Mientras la hermana mayor curaba a la pequeña, las otras decidieron asomarse para ver el camino que les esperaba. Quedaron atónitas ante aquella visión, en contraposición a los páramos y sequedales que habían dejado atrás.
Tenían ante sí los paisajes más maravillosos que se pudieran soñar. Emocionadas se lanzaron al valle, corriendo y rodando, hasta que cuando se quisieron dar cuenta, estaban perdidas y ninguna veía a su compañera. Cuando la hermana mayor, la Guiadora, se dio cuenta, era ya tarde. Llamó a las otras, pero al no obtener respuesta decidió ir en su busca.Dejó a la pequeña a la orilla de la fuente y se fue camino adelante llamando a sus hermanas, hasta que desesperada al no encontrarlas decidió volver a recoger a la pequeña. Pero al llegar al sitio donde la había dejado, la pequeña ya no se encontraba allí.
Desesperada, fue a contar sus penas a un viejo pastor que por allí apacentaba a su rebaño. El buen hombre le dijo que lo más conveniente sería subirse a la montaña más alta del lugar, porque quizás desde allí podría ver a sus hermanas. Subió hasta aquel lugar, pero tampoco encontró a sus hermanas. Entonces pidió con gran devoción a Dios que se las hiciese visibles, aunque fuese nada más por un momento. El Señor la escuchó y entonces vio a la más pequeña, en un lugar llamado Valdescallos, que se estaba peinando tranquilamente. La pobrecita se había ocultado de sus hermanas retirándose a aquel apacible lugar, pensando que se habían ido por no esperarla, ya que al estar coja no podía caminar con ellas.La hermana mayor miró otra vez y se encontró a la segunda, estaba subida en una encina y también buscaba a sus hermanas. La tercera estaba algo más lejos, subida en lo alto de una peña desde donde se dominaba el valle. La cuarta había ido a parar al norte, al pie de un río de poco caudal, el Valdeprado, afluente del Sil. La quinta estaba en un lugar llamado Fombasallá, y la sexta al pie del antiguo Bérgidu, junto al río Cúa. Todas ellas vieron a la hermana mayor, pero entre ellas no se veían.La Guiadora las llamó, pero ellas respondieron que era mejor descansar un tiempo en un lugar tan apacible y que querían quedarse allí hasta que Dios quisiera dar testimonio de fe a los hombres del lugar. Dios les concedió su deseo y las dejó en el lugar donde estaban, para quien las encontrara les hiciera una ermita y un altar.
La Virgen de la Peña fue encontrada en una peña muy alta por unos pastores. Estos, muy contentos, bajaron la imagen al pueblo más cercano (Congosto), donde fue muy bien acogida por todos, colocándola en un altar para ella sola en la Iglesia del pueblo; pero cuando a la mañana siguiente fueron a verla, ya no estaba, y poco después la volvieron a encontrar en el mismo lugar del hallazgo. Comprendieron que la Virgen prefería aquella peña a la Iglesia del pueblo y le hicieron allí una ermita.Junto al arroyo de Valdeprado hallaron unos vaqueiros a la Virgen de las Nieves . Encontraron una imagen, pero no sabían a qué Virgen correspondía y cuando estaban pensando como llamarla, el campo, a pesar de ser agosto, se cubrió de nieve. En aquel lugar hicieron una ermita en su honor.
La Virgen de las Angustias fue hallada entre unos salgueros en Cacabelos, donde se le profesa una gran devoción. A la Virgen de los Escallos la encontraron junto a la fuente del mismo nombre y allí le hicieron una ermita; pero siempre, antes de terminarla se caía. Los aldeanos pensaron que esto ocurría porque se veía desde La Guiana, y la Virgen no quería ser vista por ninguna de sus hermanas, y por eso el pueblo le dedicó una ermita más oculta. Se dice que esta virgen es humilde y no gusta de romerías.La Virgen de la Guiana, la guiadora, fue encontrada por unos pastores en lo alto de la montaña que lleva su nombre, los pastores la bajaron para San Pedro de Montes y allí hicieron una ermita, que como ocurría con la de la Virgen de la Peña se caía nada mas construirla. Así que el abad del monasterio comprendió que la virgen quería que se le dedicase una ermita en el lugar del hallazgo. La Virgen de la Encina, fue hallada por los caballeros del Temple cuando cortaban leña en un encinar. Le hicieron una ermita, pero al poco tiempo fue tanta la afluencia de devotos, que la ermita hubo de ser agrandada y convertida en santuario.
