sábado, 26 de octubre de 2024

Sopa de Piedra.

Cierto día, llego a un pueblo un hombre y pidió por las casas para comer, pero la gente le decía que no tenían nada para darle. Al ver que no conseguía su objetivo, cambio de estrategia. Llamo a la casa de una mujer para que le diese algo que comer.

-" Buenas tardes señora. ¿ Meda algo para comer, por favor ?

-" Lo siento, pero en este momento no tengo nada en casa ", dijo ella.

-" No se preocupe - dijo amablemente el extraño -, tengo una piedra en mi mochila con la que podría hacer una sopa, si Ud, me permitiera ponerla en una olla de agua hirviendo, yo haría la mejor sopa del mundo.

-¿ Con una piedra va a hacer usted una sopa?, ¡ me esta tomando el pelo !

-" En absoluto señora, se lo prometo, deme un puchero muy grande por favor y se lo demostrare "

La mujer busco la olla mas grande y la coloco en mitad de la plaza, el extraño preparo el fuego y colocaron la olla con el agua, cuando el agua empezó a hervir ya estaba todo el vecindario en torno a aquel extraño, que tras dejar caer la piedra en el agua probo una cucharada exclamando:

-¡ Deliciosa !, lo único que necesita son unas patatas.

Una mujer se ofreció de inmediato para traerlas de su casa, el hombre probo de nuevo la sopa que ya sabia mucho mejor, pero echo en falta un poco de carne.

Otra mujer voluntaria corrió a su casa a buscarla, y con el mismo entusiasmo y curiosidad se repitió la escena al pedir unas verduras y sal, por fin pidió: "¡ Platos para todo el mundo !"

La gente fue a sus casas a buscarlos y hasta llevaron pan y frutas, luego se sentaron todos a disfrutar de la esplendida comida, sintiéndose extrañamente felices de compartir por primera vez su comida.

Y aquel extraño desapareció dejándoles la milagrosa piedra, que podrían usar siempre que quisieran hacer la mas deliciosa sopa del mundo.

Moraleja: Con la cooperación se alcanzan resultados notables, aun cuando se parta de contribuciones pequeñas o incluso insignificantes. Esta es la fuerza milagrosa que tiene el COMPARTIR, cada uno podemos poner alguna de nuestras virtudes al servicio de los demás, y el resultado puede ser espectacular.



Autor: Desconocido.


sábado, 19 de octubre de 2024

Leyenda de la Dama Blanca.

Corría el año 1550, el oro venia de Perú en galeones bien custodiados, acompañando el dulce tintineo, llenos de orgullo y acariciados por doradas esperanzas, también llegaban sus propietarios.

Uno de ellos, viejo, encorvado, con los ojos cansados de contemplar tesoros, desembarcaba en Cadiz. Era rico, y con el oro se creía capaz de comprarlo todo...hasta el amor. Se le hizo largo el viaje a la Villa y Corte, pues recordaba que su amigo el medico del Rey quedo tutor de una niña encantadora que ahora estaría por los veinte años y soñaba en contagiarse de su juventud contrayendo matrimonio con ella.

Llego el viejo y hablo con el tutor, nada se consulto con la joven, aunque algo se le dio a entender de boda inminente, una vez todo dispuesto para la ceremonia, el viejo medico llevo a su pupila al Palacio Real, Don Felipe II había demostrado siempre afecto por ella, en esta ocasión le ofreció como regalo nupcial digno de su grandeza, las trece monedas de oro que habían de servir de arras.

Vivía la novia en la calle de las Infantas, en una casa de piedra roja, con siete chimeneas y rodeada de un gran jardín. Celebrose el casamiento con gran pompa, el anciano esposo había regalado a la juvenil desposada un magnifico traje blanco, todo bordado con perlas, de encaje de Bruselas era el velo que le llegaba hasta el suelo, ocultaba su cara y ojos enrojecidos por el llanto.

Vino después el banquete en el que los invitados, obsequiados hasta la saciedad, se tambaleaban en los limites de la embriaguez, cayo la tarde, los criados encendieron las luces. La novia se había retirado a sus habitaciones lejos del bullicio, en medio de la noche, cuando el anciano pensando en su felicidad, comprada con oro a costa de las lagrimas de una obediente muchacha, fue a buscarla...y no la encontró.

Alarmado grito a los criados, recorrieron la inmensa casa, registraron rincones, repasaron los salones del banquete sin el menor éxito, por ultimo bajaron a los sótanos. Allí en el suelo húmedo, el aire oliendo a moho pesado e irrespirable, la encontraron en el suelo, el velo de encaje aun temblaba en la frente, el traje de perlas estaba teñido de rojo, acercaron los candiles, entre sus manos sostenía el pañuelo bordado, trece monedas de oro, las arras estaban a sus pies, y un puñal florentino incrustado con gemas de colores, estaba clavado en su corazón. Horrorizados, se retiraron en silencio amo y servidores.

¿ Quien pudo hacer aquello ? ¿ Un despechado amante ? ¿ Un novio celoso ?. Aun queda en pie el enigma.

Solo sabemos que de cuando en cuando, en los sótanos de la casa se oyen gemidos, y dicen que alguien ha visto pasear como un espectro, en las altas horas de la noche a una dulce mujer, envuelta en velos, haciendo tintinear en sus manos blancas de cadáver, las trece monedas de oro que tubo como arras el día que la casaron sin darle opción a elegir.



