sábado, 29 de mayo de 2021

La Maleta.

Esta mañana encontré en la estación de tren a una mujer vestida de oscuro. Llevaba una gran maleta con dos grandes hebillas. En el banco, dos bolsas de plástico anudadas llenas de ropa y un par de bolsos de mano con libros. En la mano, un monedero que agarraba con fuerza.

Tenía la mirada triste. Nos miramos y ella suspiró insinuando que no podría con tanto equipaje y luego encogió los hombros para quitarle importancia y decir que eso era lo de menos. Le sonreí para darle un poco aliento y le dije que no se preocupara, que cuando llegara el tren ya la ayudaría a subir sus enseres.

Me dijo que estaba nerviosa y le respondí que era normal cuando uno emprende viaje. Me explicó entonces que volvía a casa después de seis meses de duro trabajo en un centro porque su madre, que ya era mayor, le había dicho que allí la necesitaban más.

La maleta y el resto del equipaje estaban a rebosar, pero me dijo que sólo era ropa, que lo más importante era el dinero ahorrado que llevaba en el monedero y el cariño que dejaba atrás.

– No me dio tiempo casi de despedirme…Algunos ni siquiera saben que me he ido…-me dijo mientras sus ojos azules intentaban contener las lágrimas.

Subimos al tren, cada una con la mitad de sus enseres. Allí me di cuenta que llevaba un colgante de plata, una artesanía hecha a mano, con un sol, una luna y una estrella perforados. La hacían elegante pero a mi me hicieron pensar que simbolizaban sus largas jornadas de trabajo desde la mañana hasta el anochecer. Probablemente un regalo de los que gracias a ella tuvieron sus días más livianos.

Cuando llegó mi estación, la abracé y le deseé buen viaje y mucha suerte. Me sonrió con tristeza.

Antes de que la puerta del tren se cerrara me giré para mirarla. La vi. de pie, haciendo guardia delante de su gran maleta y sus bolsas. Se llevó la mano al collar y acarició el medallón.

Esta mañana encontré en la estación de tren a una mujer vestida de oscuro. Llevaba una gran maleta con dos grandes hebillas pero dos bolsas a rebosar y un par de bolsos con libros. Viajaba triste, porque todavía no se había dado cuenta que el equipaje más valioso ya lo llevaba consigo, todo el cariño de la gente que había conocido estaba en su corazón.


Fin


Autor: Lydia Giménez Llort



13 comentarios:

  1. Que triste relato pero que lindo a la vez, las maletas simbolizan todos los recuerdos que esa persona ha vivido y la mirada triste el tenerse que despedir del lugar que la hizo feliz. Así lo he sentido cuando leía tus letras. Un abrazo y muy feliz fin de semana muakissss.

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  2. Es muy triste este relato.
    Muchos besos.

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  3. Hermoso relato de amor y de entrega, primero se da en el centro donde trabajaba que lo tiene que dejar con gran pesadumbre para atender a su madre...un claro ejemplo de ayuda a los demás.Besicos

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  4. Cuántas personas y vivencias hubo de dejar atrás. Y, cómo será su nueva reunión con los suyos. Dos pasos cruciales. Muy buena historia.
    Un abrazo.

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  5. Precioso relato. En su maleta lleva guardado todo el cariño que haya repartido por donde ha pasado.
    Un beso Piruja.

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  6. Muy bonita, me ha encantado. Besos.

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  7. Lo más importante no se puede ni poner ni llevar en una maleta.

    Besos.

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  8. Muy linda y triste historia que me deja pensando. Saludos amiga.

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  9. Hermosa y emocionante historia.
    Un besito.

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  10. Muy tierno a la vez que triste Piruja.

    Besos.

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  11. Que historia tan hermosa
    a pesar de ser triste,
    me agrado mucho Piruja.

    Besitos dulces

    Siby

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