sábado, 16 de junio de 2018
El Olivo de las Brujas.
Hay un viejo olivo en Mangliano, en la Toscana, donde las personas con supersticiones han mantenido a lo largo del tiempo ciertas creencias.
Parece que en los días en los que el olivo era vigoroso y exuberante, éste fue muy generoso y dio cientos y cientos de kilos de olivas, fue un olivo que en toda la Maremma no se podía encontrar uno igual.
Un día, un pobre hombre que estaba a los pies del árbol, bajo las ramas que se doblaban hacia el suelo por el peso de sus maduras olivas, le pidió al dueño del árbol una pequeña cantidad de aceitunas para poder llenar su estomago vacío. El dueño del olivo estaba negociando el inicio de la cosecha, que podría ser a la mañana siguiente, era ambicioso y egoísta, así que de manera ruda mandó alejarse al pobre hombre.
A la mañana siguiente, los hombres y mujeres que venían a recoger la cosecha con sus grandes cestas comenzaron por el gran árbol, pero al verlo se quedaron sin palabras: el árbol que el día anterior crecía fuerte ahora estaba retorcido como por un remordimiento y entre su follaje no estaban los preciosos frutos, sólo algunas vulgares habas.
Una mujer desconcertada corrió a darle la noticia al dueño, pero el dueño incrédulo le contestó de malas maneras:
-"Vuelve derecha a tu trabajo, no tengo tiempo de escuchar tonterías".
Pero como la mujer insistía, finalmente fue a ver el olivo. Frente a sus ojos el olivo apareció con sus ramas llenas de habas. El hombre, que había sido duramente castigado salió corriendo y desapareció. Se dice que el olivo nunca más volvió a tener olivas, sólo habas.
Las brujas tomaron posesión de este extraño árbol, y ciertas noches puedes oír sus siniestros gritos y el sonido de sus danzas alrededor del retorcido tronco.
Ahora la gente pasa lejos del árbol, que en sus tiempos fue el honor de la Maremma y ha llegado a ser llamado: "El Olivo de las Brujas".
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Didáctica leyenda. La avaricia no solo seca los olivos, permite que el avaricioso este preso dentro de su propia avaricia.
ResponderEliminarBesos.
Nada le hubiera costado compartir con aquel hombre. Hubiera dado mayor cantidad. La generosidad siempre es preciada.
ResponderEliminarUn abrazo.
Le estuvo bien empleado al dueño del olivo por su falta de generosidad.Besicos
ResponderEliminarMe ha gustado esta leyenda. Besos.
ResponderEliminarUn olivo bien sabio.
ResponderEliminarLos troncos de los olivos milenarios son muy curiosos.
Y me ha encantado leer esta leyenda.
Besossss
Eso demuestra que no cuesta ser nada generoso, sino luego pasa lo que pasa, una lindo historia que da una magnifica lección. Besos preciosa acaba de pasar un lindo fin de semana.
ResponderEliminarBuena moraleja. Un beso
ResponderEliminarUna leyenda interesante,cariños.
ResponderEliminarDicen que la avaricia rompe el saco. Si le hubiese dado unas olivas al pobre hombre, el olivo seguiría proporcionándole buenas cosechas cada año, de alguno manera tendría que llevarse un día una buena e inolvidable lección, quizás llevaba mucho tiempo haciendo méritos para ella y esta fue la gota que colmó el vaso.
ResponderEliminarCariños.
kasioles
MERCE CARDONA. Hermoso cuento, me ha encantado, te felicito, pasare otra vez.....Besossssssssss
ResponderEliminarUna buena moraleja la que enseña esta bonita leyenda.
ResponderEliminarUn besito. Muy feliz semana.
Fantastica .¡¡¡
ResponderEliminarUn abrazo grande .
Piruja, me ha encantado la leyenda del olivo, creo que en casi todas las leyendas, sean del lugar que sean, siempre hay algo de verdad, y ello las hace aún más interesantes... y además las moralejas que que tienen todas.
ResponderEliminarCon cariño, un abrazo.
Ángeles
Hola Piruja , un cuento muy bonito pero con un final algo trágico , ya que el fruto del árbol no lo aprovecho nadie , te deseo una feliz tarde besos de flor.
ResponderEliminarEso les tenía que pasar a otros muchos con todas sus cosas, incluido el dinero.
ResponderEliminarLa gente no se apiada del necesitado ni a la de tres.
Me ha gustado mucho esta leyenda, me gustaría estar uno de esos días que danzan las brujitas al rededor de dicho olivo.
Has estado allí alguna vez Pirujita?
Un beso.
Que bonito este cuento del olivo, una buena lección examinando bien, nos lleva a una metáfora; ejemplo de otras muchas casas que suceden a nuestro alrededor, que no se hacen justamente bien. y repercuten en nuestra calidad de vida.
ResponderEliminarUn placer leerte, gracias por compartir cosas bellas e importantes al mismo tiempo.
Te dejo un besito, y mi inmensa estima.
Se muy, muy feliz.