sábado, 27 de agosto de 2022

Leyenda de la Catarata.

A orillas del Iguazú tenían sus poblados los indios Caigangues que vivían felices en las fértiles tierras bañadas por el río en donde habitaba el dios Mboi hijo de Tupá. Este dios que tenia aspecto de monstruosa serpiente, solo les exigía como pago por su protección que una vez al año le fuera entregada una bella joven que tenia que ser arrojada al río para que viviera solamente para su culto.

Esta ceremonia era muy importante para la aldea y por eso el día señalado para la ofrenda se celebraba una gran fiesta a la que eran invitadas las tribus vecinas. Un año fue elegida para el sacrificio la hija de Igobi el cacique de la aldea, una hermosa joven llamada Naipí de la que se decía que cuando se asomaba al río este se detenía para contemplar su belleza, quizás por eso Mboi estaba tan satisfecho con la ofrenda. Pero sus planes se complicaron, pues al frente de una de las tribus invitadas llego un apuesto guerrero llamado Tarobá que al ver a Naipí quedo prendado de su belleza, hasta el punto de que decidió hablar con su padre y con los ancianos de la tribu para salvar a la joven, pero estos no se dejaron convencer, la ofrenda era digna del dios y seria entregada.

Torobá no se rindió y pensó que solo la podría salvar si la raptaba, así que espero a que la fiesta estuviera en su momento mas intenso y mientras el hechicero y los caciques bebían cauin (bebida hecha con mandioca o maíz fermentado) y los guerreros danzaban, el tomo a Naipí de la mano y la condujo a una canoa que tenia preparada en el río  nadie se dio cuenta de la desaparición de la pareja, nadie excepto Mboi, que desde el río observaba la fiesta en la que le seria ofrecida la joven.

Torobá impulsaba la canoa río abajo ayudado por la corriente, pero Mboi que estaba furioso comenzó a perseguirlos y su cólera fue tal que penetro en las profundidades de la tierra logrando que el curso del río se rompiera en dos partes, una se elevo a gran altura y la otra se hundió,  provocando que el agua al caer formara una gran catarata que arrastro la canoa en donde viajaban los enamorados, esto no suavizo la furia de Mboi, no le basto con que ambos murieran, deseaba para ellos un gran castigo que durara eternamente, así que trasformo a Tarobá en un árbol que nació inclinado sobre las aguas como queriendo alcanzar a Naipí, que a su vez fue convertida en una roca situada en el centro del río, justo en el lugar en donde cae con mas fuerza el agua de la catarata, luego el se adentro en una gran cueva para poder vigilarlos e impedir que se unieran de alguna manera.

Pero la fuerza del amor siempre intenta que dos corazones que se aman puedan en algún momento unirse, por eso en los días en que el sol luce con intensidad, surge un Arco Iris que enlaza al árbol con la roca permitiendo que durante ese momento los amantes se encuentren a pesar de la oposición de Mboi.






13 comentarios:

  1. Preciosas cataratas.
    La leyenda es de las que enternecen.
    Besos.

    ResponderEliminar
  2. Muy triste esta historia y muy cruel el dio Mboi.Besicos

    ResponderEliminar
  3. Para mi las leyendas siempre son bienvenidas,gracias,cariños.

    ResponderEliminar
  4. Curiosa leyenda que no conocía y enorme el esfuerzo de la serpiente Mboi.
    Me voy.
    - Jubi, ¿Se dice Me voy o Mboi?
    Calla.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  5. Tus leyendas siempre me gustan. Besos.

    ResponderEliminar
  6. Menos mal que se encuentran aunque sea con ayuda de Arco Iris.
    Muy bonita la historia, como todas las tuyas.
    Un beso

    ResponderEliminar
  7. Muy buena historia.
    Siempre tan agradable leerte.
    Besos.

    ResponderEliminar
  8. Me entusiasman las leyendas, es un temazo y además interesantes.
    Gracias Piruja. Esta no la conocía, ya ves....una gozada leerte.
    Besos

    ResponderEliminar
  9. :) Gracias otra vez por tu leyenda, me entretienen mucho. Besos

    ResponderEliminar
  10. Bellísima leyenda que acompañas con unas maravillosas fotos.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  11. Hermosa leyenda, las cataratas del Iguazú son espectaculares.

    ResponderEliminar
  12. El árbol, la roca y el arco iris, todo un milagro de amor, que nos impulsa de nuevo a creer, que el amor está por encima del tiempo y permanece siempre, aunque todo cambie. Precioso, Pilar.
    Mi abrazo admirado y espero que todo vaya bien, amiga.

    ResponderEliminar