sábado, 4 de marzo de 2017
Hada.
Todo el mundo la llama "la mendiga de las hojas", porque en cuanto llega el otoño y los arboles comienzan a quedarse desnudos, se la puede ver por parques y calles recogiéndolas, acunándolas y repitiendo a veces en susurros apagados, a veces a gritos y otras incluso canturreando:
- ¿ Que hoja va con cada árbol ? ¿ De que árbol cayo esta hoja ? ¿ Y esta otra ? ¿ Y aquella de mas allá ? ¿ Que hoja va con cada árbol ? ¿ De que árbol cayo esta hoja ?
Y anda entre los montones de hojas amarillas, con los pies bien hundidos en ellas, haciéndolas crujir bajo sus plantas sintiendo su caricia en los tobillos, las recoge, las observa con detenimiento -por el envés y por el revés- las huele incluso, luego corre de árbol en árbol, mira la hoja de color ocre, mira el árbol, vuelve a mirar la hoja según crea que ha acertado o no, se aproxima con los brazos llenos de hojas a los Álamos, a las Acacias, a los Castaños, a los Arces y habla con ellos:
- Esta, esta es tuya, lo se ¿ ves ?, aun puedo reconocerlas, y las acuna como si de un bebe se tratara y sigue hablando con el árbol.
- Si, si, llego el momento de dejarlas volar ¿ verdad ?. Si, si, es la hora de que bailen con el viento.
Y girando y danzando suelta las hojas y las entrega al primer torbellino loco que sople en ese momento, luego continua con sus andanzas por parques y calles tras las hojas amarillas y rojas, hablando con los arboles, inclinando la cabeza como si les escuchara, asintiendo o negando, riendo o llorando, como si ellos le hablaran y le contaran sus secretos.
Cuenta su historia a quien quiera escucharla aunque nadie la cree, ¿ quien puede creer las fantasías que dicen los locos ?
Cuenta que es un hada y que se ha quedado atorada a medio camino entre su mundo y el nuestro por culpa del amor. Cuenta que allá en su mundo ayudaba con los preparativos otoñales, que reunía a las nubes como si fueran un rebaño de ovejas y las pastoreaba hasta los lugares en donde debían dejar caer la lluvia, que cabalgaba sobre la espalda del viento y le ayudaba a arrastrar las hojas caídas y las que estaban por caer, que llevaba un cuidadoso inventario de cada hoja que caía y por eso sabia reconocer perfectamente a que árbol pertenecía cada una. Y cuenta que un día cometió dos errores muy, muy graves:
El primer error fue enamorarse, porque a un hada enamorada se le debilitan los poderes. Su segundo error fue aun mas grave, enamorarse de un mortal, porque los mortales son incapaces de comprender a las hadas y acaban siempre rompiéndoles el corazón. Sus hermanas se lo avisaron. Su reina se lo advirtió. Todos en el reino de las hadas intentaron aconsejarla, pero el amor ya se sabe, no entiende de consejos y advertencias.
Cuenta que ella decidió seguir a su amor mortal hasta su mundo mortal, sus ojos brillan y sus labios sonríen al contar que durante un tiempo hasta se creyó feliz, y sus ojos se llenan de nubes tormentosas cuando narra como poco a poco todo se fue hundiendo lentamente, ahogado por la realidad que la rodeaba. El no la comprendía, el no aceptaba sus poderes, ni sus costumbres, ni nada de nada, quería transformarla en una mujer y que dejara de ser un hada. Y aunque ella lo intento con todas sus fuerzas, nunca lo consiguió...no del todo. Y un día finalmente, el la dejo abandonada y sola en este mundo.
Y cuenta que quiso volver al reino de las hadas pero ya no pudo, su tiempo entre mortales la había debilitado y solo consiguió llegar hasta la mitad del camino, y así vive desde entonces, a medias entre este mundo y el suyo, sin pertenecer del todo a este ni poder regresar del todo al suyo, de modo que aquí era una loca y allá era casi una sombra. Si, ella cuenta su historia a quien quiera escucharla pero es evidente que nadie puede creer las fantasías que cuentan los locos y sin embargo...
Sin embargo corre el rumor de que en noches despejadas de luna llena, te puedes encontrar a la "mendiga de las hojas" bailando y lanzando las hojas al aire, que hay momentos en que su sucia cara parece irradiar luz, que sus bastas ropas parecen hechas de finas telas y que el ajado fular de tul que cuelga siempre sobre su espalda parecen unas titilantes alas de hada.
