sábado, 3 de marzo de 2018
La Rosa Blanca.
En un jardín de matorrales, entre hierbas y maleza, apareció como salida de la nada una rosa blanca. Era blanca como la nieve, sus pétalos parecían de terciopelo y el rocío de la mañana brillaba sobre sus hojas como cristales resplandecientes. Ella no podía verse, por eso no sabía lo bonita que era. Por ello pasó los pocos días que fue flor hasta que empezó a marchitarse sin saber que a su alrededor todos estaban pendientes de ella y de su perfección, su perfume, la suavidad de sus pétalos, su armonía. No se daba cuenta de que todo el que la veía tenia elogios hacia ella. Las malas hierbas que la envolvían estaban fascinadas con su belleza y vivían hechizadas por su aroma y elegancia.
Un día de mucho sol y calor, una muchacha paseaba por el jardín pensando cuántas cosas bonitas nos regala la madre tierra, cuando de pronto vio una rosa blanca en una parte olvidada del jardín, que empezaba a marchitarse.
–Hace días que no llueve, pensó – si se queda aquí mañana ya estará mustia. La llevaré a casa y la pondré en aquel jarrón tan bonito que me regalaron.
Y así lo hizo. Con todo su amor puso la rosa marchita en agua, en un lindo jarrón de cristal de colores, y lo acercó a la ventana.- La dejaré aquí, pensó –porque así le llegará la luz del sol. Lo que la joven no sabía es que su reflejo en la ventana mostraba a la rosa un retrato de ella misma que jamás había llegado a conocer.
-¿Esta soy yo? Pensó. Poco a poco sus hojas inclinadas hacia el suelo se fueron enderezando y miraban de nuevo hacia el sol y así, lentamente, fue recuperando su estilizada silueta. Cuando ya estuvo totalmente restablecida vio, mirándose al cristal, que era una hermosa flor, y pensó: ¡¡Vaya!! Hasta ahora no me he dado cuenta de quién era, ¿cómo he podido estar tan ciega?
La rosa descubrió que había pasado sus días sin apreciar su belleza. Sin mirarse bien a sí misma para saber quién era en realidad. Si quieres saber quién eres de verdad, olvida lo que ves a tu alrededor y mira siempre en tu corazón.
Autor: Rosa María Roé
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Precioso cuento el que encierra una gran verdad, contado con dulzura y armonía, me ha encantado Piruja.
ResponderEliminarUn buen fin de semana para ti con un abrazo.
Bonito relato en especial el final.Besicos
ResponderEliminarUna bella historia para encontrar lo realmente importante de nosotros mismos 😘
ResponderEliminarHoy, del relato de la rosa se desprende una bonita moraleja.
ResponderEliminarY yo comparo a la rosa contigo, seguramente no sepas aún el potencial de belleza que encierra tu corazón, lo más importante en esta vida es tratar de conocernos, de tener confianza en nosotros mismos y de echar a la espalda todo aquello que entorpece nuestro camino.
Lo cierto es que te he echado en falta y tampoco te veía haciendo comentarios a amigos comunes, no te desilusiones, el mundo virtual es un poco difícil de entender, unas veces recibimos continuas atenciones, son esos amigos que siempre están los primeros, que dejan palabras de apoyo que estimulan a seguir, luego, sin más explicación, un día desaparecen y, por más preguntas que nos hagamos, no llegamos a comprender el verdadero motivo de su comportamiento.
Yo suelo contestar a todos los comentarios que me dejan, mi intención es corresponder y agradecer el tiempo que me dedican, pero tú sabes que eso lleva horas de dedicación y no siempre disponemos de ellas.
Cuando tengo algo más de tiempo libre, soy yo la que suelo visitar a antiguos seguidores que sigo sin saber nada de ellos, ocurre, a veces, que continúan mudos y es entonces cuando entiendes que han tomado otros caminos y el que nosotros vamos sembrando ya no les interesa.
Te podría contar cosas de mi experiencia, pero tú también tendrás la tuya y seguro que son tan similares, que nos parecerían repetidas.
Ánimo, mi niña, no pierdas nunca la ilusión, somos como somos, el que quiera que nos siga y el que no, él se lo pierde.
Te dejo cariños en un fuerte abrazo.
Kasioles
MERCE CAEDONA. Dice he pasado por tu casa y la verdad he quedado prndada de tu bello escrito. te seguire. Besos
ResponderEliminarQue bonita la historia de la rosa
ResponderEliminarun abrazo
Un relato precioso!! Me ha encantado!! Precioso!!
ResponderEliminarBesicos!
Qué preciosidad... y que gran verdad la moraleja...
ResponderEliminarMe ha encantado!
Un beso muy grande.
Una historia muy dulce y bonita.
ResponderEliminarY a tener en cuenta la gran reflexión que conlleva.
Un besito. Feliz semana,
Hola Piruja, de casualidad he descubierto que habías cambiado de blog, así que, ya me tienes de seguidora. Muy bonita la leyenda de la rosa ya también es para reflexionar.
ResponderEliminarBesos de Espíritu sin Nombre.
Muy bonita, me ha gustado mucho. Muchos besos.
ResponderEliminarSon preciosas tus leyendas pero más son las fotografías que pones, que la verdad, no se donde las puedes encontrar. ¿Acaso, haciendo honor a tu nombre, "Piruja" la bruja, tienes poderes?
ResponderEliminarUn besazo guapa.
Gracias.
ResponderEliminarTe entiendo perfectamente, tendremos que poner una especie de coraza en nuestro corazón para protegerlo y así evitar que nos duelan ciertas cosas.
En esta vida hay que evitar ser sensibles, nos matarán a palos como no espabilemos, y no te rías, hay algo de razón.
Te dejo cariños en abrazos.
kasioles
¡Hola Piruja!
ResponderEliminarLa belleza de nuestro interior, suele ser mucho mas intensa y duradera.Esa belleza es la que nos puede abrir las puertas de: la felicidad, la paz, la alegria y de la mejor manera de disfrutar de la belleza de la vida.
Muy bonita tu historia y con una reflexion muy profunda.
Te dejo un beso.
Esta es mi rosa favorita, para mi la más preciosa.
ResponderEliminarMil gracias por tus felicitaciones y un abrazo fuertoteeeee.
Hola Piruja, este cuento es precioso y encierra una verdad y una moraleja.
ResponderEliminarUn placer venir.
Que disfrutes el fin de semana.
Besos
precioso y una lección muy acertada, deberiamos de contempla nuestra belleza y dar lo mejor de si, un besazo
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