Una leyenda preciosa!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho esa última fotografía de la montaña con la cumbre nevada.
Muchos besos.
Muy muy interesante esta leyenda , con mucho significado y profundo valor.
ResponderEliminarUn abrazo Piruja pasa un buen fin de semana
Una leyenda muy bonita y muy curiosa. Se ve que las Vígenes tenían cada una sus preferencias.
ResponderEliminarFeliz día, Piruja
Siete vírgenes y siete pequeñas hermanas perdidas en esas montañas. Que bonita historia Piruja . No sé de dónde las sacas pero todas las que suben tiene su propio podium. Un besote cielo
ResponderEliminarSiete hermanas y siete ermitas la verdad que resulta muy curiosa esta leyenda.Besicos
ResponderEliminarMuy curiosa la verdad,gracias,cariños.
ResponderEliminarInteresante leyenda de esas vírgenes bercianas. La provincia de León tiene unos paisajes maravillosos.
ResponderEliminarUn abrazo.
MUy bonita la leyenda de las siete hermanas.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo Piruja
Preciosa la leyenda de las siete hermanas o virgenes.
ResponderEliminarAbrazo.
Es preciosa la leyenda, como hermosos son los paisajes de la Montaña leonesa.
ResponderEliminarGracias por compartirla.
Besos
Hola amiga, que bonita e interesante leyenda nos traes hoy. Saludos a la distancia.
ResponderEliminarQue hermosa leyenda, me ha encantado, igualmente las fotografías de las montañas y valles.
ResponderEliminarPrecioso conjunto.
Un abrazo Piruja y buen domingo.
Bonita leyenda, me ha encantado. Besos.
ResponderEliminarUna preciosa leyenda amiga .
ResponderEliminarHacia bastante que no pasaba por aqui , espero que estes bien .
Besos.
Hola Piruja.. Que buena historia, pero es cierto que en el Bierzo existen las 7 Vírgenes que la tradición hace ser hermanas y que aparecen desperdigadas por todo el Bierzo, situadas en Ermitas normalmente alejadas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Una leyenda original y distinta a las demás...Esta no es una historia de amor, sino la historia de 7 vírgenes hermanas, que se quedaron en su propia ermita o santuario para ser veneradas por las gentes del lugar. Siempre dicen que en la naturaleza hay elfos, hadas y duendes que aparecen y desaparecen. Puede que estas vírgenes fueran hadas del lugar, que la gente las llamó vírgenes...¿quién sabe Pilar?
ResponderEliminarMi gratitud por tus buenas historias.
Espero que sigas animada y pronto puedas ver a tu hermana.
Mi abrazo y mi cariño, amiga.
Preciosa leyenda, en el Pirineo tenemos un macizo que se llama "Las Tres Sorores" (Las tres hermanas)
ResponderEliminarTambién existe una leyenda sobre ellas.
Saludos.
No podía perderme esta hermosa leyenda.
ResponderEliminarMe gustó mucho.
Un besito.
Yo opino lo mismo que todos, preciosa la leyenda pero lo mejor es lo trabajadora que eres buscando los relatos y lo que más me gusta a mi...las fotografías.
ResponderEliminarUn besazo querida amiga.
Hola Pili,me ha encantado esta leyenda,desconocía el nombre de estas siete vírgenes.Las imágenes me aportan paz y armonía:=)
ResponderEliminarMuchos besos linda amiga:)
Preciosa leyenda Piruja, yo creo que en toda leyenda, se encierra mucho de alguna realidad, y estas de las siete vírgenes, está llena de ternura y amor. La fotografías son muy lindas, esos valles escondidos y misteriosos creo que fueron escogidos para que desde ellos surgiera esta maravillosa leyenda.
ResponderEliminarUn abrazo con cariño.
Hola Piruja, conocía la leyenda y me ha encantado recordarla.
ResponderEliminarGracias por tus bellos regalos amiga.
Un fuerte abrazo y feliz día
No conocía la leyenda!
ResponderEliminarsaludos
Una leyenda muy bonita y tierna. Las fotos son maravillosas, como para perderse en esos montes y valles.
ResponderEliminarGracias por compartir esta bella historia.
Un abrazo Pili
Puri
Preciosa leyenda Piruja, hay infinidad de ermitas hechas en honor a Vírgenes aparecidas.
ResponderEliminarAbrazos.