sábado, 19 de enero de 2019
Un cuento para Mario.
Había una vez un niño, un niño soñador, de los que parece siempre en Babia. Él era feliz en su mundo creado para sí mismo, donde hadas, elfos y brujas andaban a sus anchas.
Un día vio llorar a su padre y eso lo descompuso, ya que la tristeza no cabía en él. Se sintió, a su vez, muy triste, y esa noche cuando su padre terminó el cuento que todas, todas las noches le acompañaba a dormir le preguntó.
—Papá ¿Por qué lloran los papás?
—Mario, la vida no es como la sientes de niño, la vida es correr para no llegar y en la carrera, dejarte la propia vida.
La explicación dio que pensar a Mario que a partir de ese día empezó a fijarse en la vida de sus padres. Observó que se levantaban temprano, iban a trabajar, le llevaban al colegio, hacían los trabajos de casa, lo llevaban al médico cuando enfermaba, a natación,…y muy, muy de vez en cuando, veía a sus padres reír juntos y abrazarse…y comprendió lo que quería decir su padre.
Estaban tan atareados que no podían hacer las cosas que a ellos les gustaban.
Mario —preocupado— se lo contó a Atergo —el duende—, que a su vez se lo contó a Nebrisa —la diosa de los sueños— que consultó con Recartes.
Recartes era el brujo que todo lo sabía, porque era el más viejo y el que tenía la barba más larga. Y eso, es importante en el mundo que gobierna a los niños: la barba.
Recartes pensó y pensó, hasta que dio una solución que haría que su padre no volviera a llorar.
Nadie sabe lo que ocurrió, pero al día siguiente todos los relojes del mundo desaparecieron. Al principio fue un caos pues nadie sabía cuando empezaba el trabajo, ni cuando terminaba, ni a qué hora era la comida, ni cuando levantarse, o cuando terminaba un lunes y empezaba el martes.
Pero poco a poco la vida empezó a regirse sin tiempo, se comía cuando se tenía hambre y se trabajaba cuando se tenía algo que hacer. No había prisa ya que el tiempo no existía.
Y así el padre de Mario nunca volvió a llorar.
Autor: Desconocido.
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Una hermosa utopía.
ResponderEliminarBesos.
Muy bonito cuento.Me encantan,ya lo comenté el otro día
ResponderEliminarEL tiempo son números que a veces no casan con la vida,otras sí.Quién sabe !!
Besucos
Gó
"la vida no es como la sientes de niño, la vida es correr para no llegar y en la carrera, dejarte la propia vida."
ResponderEliminarQue bonito cuento para reflexionar, me gusto mucho sobre el final que si bien es de cuento seria genial que se pudiera vivir aunque fuera un solo día.
Saludos y abrazos.
Un bonito cuento, con un exceso de fantasía. Sin embargo sería muy hermoso poder hacer lo que se quiera, sin preocupaciones, comer cuando se tenga hambre y dormir cuando al cuerpo le apetezca.
ResponderEliminarBesos.
Qué precioso cuento, y que inteligente lo que el papa en pocas palabras le dijo.
ResponderEliminarHermosa infancia donde todo se pinta de colores, aunque hoy día ya no estoy tan segura de que sea así, por el bombardeo de información que tienen a su alrededor.
Como siempre un placer leer todo lo que traes a tu blog.
Besos.
También se puede vivir así cuando se llega a viejo.
ResponderEliminarPero no es lo mismo. Los hijos son mayores y los sueños menos posibles.
Besos.
Pilar, tu cuento nos hace reflexionar...El tiempo nos limita y nos va restando vida. Por eso, de vez en cuando tenemos que pararlo y hacer lo que nos gusta sin mirar al reloj.El alma necesita recrearse en la vida, sentirse libre, sin nada que la aprisione...Precioso cuento, que compara la niñez libre de preocupaciones con la responsabilidad de ser mayores.
ResponderEliminarMi gratitud y mi abrazo por tus buenas historias.
Feliz finde, amiga.
Qué gran idea. Un beso
ResponderEliminarMuy bonito Piruja. Feliz sabado.
ResponderEliminarBonito cuento y cuanta paz se tiene que sentir el vivir en un mundo sin relojes, sin prisas porque no corre el tiempo.Besicos
ResponderEliminarQue bonito seria poder vivir sin relojes. Pero hasta hoy no es posible una vida así.
ResponderEliminarMe ha encantado tu cuento Piruja.
Besos.
Gracias Piruja por hacernos soñar ..tus cuentos me encantan me llenan el alma de fantasía y el corazón de sin razón pero sería tan lindo que fuera así ..al menos para sentir un mundo más feliz .
ResponderEliminarUn precioso beso para ti muakk.
¡Cómo me gustaría que no existieran los relojes! El tiempo se derrama como la arena entre los dedos.
ResponderEliminarUn precioso cuento, Pilar.
Muchos besossss
Ni reloj, ni calendario. Pura vida. Me encantaría fuera así.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
Los niños, no solo tienen razon, tambien tienen imaginación..
ResponderEliminarUn abrazo Piruja..
Hola Piruja cielo ojalá los relojes se pararan y la vida continuaran así llena de armonía, muy buen cuento o historia feliz comienzo de semana besitosssssssss
ResponderEliminarBonito cuento lleno de fantasía......saludos
ResponderEliminarHola Pili, los niños siempre son los grandes protagonistas . Si los relojes se pararan a saber como seguiría la vida,difícil de imaginar. Muy bonito el cuento y gracias por compartirlo
ResponderEliminarBesos
Puri
Nunca hay que dejar de escuchar igual al niño que fuimos.
ResponderEliminarIgual no puedo pensar en como seria que los relojes dejen de funcionar...
Abrazo y buen martes♥
Muy Precioso!!.
ResponderEliminarBesitos
Interesante
ResponderEliminarsería bueno eso no tener controladas nuestras horas...
ser libres del reloj...
al menos ese padre volvió a sonreír
Dime dónde hay que firmar para deshacerse de todos los relojes, y eso que yo no llevo, pero este río loco que es la sociedad de las prisas no sé si se habrá dado cuenta de lo que sucede en esta historia...
ResponderEliminarTe dejo un beso, Piruja.