Esta ceremonia era muy importante para la aldea y por eso el día señalado para la ofrenda se celebraba una gran fiesta a la que eran invitadas las tribus vecinas. Un año fue elegida para el sacrificio la hija de Igobi el cacique de la aldea, una hermosa joven llamada Naipí de la que se decía que cuando se asomaba al río este se detenía para contemplar su belleza, quizás por eso Mboi estaba tan satisfecho con la ofrenda. Pero sus planes se complicaron, pues al frente de una de las tribus invitadas llego un apuesto guerrero llamado Tarobá que al ver a Naipí quedo prendado de su belleza, hasta el punto de que decidió hablar con su padre y con los ancianos de la tribu para salvar a la joven, pero estos no se dejaron convencer, la ofrenda era digna del dios y seria entregada.
Torobá no se rindió y pensó que solo la podría salvar si la raptaba, así que espero a que la fiesta estuviera en su momento mas intenso y mientras el hechicero y los caciques bebían cauin (bebida hecha con mandioca o maíz fermentado) y los guerreros danzaban, el tomo a Naipí de la mano y la condujo a una canoa que tenia preparada en el río nadie se dio cuenta de la desaparición de la pareja, nadie excepto Mboi, que desde el río observaba la fiesta en la que le seria ofrecida la joven.Torobá impulsaba la canoa río abajo ayudado por la corriente, pero Mboi que estaba furioso comenzó a perseguirlos y su cólera fue tal que penetro en las profundidades de la tierra logrando que el curso del río se rompiera en dos partes, una se elevo a gran altura y la otra se hundió, provocando que el agua al caer formara una gran catarata que arrastro la canoa en donde viajaban los enamorados, esto no suavizo la furia de Mboi, no le basto con que ambos murieran, deseaba para ellos un gran castigo que durara eternamente, así que trasformo a Tarobá en un árbol que nació inclinado sobre las aguas como queriendo alcanzar a Naipí, que a su vez fue convertida en una roca situada en el centro del río, justo en el lugar en donde cae con mas fuerza el agua de la catarata, luego el se adentro en una gran cueva para poder vigilarlos e impedir que se unieran de alguna manera.Pero la fuerza del amor siempre intenta que dos corazones que se aman puedan en algún momento unirse, por eso en los días en que el sol luce con intensidad, surge un Arco Iris que enlaza al árbol con la roca permitiendo que durante ese momento los amantes se encuentren a pesar de la oposición de Mboi.
Preciosas cataratas.
ResponderEliminarLa leyenda es de las que enternecen.
Besos.
Muy triste esta historia y muy cruel el dio Mboi.Besicos
ResponderEliminarBonita historia. Un beso
ResponderEliminarPara mi las leyendas siempre son bienvenidas,gracias,cariños.
ResponderEliminarCuriosa leyenda que no conocía y enorme el esfuerzo de la serpiente Mboi.
ResponderEliminarMe voy.
- Jubi, ¿Se dice Me voy o Mboi?
Calla.
Un abrazo
Tus leyendas siempre me gustan. Besos.
ResponderEliminarMenos mal que se encuentran aunque sea con ayuda de Arco Iris.
ResponderEliminarMuy bonita la historia, como todas las tuyas.
Un beso
Muy buena historia.
ResponderEliminarSiempre tan agradable leerte.
Besos.
Me entusiasman las leyendas, es un temazo y además interesantes.
ResponderEliminarGracias Piruja. Esta no la conocía, ya ves....una gozada leerte.
Besos
:) Gracias otra vez por tu leyenda, me entretienen mucho. Besos
ResponderEliminarBellísima leyenda que acompañas con unas maravillosas fotos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hermosa leyenda, las cataratas del Iguazú son espectaculares.
ResponderEliminarEl árbol, la roca y el arco iris, todo un milagro de amor, que nos impulsa de nuevo a creer, que el amor está por encima del tiempo y permanece siempre, aunque todo cambie. Precioso, Pilar.
ResponderEliminarMi abrazo admirado y espero que todo vaya bien, amiga.