sábado, 26 de noviembre de 2022

La Azucena del bosque ( Leyenda )

Hace muchos, muchos años, había una región de la tierra donde el hombre aun no había llegado. Cierta vez paso por allí I-Yará (dueño de las aguas) uno de los principales ayudantes de Tupá (dios bueno). Se sorprendió mucho al ver despoblado un lugar tan hermoso, y decidió llevar a Tupá un trozo de tierra de ese lugar. Con ella, amasándola y dándole forma humana, el dios bueno creo dos hombres destinados a poblar la región.

Como uno era blanco lo llamo Morotí, y al otro Pitá, pues era de color rojizo. Estos hombres necesitaban esposas para formar sus familias, y Tupá encargo a I-Yará que amasase dos mujeres.

Así lo hizo el Dueño de las aguas y al poco tiempo, felices y contentas vivían las dos parejas en el bosque, gozando de las bellezas del lugar, alimentándose de raíces y de frutas, dando hijos que aumentaban la población de ese sitio, amándose todos y ayudándose unos a otros. Asi hubieran continuado si un hecho casual no hubiese cambiado su modo de vivir.

Un día que se encontraba Pitá recogiendo frutos de Tacú (algarrobo) apareció junto a una roca un animal que parecía querer atacarlo, para defenderse, Pitá tomo una gran piedra y se la arrojo con fuerza, pero en lugar de alcanzarlo, la piedra dio contra la roca y al chocar saltaron algunas chispas.

Este era un fenómeno desconocido hasta entonces, Pitá al notar el hermoso efecto producido por el choque de las piedras volvió a repetir muchas veces la operación, de esa forma cuando vio que siempre se producía lo mismo, fue como descubrió el fuego.

Cierta vez, Morotí para defenderse tuvo que dar muerte a un Pecarí (jabalí) y como no estaban acostumbrados a comer carne, no supo que hacer con el, al ver que Pitá había encendido un hermoso fuego, se le ocurrió arrojar en el al animal muerto, al rato se desprendió de la carne un olor que a Morotí le pareció apetitoso y lo probo, el gusto era tan agradable como el olor, lo dio a probar a Pitá, a las mujeres y a todos les resulto muy sabrosa.

Desde ese día desdeñaron las raíces y las frutas a las que habían sido tan afectos hasta entonces, y se dedicaron a cazar animales para comer, la fuerza y destreza de muchos de ellos, los obligaron a aguzar su inteligencia, construyeron armas que les sirvieron para defenderse y vencer a estos animales, así inventaron el arco, la flecha y la lanza. Entre las dos familias nació una rivalidad que nadie hubiera creído posible, la cantidad de animales cazados, quien era mas hábil en el manejo de las armas, la mejor puntería...todo esto fue motivo de envidia y discusión entre los hermanos.

Tan grande fue el rencor y odio que llegaron a tenerse unos contra otros, que decidieron separarse, Morotí con su familia se alejo del hermoso lugar donde habían vivido unidos los hermanos, hasta que la codicia se encargo de separarlos, eligió para vivir el otro extremo del bosque, donde no tendría noticias de Pitá y familia.

Tupá decidió entonces castigarlos, el los había creado para que vivieran amándose y gozando de tranquilidad y bienestar, pero ellos no supieron corresponder a favor tan grande y tenían que sufrir las consecuencias, el castigo tenia que servir de ejemplo para todos los que en adelante olvidaran que Tupá los había puesto en el mundo para vivir en paz y amarse los unos a los otros.

Al día siguiente de la separación amaneció tormentoso, nubes negras se recortaban entre arboles y los truenos hacían estremecer con su sordo rezongo, los relámpagos cruzaban el cielo como víboras de fuego, llovió copiosamente durante varios días, todos vieron en esto un mal presagio. Después de tres días vividos con espanto la tormenta paso, cuando hubo aclarado, vieron bajar de un Tacú (algarrobo) un enano de enorme cabeza y larga barba blanca, era I-Yará que había tomado esa forma para cumplir el mandato de Tupá, llamo a todos y los reunió en un claro del bosque, allí les dijo lo siguiente:

Tupá nuestro creador me envía, la cólera se ha apoderado de el al conocer la ingratitud de vosotros, el os creo hermanos para estar en paz y el amor guiara vuestras vidas... pero la codicia pudo mas que vuestros buenos sentimientos y os dejasteis llevar por el odio y envidia. Tupá me manda para que hagáis las paces entre vosotros, arrepentidos y avergonzados los dos hermanos se fundieron en un abrazo, los que presenciaron la escena vieron que poco a poco iban perdiendo su forma humana y cada vez mas unidos, se convertían en un tallo que crecía y crecía....

Este tallo se convirtió en una planta que dio hermosas azucenas moradas. A medida que el tiempo transcurría, las flores iban perdiendo su color, aclarándose hasta llegar a ser blancas por completo. Eran Pitá (rojo) y Morotí (blanco), que convertidos en flores simbolizaban la unión y la paz entre los hermanos.

Ese arbusto fue creado por Tupá para recordar a los hombres que deben vivir unidos por el amor  fraternal, es la " Azucena del Bosque ".



12 comentarios:

  1. Me encantó la leyenda Piruja. Un abrazo y feliz fin de semana.

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  2. La azucena del amor fraternal, preciosa leyenda. Besos

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  3. Con lo fácil que es saber comportarse y respetar a los demás y si es compartiendo mejor.

    Besos.

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  4. Una preciosa leyenda, donde nos enseña que muchas cosas, una de ellas es que compartir nos da felicidad. Un fuerte abrazo.

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  5. Muy bonita la leyenda y no he podido evitar compararla con la situación y comportamiento de la humanidad que deja mucho que desear... con lo bien que podríamos vivir todos hermanados sin tanto afán de riqueza y tanta envidia.Besicos

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  6. ¡Hola, Piru¡
    Que hermosa lectura, amiga. Es una estupenda lección de vida, nosotros venimos al mundo, también para ser felices amándonos los unos a los otros, así di Jesús, amaros como yo os he amado, que hermoso sería, pero como dice la leyenda nos atropella la envidia, el egoísmo, la ambición, la violencia, entre otras barbaries que no nos dejan ser felices. Vivimos en un mundo loco lleno descerebrados.
    Todo un placer leerte, he pasado un rato de lectura maravilloso. Gracias, amiga.

    Te dejo mi abrazo fraterno, colmado de bendiciones y mi gran estima.
    Feliz fin de semana.

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  7. Preciosa leyenda, ¿pero que hubiera pasado si el jabalí lo aderezan con hierbas aromáticas aceite de trufa negra y vino?
    Seguro que la leyenda hubiera cambiado y se hubieran transformado en unos chefs de estrellas Michelín. Es broma.
    Un beso.

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  8. ¡Qué leyenda tan bonita!
    Mil besos.

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  9. Toda una gran lección tan bonita leyenda.
    ;Me ha gustado mucho.
    Besos.

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  10. Una leyenda que nos remite al principio de los tiempos...Me recuerda a Caín y Abel, hermanos que no se entendieron. Lo cierto es que el hombre lleva en sus genes desde tiempos ancestrales la codicia, el egoísmo y la competitividad. La guerra ha estado presente siempre...Esas flores nos recuerdan que la naturaleza está siempre cerca para ayudarnos a ser mejores, ejercitando la concordia y los valores humanos,
    Mi abrazo admirado y mi ánimo siempre, amiga.

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