Autor: Desconocido.




sábado, 12 de octubre de 2024

Los Zapatos Viejos.

Un estudiante universitario salió un día a dar un paseo con un profesor, a quien los alumnos consideraban su gran amigo debido a su bondad para quienes seguían sus instrucciones.

Mientras caminaban, vieron en el camino un par de zapatos viejos y supusieron que pertenecían a un anciano que trabajaba en el campo de al lado y que estaba por terminar sus labores diarias.

El alumno dijo al profesor: hagámosle una broma, escondamos los zapatos y ocultémonos detrás de esos arbustos para ver su cara cuando no los encuentre.

Mi querido alumno amigo -le dijo el profesor-, nunca tenemos que divertirnos a expensas de los pobres.

Tú eres rico y puedes darle una alegría a este hombre. Coloca una moneda en cada zapato y luego nos ocultaremos para ver cómo reacciona cuando las encuentre.

Eso hizo y ambos se escondieron entre los arbustos cercanos. El hombre pobre, terminó sus tareas, y cruzó el terreno en busca de sus zapatos y su abrigo.

Al ponerse el abrigo deslizó el pie en el zapato, pero al sentir algo adentro, se agachó para ver qué era y encontró la moneda. Pasmado, se preguntó qué podía haber pasado. Miró la moneda, le dio vuelta y la volvió a mirar.

Luego miró a su alrededor, para todos lados, pero no se veía a nadie. La guardó en el bolsillo y se puso el otro zapato; su sorpresa fue doble al encontrar la otra moneda.

Sus sentimientos lo sobrecogieron; cayó de rodillas y levantó la vista al cielo pronunciando un ferviente agradecimiento en voz alta, hablando de su esposa enferma y sin ayuda y de sus hijos que no tenían pan y que debido a una mano desconocida no morirían de hambre.

El estudiante quedó profundamente afectado y se le llenaron los ojos de

lágrimas.

Ahora- dijo el profesor- ¿no estás más complacido que si le hubieras

hecho una broma?

El joven respondió: Usted me ha enseñado una lección que jamás olvidaré. Ahora entiendo algo que antes no entendía: es mejor dar que recibir.



Autor: Desconocido. 

sábado, 5 de octubre de 2024

San Donís.

Hola amigos, el próximo día 9 de Octubre es el día de la Comunidad Valenciana, y aquí aparte de celebrar ese día también se celebra San Donis la parte bonita de esta fiesta, aquí digamos es como el día de los enamorados, el "San Valentin" valenciano.

La Mocadorá (pronunciada en valenciano: Mocaorà) es una celebración popular de la ciudad de Valencia y circundantes, que tiene lugar el día de la Comunitat Valenciana (9 de octubre), que tambien es el día de Sant Donís (San Dionisio).

La tradición consiste en que los hombres regalen a sus parejas (también a la madre) un pañuelo (mocador en valenciano) en el que hay envueltos dulces hechos con mazapán de distintas formas y colores que representan frutas y hortalizas de la Huerta de Valencia.

La tradición de la mocadorá se remonta al siglo XVIII, cuando tras la Guerra de Sucesión, los Decretos de Nueva Planta prohibieron la celebración de la entrada de Jaime I en Valencia. Como respuesta a la prohibición borbónica, los panaderos empezaron a producir unos dulces de mazapán que representaban los cohetes que ya no se podían hacer sonar, pero al mismo tiempo, por su forma fálica o redonda recordaban los órganos sexuales masculinos y femeninos. Son los llamados piuleta i tronador (la nomenclatura tenía una connotación sexual muy presente).


Junto con la piuleta y el tronador también se fabricaban pequeñas frutas y hortalizas, que según la creencia popular hacían referencia tanto a la fertilidad de la Huerta de Valencia, como a las hortalizas que los moros regalaron a la reina Doña Violante de Hungría (esposa de Jaime I).


Ya desde los comienzos, los dulces iban envueltos en un pañuelo (mocador en valenciano) y todo junto, dulces y pañuelo, constituía el regalo para la mujer amada. Poco a poco, el pañuelo dio nombre a la festividad "La Mocadorá".


Con esta tradición, muchos valencianos consideran el 9 de octubre como el día de los enamorados su (San Valentín particular). También es tradición que las mujeres conserven todos los pañuelos que su pareja les regala año tras año desde que comenzaran a salir (son una prueba de amor y como tal son conservados).



Como se puede ver en las imágenes, se imita toda clase de frutas, verduras y hortalizas, como la coliflor, habas, plátanos, maíz, zanahorias, manzanas, en fin de todo lo que os podéis imaginar, siendo cada pieza una pequeña obra de arte ya que son idénticas a las de verdad pero estas con la dificultad de que son en pequeño, tienen mucho merito todos los pasteleros y panaderos que hacen este trabajo.

Una semana o dos antes de la fiesta ya se ven los escaparates de centros comerciales, pastelerías y hornos llenos de Pañuelos, Fulars y Pashminas listos para ser elegidos y mejor aun, ser regalados junto a los dulces.


Esta es mas o menos la historia del San Valentin valenciano, espero que os haya gustado, la pena que no podáis degustar las frutitas de mazapán que son una delicia, lo hago yo por vosotros:), si gustáis......:)