no me gustan las llamadas cadenas ni los días d...., para mi todos los días son d, pero todo aquel que los hace tiene mi respeto, hoy dicen que es el día del Alzheimer. En mi entorno tengo a personas que tienen familiares que padecen esta maldita enfermedad Alzheimer, una enfermedad que poco a poco va arrancando los recuerdos de toda persona y es como si las dejase totalmente en blanco, es por eso que dejo este relato que hace referencia a esa enfermedad, espero que a los que tengan ese problema al leer el texto les ayude un poquito.

Hubo una vez un reloj de oro que gustaba marcar las horas muy, muy exactas. También marcar el paso del tiempo con su incesante tic, tac, tic, tac. Las manecillas siempre bien dispuestas para indicar cuántos minutos habían pasado desde la última hora, y cuantos faltaban para volver a casa porque ya era la hora de preparar la comida y almorzar. Una pequeña ventanilla ayudaba a no olvidar que el primer día de mayo ya llegó y que por ser domingo no sólo era día de descanso sino también de celebración.

Pero resultó ser que su ama, que andaba últimamente un poco despistada, confundida y olvidadiza, pensó que el reloj pesaba demasiado para su delgada muñeca….pensó que con la lluvia de mayo el valioso reloj se mojaría…pensó que por no salir juntos de paseo un día no se echaría a perder su amistad…Así que ese día , ese primer domingo de mayo, el ama del reloj de pulsera decidió guardarlo en el armario. Y aunque aquel día el armario tenía un aspecto un tanto extraño lo dejó allí un rato para evitarle la intemperie cuando fuera a salir para dar su paseo diario.

El reloj miró a su alrededor. Vio grandes joyas y medallones de color rojo rubí, granate y amatista, largos brazaletes de color jade, verde esmeralda y turmalina, colgantes color amatista, botellas llenas de agua marina, botes de cristal con cuarzos, ónix negros y ojos de tigre. A pesar de la belleza indudable de aquellas piedras preciosas, ninguna respondió a su saludo. Se las veía demasiado engreídas, aunque alguna había perdido ya su belleza y aparecía un tanto deslustrada y mustia. Por primera vez en su vida el reloj de oro se sintió sólo y empezó a notar la falta del calor de la amistad. Pasaron las horas y el reloj sufría al ver que su ama no regresaba. A esas horas debería haber abierto ya la puerta de la casa, a esas horas debería haberse sentado ya en la mesa y empezado a comer su sopa de cebolla. A esas horas, entre plato y plato, le habría dedicado ya algunas miradas, le habría dado un poco de cuerda para eternizar el latido de su corazón, le habría dicho algunas palabras amables o habría conversado un largo rato sobre vivencias compartidas en viejos tiempos. Pero el tiempo continuó pasando, despacio, muy despacio… y el reloj sintió el dolor del desaire, el frío de la soledad, la humedad calando en sus huesos, la lentitud del momento…

El reloj decidió permanecer toda la noche en vela, por si el ama llegaba…pero no sirvió de nada…Poco a poco, empezó a dudar de todo, creyó que quizás ya nada tendría sentido, y empezaron a faltarle las fuerzas para continuar con su tic, tac. Las lágrimas de sus ojos nublaron las ventanitas y el 1, el mayo y el domingo decidieron acompañarle un rato más para no dejarle solo. Y llegó el día siguiente, y uno tras otro los días se fueron sucediendo sin que hubiera ninguna novedad. El reloj de oro seguía en el interior del armario, medio adormecido marcando las diez y diez, junto a piedras preciosas sordas y mudas, harto de preguntar sin oír respuestas. Hasta que al fin, la puerta del armario se abrió. Contra lo esperado, fue una joven la que asomó la cabeza y cuando le vio allí solo, cerca de un topacio que estaba roto, cogió a ambos, cerró la puerta de la nevera, se sentó en la mesa y se puso a llorar. La joven acabó de pelar la media cebolla para preparar la sopa, despojándola primero de su gruesa piel color topacio, y después de colocar la olla en el fuego para cocinarla, acarició y besó al reloj. Olvidado en la nevera, con la humedad penetrada en sus entrañas, el tiempo había pasado sin avisar…La joven colocó el reloj otra vez en la delgada muñeca de su madre, y ésta, mirándolo extrañamente, le preguntó:

- ¿Qué hora es? ¿Qué día es hoy, señora?-preguntó el ama del reloj a la muchacha.

- Tu reloj dice que son las diez y diez.. que hoy es domingo, uno de mayo. Deja que te de un beso, mamá. ¡Hoy es el día de la madre!.