Pero sea o no verdad, resulta imposible no emocionarse cuando ves a la "mendiga de hojas" mientras susurra sin descanso:
- ¿ Que hoja va con cada árbol ? ¿ De que árbol cayo esta hoja ? ¿ Y esta otra ? ¿ Y aquella de mas allá ? ¿ Que hoja va con cada árbol ? ¿ De que árbol cayo esta hoja ?.....
Autor: Dolores Espinosa.
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Muy hermoso que no conocía Pili, gracias por acercarnos está entrañable historia escrita por Dolores Espinosa de la cual no conozco, pero me gusta su narrativa e imaginación. Besos de luz amiga, pasa un bonito fin de semana.
ResponderEliminarPilar, te agradezco que nos traigas de nuevo esta inolvidable historia del Hada de las hojas...Nos lleva directamente a los cuentos de hadas que leíamos de niñas, y nos hacemos mendigas con ella, recogiendo cada hoja y hablando con los árboles...Nos viene a recordar que, la naturaleza es mágica y nos entiende siempre, nos acompaña y nos impulsa a seguir viviendo con ilusión y armonía.
ResponderEliminarTe dejo mi abrazo y mi cariño, amiga.(ya voy saliendo a pasear, estoy mejor)
Feliz fin de semana.
Leer las historias que nos compartes es todo un placer, siempre, leyendote me siente transportada a mi niñez, y sí, por supuesto que la Naturaleza es única y mágica, y lo que es más, nosotros somos Naturaleza, es un lenguaje que entendemos a la perfección.
ResponderEliminarGracias por traernos esta historia de Dolores Espinosa.
Un fuerte abrazo Piruja.
Feliz finde.
Me encanta leerte Piruja, me encanta la hada de las hojas, y sentir el rujir de las hojas bajo sus pies hundidos en la tierra humeda. Que bonito!!!
ResponderEliminarUn besazo guapa!!!
Bella historia.
ResponderEliminarGracias!
Un abrazo!
Es una dulzura. Las mima y las anima a irse de vacaciones unos meses, para volver a nacer con alegría extra.
ResponderEliminarMuchos besitos.
Gracias por estas preciosas historias. Lindo leerte y disfrutar de ellas.
ResponderEliminarBesitos
Feliz domingo
Una leyenda muy bonita y triste,ya que la hada se quedo sin amor por la incomprensión de un mortal. A mi me encanta pisar las hojas en otoño, para mi es una sensación agradable.
ResponderEliminarBesos Piruja.
Me encantaría encontrármela una despejada noche de luna llena.
ResponderEliminarQué bonito es imaginar después de leer tus bonitas historias.
:)
Besos.
Mágica historia donde quedas atrapada esperando que triunfe el amor. Me gustaría encontrarme un día con la mendiga de las hojas... sé que siendo niña ella habitaba en mi pequeño mundo y hoy se ha perdido en un pliegue del tiempo.
ResponderEliminarCariños con un abrazo.
Ángeles
Preciosa historia aunque su final no ha sido muy feliz.Besicos
ResponderEliminarAY, qué penita me ha dado, por Dios. Tenía que haberse quedado en el reino de las hadas :(
ResponderEliminarEs un cuento precioso.
Besos.
Muy bonita historia. no me ha importado recordarla de nuevo.
ResponderEliminarBesos.
Que bonito...una historia preciosa aunque sea un poco triste el final.
ResponderEliminarUn placer leerte amiga .
Me gustan tus susurros!!
ResponderEliminarBesos
André
De nuevo, una vez más, logras que por momentos podamos trasladarnos a esos mundos mágicos y legendarios en los cuales maravillosos sueños se hacen realidad.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo amiga.
Me ha recordado esta leyenda a "La vieja sirena" de José Luis San Pedro. Esta se desarrolla en el mar y la tuya en tierra. Las dos son muy parecidas y las dos preciosas. Nos da a entender que todo lo que toca el hombre lo destroza.
ResponderEliminarMuy bonita Piruja.
Un beso
Me ha gustado mucho Piruja, no sé si este mundo de Hadas es ficción o realidad, pero el otro día escuche que habitan dentro de la tierra. Un fuerte abrazo y buen fin de semana. @Pepe_Lasala
ResponderEliminarEnamorarse jamás será un error. Buen finde Piruja. Un abrazoooo.
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