sábado, 28 de septiembre de 2024

La Ventana y el Espejo.

Un joven muy rico fue a ver a un rabino y le pidió consejo para orientar su vida. Este lo condujo hacia la ventana y le preguntó:

- ¿Qué ves a través de los vidrios?

- Veo hombres que van y vienen y un ciego que pide limosna en la calle.

Entonces el rabino le mostró un gran espejo y nuevamente lo interrogó:

- Mira este espejo y dime ahora qué ves.

- Me veo a mí mismo.

- ¡Y ya no ves a los otros!

Repara en que la ventana y el espejo están hechos ambos de la misma materia prima, el vidrio. Pero en el espejo, porque tiene una fina lámina de plata pegada al vidrio, no ves más que tu persona. Debes compararte con estas dos especies de vidrio.

Pobre, veías a los otros y sentías compasión por ellos. Cubierto de plata -rico-, apenas te ves a ti mismo.

Sólo valdrás algo cuando tengas el coraje de arrancar el revestimiento de plata que te cubre los ojos y puedas nuevamente ver y amar a los demás.


Autor: Paulo Coelho.



sábado, 21 de septiembre de 2024

Leyenda de la Princesa de las Nubes.

Nacido en buena familia, Daye era un niño guapo y muy inteligente. Cuando tenía diecisiete años se convirtió en el joven más solicitado de su pueblo. Venían los casamenteros casi todos los días para recomendarle chicas guapas de buena familia. Pero sus padres los rechazaron tajantemente, porque el padre de Daye había tenido un sueño, en el que un viejo inmortal le anunció que su hijo tenía que casarse con la Princesa de las Nubes. Pasaron dos años, al ver que no venía la anunciada novia de su hijo, los padres se ponían cada vez más nerviosos, porque ningún casamentero volvió a pisar su casa. Se arrepintieron de no haber escogido una chica de buena familia para su hijo.

Un día, cuando Daye estaba leyendo en su estudio, súbitamente una agradable fragancia le llamó la atención. Levantó la cabeza y vio a una joven bellísima entrando por su puerta. Varias criadas vestidas con fina seda y de buen porte le seguían el paso. Enseguida, su estudio se perfumó de un aroma embriagador y se iluminó con la extraordinaria presencia femenina.

El joven quedó totalmente sorprendido de la extraordinaria aparición de la bellísima y elegante dama en su casa. Se puso sonrojado y un poco cohibido, pero acertó a decir algo que podía encajar en esa situación:

—¡Dichosos ojos que ven la hermosura que ennoblece mi casa! La bella visitante sonrió dulcemente, tapándose los dientes de perlas con la larga manga de seda. En eso, una de las criadas dijo:

—La dama es la Princesa de las Nubes. Venimos de la Residencia Celestial.

Daye se quedó casi anonadado con la súbita aparición de la Princesa tan largamente esperada. Hechizado por la belleza de la lindísima mujer, se quedó en el acto enamorado. Pero la emoción le robó las palabras. Por rubor, la joven tampoco encontraba de momento tema de conversación. Los dos se quedaron durante un buen rato, que se interrumpió afortunadamente con la intervención de una criada inteligente, quien puso entre los dos un tablero de damas chinas.

Nunca antes Daye había perdido una partida en el pueblo, pero hoy no podía ganar de ninguna manera a la Princesa de las Nubes. Antes de despedirse, la bella mujer le dejó mil monedas de oro para que construyera una casa, y quedaron en verse cuando estuviese concluida la obra. La Princesa se fue, dejando en el joven enamorado una viva añoranza.

Antes de que pasaran dos meses, la nueva casa quedó construida y amueblada. Esa misma noche se presentó misteriosamente la princesa. El joven le pidió la mano, pero la princesa le dijo:

—Si nos casamos, podemos vivir juntos sólo seis años. En cambio, podemos ser amigos durante treinta años. Tienes que elegir.

—Vamos a casarnos primero dijo Daye—, luego veremos lo que se puede hacer después.