-¿Este reloj de oro es mío? ¿Quién me ha hecho este regalo tan bueno? –preguntó extrañada la mujer mayor.

- ¡Es tu reloj de boda, mamá!-contestó la muchacha acariciándole la mano.

- Pues entonces démonos prisa con la sopa, que a tu padre no le gustará que en el día de su boda le hagamos esperar.





28 comentarios:

  1. Aun te he podido leer, afortunadamente par a mi.
    Pues es un R elato tan Enternecedor, que las lagrimas, no se si son del esfuerzo de leer o que tus palabr as formando esta Bella Historia, me han llegado muy adentro.

    manolo
    .

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  2. Yo tengo la esperanza de que el enfermo de Alzheimer no sufre, que sólo escapa... No he conocido a nadie que la padezca, me parece que no es tan común por acá como donde tú vives. Pero si es muy doloroso para su familia.
    Un abrazo grande.

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  3. Triste, muy triste. Y sucede.

    Lindo relato Pirujita.

    Un fuerte abrazo.

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  4. Que fuerte. Creo que es una enfermedad terrible que te despoja de todos tus recuerdos y de tu vida.
    Un abrazo

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  5. Muy bonito relato. Esperemos que los familiares que tienen alguien cerca con esta enfermedad tengan paciencia y fuerzas para ayudarles en su oscuro camino.
    Besos.

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  6. ...Y el reloj después de ser olvidaedo pudo acompañar a su dueña, que había perdido la memoria...Ojalá valoremos cada minuto de nuestra vida, porque el tiempo de nuestra memoria puede pararse...Y si se para la memoria también se para la vida...Muy profundo y entrañable, Pilar...Es importante cuidar la memoria y todo lo que merece la pena.
    Te dejo mi gratitud y mi abrazo de luz por tus buenas historias...Espero que todo vaya bien, amiga.
    M.Jesús

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  7. Hola Piruja,llorar no he llorado,lo siguiente!!.El alzheimer es una enfermedad que se va llevando los recuerdos y por consiguiente la vida y no sólo del enfermo que la padece,también se va llevando la alegría de quienes la viven a su alrededor. Muchas gracias Piruja por escribir tan bonito y dejar parte de tu sensibilidad en cada letra.

    Besos y más besos:)

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  8. Hola Piruja!!!!!!!
    Muy emotivo relato, cariño, enternecedor y muy duro. En verdad, la vida de quienes padecen esta terrible enfermedad, se va diluyendo con sus recuerdos, hasta que no queda nada. La peor de las enfermedades es vivir sin recordar tu vida, a tu familia, a tus amigos, no recordar tantos momentos felices, no recordar que eres importante para alguien, ni que te quieren, ni siquiera que tú los quieres. Es terrible y los familiares son quienes, en el fondo, peor lo pasan, pues ver a un ser querido, que no te recuerda, ver en su mirada que no siente nada por ti, porque no sabe quién eres, es espantoso.
    Un relato estremecedor y lo has escrito con mucho estilo , respeto y mucho cariño.

    Un fuerte abrazo con todo mi cariño!!!!

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  9. Un relato precioso y muy emotivo......me ha traído recuerdos de un familiar muy cercano que los últimos años de su vida tuvo esta enfermedad así que lo he vivido muy cerca y sé lo terrible que puede llegar a ser para el enfermo y para los que le rodean.Besicos

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  10. Una triste y dolorosa realidad. Emocionante relato que llega al corazón.
    Un beso grande

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  11. HOLAAAAAAAAAAAAAAAAAAA pequeña saltamontesssssssssssssss jejeje mira ya estoy aquiiiiiiiiiiiii ajjajajaj
    Bueno pues ya lo ves ya volví de nuevo a dar el coñazo otro curso más aunque ya esté empezado pero al final me lo pensé y dije vamos a ver que tal, a ver si el tiempo y las ganas me acompañan.
    Ha sido un buen veranito en el paraiso y una basura a la vuelta jajajaj pero es lo que hay.
    No me gusta el tema del que hablas me pone triste ver como gente que ha vivido tanto al final se queda sin saber si quiera quien es.
    Bueno pues que nos ire mos leyendo por aqui en el barrio.
    No se cuantos besotesssssssss os debo a ti y a la prince asi que de momento un saquillo para compartir jejejej
    näkemiin

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  12. Es un gran pesar tener algún familiar o conocido que sufra esta terrible enfermedad, cada día más extendida entre nosotros. Un relato dramático. Besos amiga.

