Este viejo roble, y era un roble muy viejo, se decía para sí:
-”Cómo envidio a las vacas del prado que pueden andar por todo el campo, y aquí estoy yo. Todo alrededor de mí es tan hermoso y maravilloso, los rayos del sol y la brisa y la lluvia… Y sin embargo estoy enraizado en este lugar.”
Y años más tarde, el hombre descubrió que en las flores del roble albar había un gran poder, el poder de curar a mucha gente enferma, y de éste modo recolectó las flores del roble y las convirtió en medicina. Y muchísimas personas fueron curadas y volvieron a sentirse bien.
Algún tiempo después de ésto, en una calurosa tarde de verano, el hombre estaba reclinado al borde de un campo de trigo, muy próximo al sueño, y escuchó a un árbol pensar, y algunas personas pueden oír el pensamiento de los árboles. Y el árbol hablaba consigo mismo muy sosegadamente y decía:-”Ya no envidio a las vacas que andan por los prados, ahora puedo ir a los cuatro puntos cardinales y curar a los enfermos.”
Y el hombre miró hacia arriba y descubrió que era un roble albar el que estaba pensando.
Autor: Desconocido.
Una buena leyenda, nunca se ha de envidiar a nadie, porque cada uno de nosotros cumplimos un cometido en este mundo, al igual que cada planta o animal en definitiva cada cosa viva que hay en la tierra forma parte de una algo y si encima sirve para curar a los demás que envidia puede tener de los demás. Un besazo y muy feliz fin de semana.
ResponderEliminarUna bonita enseñanza deja esta hermosa leyenda. Cada cual hace su función, unos más importantes que otros, pero todo aprovechable.
ResponderEliminarMe encantó.
Un abrazo Piruja y buen fin de semana.
Hermosa leyendo donde aprendemos sabiduría, ella está en todas partes, hasta en lo más primitivo.
ResponderEliminarGran leyenda Piruja.
Un abrazo y feliz fin de semana
Me ha encantado Piruja. Besos.
ResponderEliminarHermosa leyenda. Todos debemos de aceptar el rol que nos ha tocado en la vida.Besicos
ResponderEliminarQué bonita historia. Un beso
ResponderEliminarTodo tiene su fruto y su premio por la labor realizada. El roble albar fue constante, agradecido y generoso por la vida que le tocó vivir y pudo ver cómo sus flores recorrían el mundo curando a la gente...Muy bello e inspirador, Pilar.
ResponderEliminarTe dejo mi abrazo y mi cariño por tu cercanía y buenas historias.
Feliz fin de semana y espero que todo vaya bien, amiga.
Me encanto, que hermosa leyenda que no conocia. Saludos amiga.
ResponderEliminarUna historia preciosa y encantadora.
ResponderEliminarMil besos.
Un árbol satisfecho con su influencia curativa por todas partes a través de sus flores.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bonita leyenda. Y es que el que no ve las cosas positivas, es porque no las busca.
ResponderEliminarBesos.
Muy hermosa leyenda Piruja.
ResponderEliminarBesos.
Desde luego Piruja nos traes unas leyendas a cada cual más bonita. Gracias. Yo también pienso que los árboles nos hablan en su lenguaje y los entendemos si los escuchamos.
ResponderEliminarUn beso.
Una bonita leyenda la de que nos ofreces Pili, los árboles como seres vivos a su manera piensan y observan lo que les rodea, difícil tarea saber lo que piensan, pero si los observamos a lo mejor podemos imaginar sus pensamientos.
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por compartir esta leyenda
Puri