Era hostil y rebelde y, aunque pequeño, se daba cuenta de las penurias, sufrimientos y persecuciones de las que eran objeto.
Fue creciendo. Se convirtió en un joven fuerte y valeroso, con un solo ideal defender a su raza de las opresiones. Por esta causa fue perseguido y hostigado por sus enemigos.
Un día, al resistirse al saqueo del poblado, fue capturado y mostrado como trofeo por sus adversarios, llevándolo lejos del lugar.Esa misma noche, amparándose en la oscuridad reinante, logró escapar para buscar ayuda en otras tribus cercanas.
Cuando sus enemigos notaron que el indómito y bravo joven se había fugado, comenzaron a perseguirlo.
En su huida, Huitrú no se dio cuenta que se internaba cada vez más en el corazón del monte pampeano.En un momento se encontró enredado en unos bajos y enmarañados arbustos, y por más que luchó no pudo desligarse de sus ataduras.
Estaba sediento. Su cuerpo sangraba por las heridas que habían provocado las ramas y las espinas. Su sagre iba filtrándose en el suelo y atándolo cada vez mas.
Al verse perdido se encomendó a su Dios, guitu wuta chao,( Fuerza de la naturaleza) para que amparara a su raza a costa de su propia vida y, por un designio de éste, se lo vio de pronto convertido en un árbol frondoso, destinado a brindar alimento y sombra a sus hermanos y a los animales, que serian los encargados de multiplicarlo por toda La Pampa.Al amanecer, cuando sus hermanos y sus adversarios aún lo buscaban, sólo hallaron un imponente árbol en medio de estas extensas llanuras.
El huitrú tenía las ramas cubiertas de espinas, para defenderse de quienes lo quisieran cortar, y su sangre se había convertido en una larga raíz buscando agua para saciar su sed, en lo más profundo de la tierra y poder aferrarse al lugar que lo vio nacer. En el tronco se notaban las heridas sangrantes que el mapuche se hizo al huir.Así como Huitrú (Caldén) arraigado a este suelo, su raza sigue luchando por los derechos en estas tierras, afirmándose con fuerza y valor. Por eso, cuando se destruye un Caldén, dicen que muere un antepasado.
Qué linda leyenda, la fuerza de la naturaleza se recrea en ese árbol que aquel joven dio su vida por su raza y los derechos de sus pueblo.
ResponderEliminarMe encantan estas historias .
Un besote grande, buenas noches .
Me gutó la leyenda,gracias,cariños.
ResponderEliminarHola Piruja corazón que echaba de menos tus leyendas, esta es muy linda donde se puede aprender cosas buenas, gracias tesoro por ir a mi blog ya estamos en contacto poco a poco os voy visitando gracias y besitosssssssssssssss
ResponderEliminarUna muy buena historia.
ResponderEliminarA tener en cuenta.
Besos.
Hola Piruja, una leyenda muy bonita.
ResponderEliminarFeliz fin de semana.
Un abrazo.
Una gran historia. Un beso
ResponderEliminarUna leyenda preciosa, me ha gustado mucho.
ResponderEliminarMil besos.
Una bonita leyenda donde la generosidad y la entrega por su pueblo queda muy palpable.Besicos
ResponderEliminarConocía la leyenda, tú me la has ampliado, es bonita.
ResponderEliminarGracias preciosa.
Besotes.
¿Qué tal Piruja? Una leyenda muy entretenida. Besos
ResponderEliminarEs una excelente y bonita leyenda.
ResponderEliminarMuy buena.
Besos. Feliz fin de semana.
No conocía la leyenda, gracias por traerla Piruja.
ResponderEliminarUn abrazo.
Otra leyenda bonita, me ha gustado mucho. Besos.
ResponderEliminarMenudo nombrecico le pusieron al chaval.
ResponderEliminarNo me esperaba este final, es bueno que no todo acabe siempre de la misma manera.
Feliz semana Piruja y un abrazoooo.
La verdad es que no se de donde sacas todas esta maravillosas leyendas. Aunque dasi siemore terminal mal. De todas maneras se ve que eres una chuca trabajadora.
ResponderEliminarUn beso.
Me encanta la leyenda cuando está basada en la Madre naturaleza y esta es una de ellas.
ResponderEliminarMuchas gracias por compartir belleza Piruja.
Un fuerte abrazo, amiga.