Esa misma noche se casaron. Vivieron seis años juntos impregnados de felicidad. Tuvieron un hijo y una hija. Parecía que iban a vivir toda la vida felices, hasta el punto que Daye perdió la noción del tiempo y olvidó la separación anunciada. Un buen día desapareció misteriosamente la Princesa de las Nubes. Daye se acordó repentinamente de que ese día se cumplía el sexto aniversario de su matrimonio y comprendió que toda opción inevitablemente comporta una renuncia.



Autor: Desconocido.


sábado, 14 de septiembre de 2024

La leyenda de Sakura

La leyenda de Sakura se inició en el antiguo Japón. Los señores feudales libraban batallas en las que morían muchos guerreros, llenando a todo el país de tristeza.

Sin embargo, había un hermoso bosque que la guerra no había podido alcanzar. Estaba lleno de árboles frondosos. En ese bosque había, sin embargo, un árbol que nunca florecía. Estaba lleno de vida pero en sus ramas nunca aparecían las flores.

A este particular árbol, los animales no se le acercaban por miedo. La hierba tampoco crecía a su alrededor. Según la leyenda, un hada de los bosques se conmovió al ver a aquel árbol que parecía viejo.

Una noche el hada apareció junto al árbol y con nobles palabras le hizo saber que quería verlo frondoso. Le hizo una propuesta. Ella, con su poder, haría un hechizo que duraría 20 años. Durante ese tiempo, el árbol podría sentir lo que siente el corazón humano.

Gracias al hechizo podría convertirse tanto en planta como en ser humano, indistintamente, cuando así lo deseara. Sin embargo, si al cabo de los 20 años no lograba recuperar su vitalidad y brillo, moriría inmediatamente.

El árbol probó quedarse un largo tiempo como hombre, para ver si las emociones humanas le ayudaban en su propósito de florecer. Sin embargo, a pesar de buscar a su alrededor, solo veía odio y guerra. Entonces, prefería ser árbol.

El tiempo pasó, el árbol seguía como siempre y no encontraba entre los humanos nada que lo librara de su estado. Sin embargo, una tarde que se convirtió en humano, caminó hasta un arroyo cristalino y allí vio a una hermosa joven. Era Sakura. Impresionado por su belleza, se acercó a ella.

Sakura fue muy amable con él. Para corresponderle, él le ayudó a cargar el agua hasta su casa, que quedaba cerca. Conversaron con tristeza del estado de guerra en el que se encontraba el Japón y con ilusión de sus sueños.

Cuando Sakura le preguntó su nombre, al árbol solo se le ocurrió decirle “Yohiro”, que significa “esperanza”. Se hicieron muy amigos. Todos los días se encontraban para conversar, para cantar y para leer poemas y libros de maravillosas historias.

Un día Yohiro le confesó su amor a Sakura. También le confesó quién era en realidad: un árbol atormentado, que ya pronto iba a morir porque no había logrado florecer. Sakura quedó muy impresionada y guardó silencio. El plazo de los 20 años estaba por cumplirse. Yohiro, que volvió a tomar la forma de árbol, se sentía más triste cada vez.

Una tarde, Sakura llegó a su lado. Lo abrazó y le dijo que ella lo amaba también. Entonces, el hada apareció de nuevo y le pidió a Sakura que eligiera si quería seguir siendo humana, o fundirse con Yohiro en forma de árbol.

Ella miró a su alrededor y recordó los campos desolados por la guerra. Eligió fundirse para siempre con Yohiro. Se convirtieron en uno solo. El árbol entonces, floreció.

La palabra Sakura significaba “Flor de cerezo”, pero el árbol no lo sabía. Desde entonces, el amor de ambos perfuma los campos del Japón.


Autor: Desconocido.



sábado, 7 de septiembre de 2024

El Sol y la Noche.

Hacia ya muchos años que el Sol besaba a la Montaña, con su resplandor la acariciaba de la cúspide a la falda, marrón, amarilla o negra en sus extensas laderas, ella siempre daba hijos verdes, ornamentales o de suaves frutos.

El Sol enamorado le trajo un día a Arco Iris y abrillanto el espacio infinito de azul, con jirones de nubes hizo un collar muy blanco que ella movió coqueta alrededor de su garganta de piedra, claro y diáfano duraba el día para siempre.