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  13. Triste realidad. He conocido personas con esta enfermedad. Es triste, doloroso y asusta.
    Un beso Piruja

    Isa

    Un gusto leerte

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  14. Sí que es triste esta enfermedad, yo la recuerdo de mi madre, a ella se le olvidaron nuestros nombres, sus hijos, se le olvido andar… comer, se le olvido que había tenido una vida, se le olvido todo, y como el reloj de tu historia, llego en momento de no tener minutos, ni segundos, después se le olvido darle cuerda a su vida…
    Muy bonita entrada Piruja, me faltan palabras, y me sobran sentimientos, aun doliéndome, no me gustaría dejar de recordarlo todo. Un beso amiga.

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  15. Si son enfermedades que es una pena tener que verlas y en algún familiar sufrirlas.

    Saludos

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  16. Preciosa entrada dentro del dolor que hay en ella, Piruja, perder la memoria es algo brutal, no es necesario que haya un día al año para recordarlo, todos, todos los días quienes están al lado de estas personas enfermas, en esto pienso como tú, los sentimientos se llevan en el alma y no se necesita días especiales para hacerlos presentes.

    Un abrazo con mi cariño.
    Ángeles

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  17. ¡Hola Piru!!!

    Bonita y estremecedora a la vez, esta entrada. Estoy totalmente de acuerdo con el comentario de Ángeles, poco más hay que añadir. Yo también tengo un familiar, y también otra amiga de infancia y juventud, en esas condiciones con esa cruel enfermedad. ¡A la cual le temo no sabes cuanto! Pero bueno, que la vida y el cielo sean compasivos y misericordiosos con los que estamos más o menos bien. Bendigamos este camino por donde caminamos cuerdos.

    Un abrazo grande, mi gratitud y mi estima siempre.
    Ten un día muy feliz.

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  18. Hola Piruja, ¡qué bien me sienta volver a visitar a los amigos!

    Entrañable el relato que nos dejas. Nunca falta a nuestro alrededor algún caso con esta enfermedad terrible. Es demoledora tanto para quien la padece como para los que le acompañan, la sufren tanto unos como otros.
    Hoy es un día tan bueno como cualquier para recordarlo.

    Besos y muchas gracias por estar ahí.

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  19. Bonita historia. Yo no podría vivir sin reloj, lo miro cada cinco minutos.
    En mi blog te he contestado a tu pregunta (ya vas a flipar del todo).
    Un abrazo y gracias por tus palabras.

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  20. Que hermosa historia y cuantas de ellas son realidad!!!me has emocionado al leerte..Trabajo con personas con esta enfermedad y es duro..Besitos mi niña

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  21. Me he emocionado mucho con tu historia Piruja, cuando me ha dado cuenta al leer que el reloj lo había guardado en la nevera y no en el armario, me ha entrado mucha tristeza, es una enfermedad muy cruel.

    Un abrazo y feliz fin de semana.

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  22. Piruja la historia tan bonita borro mi alegria, sguro no entiendes por que lo digo, te descifro este enredo de palabras
    Estoy sin poder comentar tus entradas un tiempo, no te olvide, porque veo las entradas pero sin poder comentar, no entiendo por que, me hiciste confirmar, lo cabezona que soy
    PUEDO PASAR DE ALGO, pero no poder conseguir lo que quiero, no entra en mi cabeza, la rabia me da presistencia, y al fin hoy lo consegui, que ilusion pero el alzheimer me rompe
    un besazo

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  23. Entonces, aprovechemos al máximo ahora que aún sabemos encontrar la casa de nuestros amigos...

    Te dejo un abrabeso, Piruja, de esos de reencuentro.

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  24. Hola Piruja , lo primero darte las gracias por todo , y por hacerme las 2 visitas una virtual y la otra en persona .
    Y como ves ya estoy en casa , y paso por aquí para decirte que me a gustado mucho tu historia , no sabes cuando hacen en la tele esta clase de anucios sobre esta enfermedad , la pena que me da como persona así pierden sus recuerdos de juventud .
    Bueno cariño me alegro mecho de volver por aquí y encontrarte tan activa como siempre .
    Te deseo un feliz Sábado , besos de Flor.

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  25. Lindo y emotivo relato Piruja.....un placer leerte!
    Un besito....feliz fin de semana!

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  26. Se me han humedecido los ojos y el alma, Piruja.
    Es un relato precioso que relata de manera perfecta la tan terrible enfermedad del olvido...
    Mi aplauso.
    Besos.

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