sábado, 17 de julio de 2021

La Rosa Blanca.

En un jardín de matorrales, entre hierbas y maleza, apareció como salida de la nada una rosa blanca. Era blanca como la nieve, sus pétalos parecían de terciopelo y el rocío de la mañana brillaba sobre sus hojas como cristales resplandecientes. Ella no podía verse, por eso no sabía lo bonita que era. Por ello pasó los pocos días que fue flor hasta que empezó a marchitarse sin saber que a su alrededor todos estaban pendientes de ella y de su perfección, su perfume, la suavidad de sus pétalos, su armonía. No se daba cuenta de que todo el que la veía tenia elogios hacia ella. Las malas hierbas que la envolvían estaban fascinadas con su belleza y vivían hechizadas por su aroma y elegancia.

Un día de mucho sol y calor, una muchacha paseaba por el jardín pensando cuántas cosas bonitas nos regala la madre tierra, cuando de pronto vio una rosa blanca en una parte olvidada del jardín, que empezaba a marchitarse.

–Hace días que no llueve, pensó – si se queda aquí mañana ya estará mustia. La llevaré a casa y la pondré en aquel jarrón tan bonito que me regalaron.

Y así lo hizo. Con todo su amor puso la rosa marchita en agua, en un lindo jarrón de cristal de colores, y lo acercó a la ventana.- La dejaré aquí, pensó –porque así le llegará la luz del sol. Lo que la joven no sabía es que su reflejo en la ventana mostraba a la rosa un retrato de ella misma que jamás había llegado a conocer.

-¿Esta soy yo? Pensó. Poco a poco sus hojas inclinadas hacia el suelo se fueron enderezando y miraban de nuevo hacia el sol y así, lentamente, fue recuperando su estilizada silueta. Cuando ya estuvo totalmente restablecida vio, mirándose al cristal, que era una hermosa flor, y pensó: ¡¡Vaya!! Hasta ahora no me he dado cuenta de quién era, ¿cómo he podido estar tan ciega?

La rosa descubrió que había pasado sus días sin apreciar su belleza. Sin mirarse bien a sí misma para saber quién era en realidad. Si quieres saber quién eres de verdad, olvida lo que ves a tu alrededor y mira siempre en tu corazón.


Autor: Rosa María Roé

17 comentarios:

  1. Bonita leyenda con una hermosa moraleja.
    Uno se olvida del interior por estar pendiente del exterior, que es lo que llena los ojos pero no el corazón.
    Un abrazo Pi, y buen fin de semana.

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  2. Siempre nos deja esa moralejas que son para enmarcar . La vida no solo el exterior de la personas sino más importante lo que tiene debajo de esas ropas . Un besote grande.

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  3. Bonita historia, con moraleja y final feliz.
    Besos

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  4. Preciosa historia y con una estupenda moraleja.Besicos

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  5. muy linda historia
    muy cierto el mensaje al final
    abrazos!

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  6. Hola piruja, muy Bonita historia. Y un buen final.
    Buen día.
    Un abrazo

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  7. Muy bonita Piruja. Feliz domingo.

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  8. Una gran historia con moraleja. Gracias, me encantó.

    Un beso.

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  9. Una bella historia. Lo principal es conocer el interior de uno mismo, para poder dar lo mejor a los demás.
    Besos amiga.

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  10. Bella historia amiga, y otra que no conocía. Saludos y abrazo a la distancia.

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  11. Maravillosa moraleja.
    Linda historia.
    Un beso.

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  12. Pilar, buena historia para subir la autoestima y valorar la belleza del alma...Todos somos naturaleza, vivimos pendientes de todo lo externo, olvidando el interior, que requiere reflexión, alimento y buenos pensamientos. En estos tiempos de pandemia hemos tratado de cuidarnos, valorar la vida y cuidar la mente y el espíritu.
    Mi felicitación y mi abrazo entrañable por tu buen hacer, amiga.
    Feliz semana y cuídate mucho.

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  13. Tus historias amiga Piruja dan siempre que pensar. Desde este momento voy a estrujar mi corazón a ver si me encuentro.
    Como siempre, bonita y digna de ser leída.
    Procura pasar poco calor, yo tambien lo hago.
    Un fuerte abrazo y un beso

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  14. Me ha encantado esta historia porque valora lo esencial, mirar dentro de nuestros corazones.
    Mil besos.

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