En cierta ocasión, Sol se vio obligado a separarse de Montaña, fue cuando descubrió en un acantilado una caverna cubierta de espesa vegetación  helechos gigantes, hiedras y enredaderas formaban una tupida puerta que ni el mas valiente rayo podía traspasar, Sol empezó a preocuparse, el era el centro del universo, no podía permitir que una simple cueva escapara de su luz, radiante y esplendoroso reunió toda la energía de su potente luz, primero envió Rayos Tibios de la Alborada, agilmente lucharon contra el Rocio y la Escarcha hasta evaporarlos en un débil rastro de humo gris, la cueva permaneció cerrada y sin luz.

Después llegaron raudos Rayos de Media Mañana, lucharon con todo su calor, pero no pudieron pasar de las enredaderas, finalmente descendieron Rayos de Pleno Mediodía, ardientes  y verticales, quemaron piedras y marchitaron hiedras, pero la cueva se mantuvo cerrada y sin luz. Sol, desaforado llamo a su hermano Viento, este rompió el collar de nubes de la hermosa Montaña, asi desato a Lluvia, agua precipitada que suelta y juguetona dio muchísimas vueltas antes de regresar a su mullida casa de algodón. Por horas, Viento y Lluvia azotaron a Montaña.

Quebraron cedros, robles, ébanos y caobos, sin contar limoncillos, aguacates y un manaclar sin dueño, los pinos destrozados cubrieron grandes zonas, pero la cueva permaneció cerrada y sin luz, cuando Viento y Lluvia se marcharon vencidos, hilos de plata descendieron incontenibles, Montaña lloraba sus arboles caídos. Tras el susurro de riachuelos, una mujer de sombras con piel hecha de sueños y pies trasparentes, con larga cabellera a modo de manto sobre su cuerpo desnudo, salio de la caverna, un grito agudo como de ave triunfante salio de su garganta, Calor, Lluvia y Viento había vencido, ¿ donde estaba ese Sol arrogante ?.

Sol regreso en ese mismo instante, clavo en la extraña sus pupilas de fuego, sin poder soportarlo, ella corrio a ocultarse, pero sus pies de agua se le enredaron entre las raices brotadas, un grito de dolor se escucho en el silencio y Viento lo bautizo como "Jupido"

Cubrio sus pies distintos con su enorme melena, perdida, elevo altiva su mirada de orgullo, desafiante clavo en el astro sus pupilas de abismo, valiente Sol enfrento aquella ira por el desconocida, pero lanzas de hielo penetraron en su cuerpo candentes y enigmas y misterios, preguntas sin respuestas hirieron brutalmente su cuerpo hecho de luz, fue en ese momento que escaparon unidos los colores de la vida, azul, rojo, amarillo...., dejaron el espacio a uno solo mas fuerte que creció incontenible amenazando a Sol, entonces Montaña se removió temblando desde la tierra llana retorciendo su cumbre, todos sus hijos verdes se estremecieron juntos y desencadenaron un poderoso alud, entre lluvia de piedras y sacrificio de arboles Sol se recupero.

Cegada para siempre, Ciguapa se tambaleaba, sus pies le negaban equilibrio, y ahora que no podía darle a nadie la espalda, si entraba o salia del refugio de piedra fue de vida o de muerte..., cayo precipitada y su larga melena brillante de betún iba cubriendo todo con su oscuro misterio, los arboles, las peñas, los ríos, valles, pueblos y riscos..., La Noche había nacido para oponerse al Sol.

Desde entonces, la claridad termina después de doce horas de cálido esplendor, el Sol besa a la Montaña, la rodea de Arcos Iris, de un infinito azul, después se va prudente dando paso a la Noche que oscura y silenciosa hace brillar Estrellas en su enorme melena de apagado carbón....

A veces, en Luna Llena, Montaña se apiada de Noche Serena, la deja entrar con la tristeza prendida en su melena...., dicen que va derecha hasta el charco de plata que hay en su antigua cueva y con polvo de estrellas se lava los pies.


Autor: Desconocido.