En la Isla Grande de Tierra de Fuego, vivió antes de su extinción, un pueblo indígena americano llamado los Sélknam, más conocidos como Ona.
Hubo un tiempo en el que las hojas de los árboles siempre eran verdes, y en ese tiempo vivió Kamshout, un muchacho alegre perteneciente a esta tribu, al que le gustaba hablar sin parar. No importaba que no hubiera mucho que decir en un momento determinado, él siempre encontraba las palabras necesarias para hacerse oír. A veces tanta cháchara resultaba una molestia, y por ello a nadie pasó desapercibida su ausencia cuando Kamshout tuvo que marcharse para cumplir sus ritos de iniciación. En la tribu al fin había momentos en los que se podía disfrutar del silencio.
El muchacho tardó mucho tiempo en regresar, tanto que el resto de la tribu comenzó a creer que había fallecido. Sin embargo un día regreso, tan parlanchín como siempre, hablando y hablando sin parar sobre su aventura. Repetía una y otra vez que había estado en un fantástico país allá por el Norte en el que los árboles cambiaban de color. Sus hojas se volvían amarillas y caían hasta que parecían estar completamente muertos, pero después llegaba un tiempo al que llamaban Primavera en el que las hojas volvían a renacer en los árboles y todo se teñía de verde de nuevo.
Hablaba de aquellos maravillosos matices y colores, de hojas secándose en el suelo tiñendo el paisaje de ocre, de árboles que volvían a vestirse de luz y verdor después de haber perdido todas sus hojas… Nadie le creyó. Nadie conocía aquellas extrañas palabras que Kamshout repetía sin parar, Otoño… Primavera… Todo debía ser una mentira del imaginativo muchacho, las hojas de los árboles eran eternas. Toda la tribu se rió de él y esto lo puso muy furioso. Se puso rojo de la rabia y no paró de repetir su historia una y otra vez hasta que las palabras se le apelotonaban en los labios.
Cansado de las burlas de sus vecinos, el muchacho, furioso, decidió volver a marcharse. Al cabo de un tiempo Kamshout regresó a su tribu; pero lo hizo de una forma totalmente sorprendente, el muchacho era ahora un gran pájaro de plumas verdes y rojas. El pájaro emitía un ruido cansino con el que parecía reírse de todos. Debido a este sonido todos comenzaron a llamarlo Kerrhprrh.
En primavera la tribu contempló maravillada cómo todos los árboles volvían a brotar y a vestir sus ramas de hojas verdes y frescas, tal como el muchacho había dicho en su día.
Desde ese entonces, se reúnen unos pájaros de vivos colores en las ramas de los bosques, son los loros, que se ríen constantemente de los humanos con sus picos curvos para recordar a su antepasado Kamshout, al que nadie tomaba en serio.
Esa fue la venganza que planeó Kamshout para toda la eternidad.
Una leyenda preciosa, hay un refrán que dice: "El que mucho habla, mucho yerra". A mi los loros no molestan son divertidos además de vistosos por tu diversidad de colores en su plumaje.
ResponderEliminarBesitos Pili y feliz fin de semana:))
Pues resultó una venganza muy agradable ya que los loros son unas aves muy simpáticas.Mi vecina tiene un loro que me llama Charo o vecina cuando salgo a la terraza, es muy gracioso. BESICOS
ResponderEliminarPreciosa leyenda y venganza. Besetes.
ResponderEliminarCuriosa leyenda donde se critica el arte de hablar en demasía pues al final nadie te hace aso :)
ResponderEliminarBesos.
Hola Piruja. Una leyenda muy bonita, tanto como el otoño.
ResponderEliminarBesos.
Bonita leyenda, a mi los loros me gustan mucho, tanto sus colores, como són y cuando hablan más aún jeje,besos
ResponderEliminarUna preciosa leyenda!! de nunca hay que lastimar a nadie ni de menospreciar su palabra.
ResponderEliminarBesos
Hola Piruja, buenas tardes,
ResponderEliminarmuy buena leyenda,
lo difícil de creer en lugar de que las hojas de los árboles cambiaban de color sería que siempre estuviesen verdes con el frio que hace por alli =)
Te deseo un gran fin de semana
un beso
Muy bonita leyenda. Buen domingo.
ResponderEliminarMe encantó leer esta leyenda. Tiene una linda enseñanza.
ResponderEliminarbesos
PEro qué preciosidad de leyenda, niña! Me ha encantado. Gracias por compartirla.
ResponderEliminarBesos.
Siempre son mágicas tus entradas. Me alegro volver a leerte. Un abrazo.
ResponderEliminarPiruja, referente a Ka, todo está bien, es por falta de tiempo, tuvo y aún tiene mucha faena y no le queda tiempo para atender el blog. Pero a todo esto ella volverá aunque tarde un poquito, seguro que volverá.
ResponderEliminarUn besito, buena amiga.
Casi no parece venganza traerles el otoño, con lo hermosos que es, tanto como tu bonita leyenda. Un gran abrazo.
ResponderEliminarBonita leyenda querida amiga Piruja.
ResponderEliminarNos llevas a momentos magicos. Un beso cielo
Isa
Una linda leyenda. Fantástica.
ResponderEliminarTe deseo una semana muy feliz.
Hablamos.
Un abrazo grande
ES preciosa.
ResponderEliminarBEsos
Como todo lo que nos cuentas y eliges, esta es otra más de tus preciosas entradas.
ResponderEliminarYo también me alegro de volver a estar entre vosotros, os he echado en falta y os tenía en el pensamiento.
He decidido volver pero no creas que tengo todo hecho, sigo con las conservas, menos mal que ya es lo último, los tomates, que estamos recogiendo del huerto.
Agradezco tus letras y aprovecho para dejarte un fuerte abrazo con mis cariños.
Kasioles
Hola paso hacerte una visita pero que preciosa tu historia me encanta y que imaginación son como libros cortos. Saludos
ResponderEliminarHola mi niña
ResponderEliminarYo no creo que sea una venganza traerles el otoño, para mi es un verdadero espectaculo de colores.Me ha encantado como siempre este ratito de tranquilidad y paz
Por cierto....le pasa algo a Karras?
Un besito para las dos
Una preciosa leyenda sobre las estaciones del año, pues si la venganza fué los loros, fue una hermosa venganza, porque son preciosos.
ResponderEliminarBesoss
Yo creo que si Kamshout se quiso vengar de su pueblo, también lo hizo del mío. No te puedes hacer una idea los loros y cotorras que hay por estos contornos y, cosa curiosa, los oigo pero no los veo aunque esté debajo de los árboles. No importa, hay cosas peores.
ResponderEliminarLa leyenda es muy bonita e interesante.
Un besito