sábado, 21 de agosto de 2021

Leyenda del Arpa Misteriosa.

Dice la leyenda que en un palacio, el administrador encontró un día un documento en el que se decía que en el desván del edificio existía un arpa misteriosa y todos los que la escuchaban entraban en éxtasis. Esto le llamó tanto la atención que  subió al desván  del enorme palacio y buscando y rebuscando encontró un arpa allá en un rincón.

Orgulloso de su hallazgo se presentó ante el rey con el documento y el arpa y le explicó todo lo que había averiguado. El rey no creía mucho todo lo que le estaba contando su administrador pero, como había puesto tanto empeño, le dijo:

- “Muy bien, veamos, organiza un concierto”.

El administrador buscó el mejor músico del reino y organizó un concierto. El auditorio se llenó de gente y cuando el músico comenzó a tocar el instrumento …  ¡nadie entró en éxtasis!.

¡Qué gran frustración! pero, a pesar de ello, nuestro administrador, que estaba convencido de lo que había leído, no se dio por vencido y volvió a insistir al rey, que volvió a darle una oportunidad, que volvió a resultar fallida. Seguía nuestro administrador sin darse por vencido y preguntando e indagando cómo podría hacerse realidad el documento encontrado.

Un día, hablando con un vecino de la comarca, volvió a preguntar si conocía a alguien capaz de tocar el arpa. El vecino le  dijo que, en la montaña, había un ermitaño que podría ser su hombre.

Nuestro administrador, incansable, le comunicó al rey lo que había averiguado  y éste, resistiéndose mucho, le autorizó a organizar otro concierto.

-  ¡Nunca bajaba a la ciudad pero … era una invitación real! así que, accedió.

Organizado el concierto, el auditorio se volvió a llenar de la gente más importante del lugar, ataviada de sus mejores galas.

El ermitaño llegó de forma natural, tal cual vestía en la montaña, y se sentó junto al instrumento en silencio, entonces empezó a tocar el  arpa y, según iba saliendo la melodía de su cuerdas, el auditorio fue quedándose extasiado.

Al terminar el concierto, todos preguntaban a nuestro ermitaño:

- Pero… ¿cómo lo has conseguido? ¡otros grandes músicos antes lo habían intentado y no lo hicieron!

El sencillo ermitaño sólo podía dar una respuesta:

- ¡Sólo la dejé sonar!

Dejarle que suene.

Dejad que vuestro corazón suene.


Autor: Desconocido.



14 comentarios:

  1. Muy bonita leyenda y mejor la moraleja.Besicos

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  2. Dejar que cualquier cosa se exprese por ella misma.
    Buena moraleja.

    Besos.

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  3. Permitir su natural expresión fue mágico.
    Un fuerte abrazo.

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  4. Suerte que cayó en tan buenas manos, si hu8biesen sido las mías...seguro que ni suena.
    Como siembre muy bonita leyensa.
    Un beso guapetona

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  5. Buena moraleja amiga. Una leyenda que me gusta mucho. Saludos.

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  6. Hola Piruja, que bonito relato. Que importante es dejar que suenen las cosas y saber escucharlas.
    Buen día, y buena semana.
    Un abrazo

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  7. Me gustan mucho las leyendas, pero esta de hoy, me ha encantado sobre todo por la moraleja final del ermitaño.
    Un abrazo, Piruja.

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  8. Maravillosa esta leyenda. Y una linda moraleja.
    Besos.

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  9. Curiosa leyenda, que no conocía. Me ha encantado la moraleja.
    Besos

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  10. Que gran verdad. Dejar que suene nuestro corazón es lo más importante. Precioso cuento amiga. Abrazos

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  11. Siempre bonitas las leyendas. Abrazos.

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  12. Las leyendas siempre comparten un aprendizaje glorioso, es una gran moraleja.
    Te mando un abrazo amiga, se muy feliz

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  13. Cuando se pone el corazón en lo que se hace logramos la magia del sentimiento y llega directamente al corazón de los demás. Muy bueno, Pilar. Creo recordar esta leyenda.
    Mi gratitud y mi abrazo entrañable por tu buen hacer y constancia, amiga.

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