sábado, 23 de septiembre de 2017
La flor de Peonia
La princesa Aya debía casarse con el príncipe Ako. Las familias de los dos jóvenes habían decidido el matrimonio y todos los preparativos necesarios estaban hechos.
La tarde del día anterior a la boda, la princesa paseaba por su jardín, mirando melancólicamente aquellos lugares tan amados y familiares que debía abandonar para siempre, y amargas lágrimas brotaban de sus ojos y resbalaban por sus rosadas mejillas.
Al llegar a un rincón del jardín oyó un suspiro que respondía al suyo. Se volvió, e imaginad el asombro que sentiría al ver detrás de una planta de peonías, que eran sus flores predilectas, a un hermosísimo príncipe envuelto en un manto de terciopelo, salpicado de peonías recamadas en oro.
El joven miró a la muchacha con ojos dulcísimos y entreabrió sus labios con una sonrisa triste que penetró hasta el fondo del corazón de Aya, luego desapareció en forma misteriosa.
Profundamente turbada por aquel encuentro, Aya regresó muy despacio al palacio y dijo a su padre que por nada del mundo se casaría con el príncipe Ako, ya que solamente amaba al misterioso joven del jardín. El anciano príncipe, que adoraba a su hijita, mando suspender la boda y mando por todo el mundo caballeros y servidores en busca del desconocido joven, del cual se había enamorado su hija.
Los mensajeros escalaron montes escarpados, recorrieron inmensas llanuras, atravesaron ríos caudalosos y áridos desiertos, pero todo fue en vano, el misterioso joven no aparecía por ninguna parte. Todos tuvieron que regresar al castillo con las manos vacías.
Entonces el anciano príncipe, que era muy sabio, dijo a su hija:
Querida niña, el joven que vieron tus ojos no es una criatura de este mundo, ya que si así fuera mis hombres lo habrían encontrado. Debe de ser el espíritu de la peonía, desde el momento que se apareció precisamente detrás de una planta de estas flores. Por eso, tu deseo es irrealizable, comprende que no puedes casarte con un espíritu.
Mañana estará aquí el príncipe Ako y celebraremos la boda. He dicho.
Aya inclinó la cabeza en señal de obediencia, comprendía que su padre tenía razón y que no podía seguir obstinándose en aquel capricho.
Empero, corrió al jardín para saludar por última vez a sus flores preferidas y arrodillada junto a la planta de peonías, estalló en sollozos.
Las lágrimas manaban a raudales de sus ojos y regaban la tierra. Bajo aquella tierra rociada de lagrimas, una flor bellísima floreció, una flor como jamás viose otra igual.
A la mañana siguiente los invitados a la boda, al pasar junto a la plante de peonías, no podían dejar de detenerse y admirar aquella flor magnífica.
Pero cuando, después de la ceremonia nupcial, volvieron a pasar por allí, vieron la espléndida peonía que yacía en el suelo marchita.
El corazón de la flor no soportó el dolor de ver a la princesa Aya esposa de otro, y se había roto.
Autor: Desconocido.
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Hola Piruja , una historia con un final amago , por que en este caso fueron desdichado los dos , eso es lo malo de la vida .
ResponderEliminarTe deseo un feliz fin de semana besos de flor .
Que bellas son las peonias, me encanta esa flor, aunque en esta historia tenga ese final, pero así es la vida, y hay que seguir intentando.
ResponderEliminarUn placer siempre leerte.
Beso Piruja.
Una curiosa historia donde el amor tampoco triunfa del todo.Besicos
ResponderEliminarLa peonia, es una flor hermosa. Feliz otoño.
ResponderEliminarUna leyenda preciosa, no siempre el amor gana en este caso, pero es hermoso haber echo lo imposible para lograrlo, no ha podido ser, así murió marchita por el dolor causado. Besos preciosas pasa un lindo domingo.
ResponderEliminarPuede ser que mas de las veces se vive de irrealidades
ResponderEliminaro en verdad se descubre el trasfondo de esto...
toda belleza al final se rompe y que decir de la inocencia cortada
en el acto de casarse y de una manera brutal, de lo que significa ayer como hoy ser obligada a algo que no deseas.
Abrazos.
Aunque triste, es una bonita leyenda.
ResponderEliminarPreciosa flor.
Un beso y muy feliz semana
Piruja muy bonita la historia de esta flor. Solo fue una ilusión o sueño de la princesa.
ResponderEliminarUn beso.
Pilar, de nuevo regreso con vosotros y me encuentro tus bellas historias, donde la ilusión, los sueños y el amor son protagonistas...Las plantas tienen vida propia y saben mostrar sus sentimientos en forma de bellas flores, no hay duda...Un placer volver a leerte, amiga.
ResponderEliminarMi abrazo y mi cariño siempre.
Una bella historia aunque con triste final. La peonia es una de las flores más bellas que existen, ella y la rosa, compiten em belleza.
ResponderEliminarBesos