sábado, 11 de diciembre de 2021

Leyenda de Tanabata

Había una vez un joven labrador. Un día, cuando estaba caminando hacia su casa se encontró una tela colgada en un árbol. ¡Era una tela maravillosa! La más bonita que el joven había visto en su vida. Así, pensando que alguien la había tirado allí cogió la tela y se la metió en su cesto. Había acabado de poner la tela en en el cesto, cuando alguien le llamó, y al girarse se sorprendió mucho al ver aparecer a una mujer muy hermosa que le dijo: Me llamo Tanabata. Por favor devuélveme mi 'hagoromo'.

El joven le preguntó: ¿Hagoromo? ¿Qué es un hagoromo?

Ella le dijo: El hagoromo es una tela que uso para volar. Vivo en el cielo. No soy humana. Descendí para jugar en aquella laguna, pero sin mi hagoromo no podré regresar. Por eso le pido que me la devuelva.

El joven avergonzado no pudo decir que él la había ocultado y le dijo que no sabía nada de esa tela.

Así, como no tenía el hagoromo Tanabata no pudo volver al cielo y no tuvo más remedio que quedarse en la tierra. Sin embargo, al cabo de un tiempo ella y el joven labrador se enamoraron y se casaron.

Al cabo de unos años, Tanabata, cuando hacía la limpieza de la casa, encontró el hagoromo, y entonces le dijo a su marido que tenía que regresar al cielo, pero también le dijo que había una manera de estar juntos. Si hacía mil pares de sandalias de paja y las enterraba en torno a un bambú podría subir al cielo. Tanabata le estaría esperando.

El joven se quedó muy triste y empezó a hacer las sandalias de paja.

Cuando había hecho 999 estaba tan impaciente fue a enterrarlas al lado de un bambú. En ese momento el bambú se alargó muy alto hasta el cielo.

El joven labrador subió por el bambú hasta el cielo, pero le faltaba sólo un poco para llegar. Era el par de sandalias que no había hecho, pero empezó a llamar a Tanabata. Y ésta le ayudó a subir.

Su felicidad no duró mucho porque en ese momento apareció el padre de Tanabata, al que no le había gustado que ella se casara con un simple mortal. El padre pidió al joven labrador que cuidara durante tres días sus tierras.

"Entendido.", respondió el joven.

Tanabata le dijo a su marido que su padre le estaba haciendo una trampa y que aunque tuviese sed no comiese ninguna fruta pues le ocurriría algo malo.

El joven se puso a cuidar las tierras. Pero la mañana del tercer día ya no podía aguantar la sed y sus manos se fueron hacia la fruta. En ese momento, del melocotón que había tocado empezó salir mucha agua convirtiéndose en el río "Amanogawa"

El joven y Tanabata quedaron separados por Amanogawa y ambos se convirtieron en estrellas, las estrellas Vega y Altaír. Desde entonces, la pareja con el permiso del padre, puede encontrarse sólo un día al año, el siete de julio.


Autor: Desconocido.




15 comentarios:

  1. Linda historia.
    No la conocia...
    Pensé que tenia un final trágico, pero no fue el caso.
    Saludos

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  2. Al menos se podían ver una vez al año.

    Besos.

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  3. Hermosa historia ¡qué pena que sólo puedan encontrarse un día al año!
    Muchos besos.

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  4. Un poco triste el final pero me ha encantado esta leyenda que he leído con gusto.
    Un abrazo Piruja, y buen fin de semana.

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  5. Que leyendas nos traes amiga, es una preciosidad, ahora el padre un poco cruel si veía a su hija feliz porque hacer eso...en fin al menos les quedará el 7 de Julio. Un besote grande te deseo una gran fin de semana.

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  6. Una leyenda muy bonita y a la vez extraña, una pena no saber quien fue su escritor.Saludos

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  7. Triste y bella leyenda, aveces asi es en el amor..... Saludos amiga.

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  8. Quien sabe, entre las estrellas quizás el amor sea solamente anual.
    Un abrazo.

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  9. Me ha encantado y que se vean el 7 de julio más ( el 7 de julio es el cumpleaños de mi hija ) Besos.

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  10. Cuantas bellas leyendas hay sobre estrellas y todo lo que cuelga del firmamento. Desde el albor del tiempo, se ha tratado de narrar los acontecimientos estelares de manera popular para trasmitir conceptos astronómicos.
    Una leyenda preciosa querida amiga.
    Besos.

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  11. Me ha gustado esta leyenda. No la conocía.
    Un beso.

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  12. Hola Piruja, Bonita leyenda.
    Felices Fiestas.
    Un abrazo

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  13. Un cuento o leyenda muy bonito.
    Un beso Piruja.

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