martes, 28 de julio de 2015
El artesano de las Nubes.
Cielo era un pueblo de montaña en el que vivían mas de cuatro mil personas, eso sin contar a los turistas que se acercaban hasta allí para poder contemplar los espectaculares amaneceres y las increíbles puestas de Sol que desde aquel lugar privilegiado se podían apreciar. Era todo un lujo para la vista contemplar aquellos acontecimientos únicos y diarios en los que la madre naturaleza empleaba las distintas gamas de colores como nadie.
Oto era uno de los habitantes de Cielo. Después de pasarse mas de la mitad del día estudiando, ayudaba a su padre, siempre había algo que hacer, que si sembrar la tierra, que si cultivarla, que si poner comida a los animales, que si limpiar, que si ordeñar, que si....
Un día el padre de Oto lo vio tan cansado que le dio el día libre. Oto se alejo del pueblo, no paro de andar y de andar hasta que para su sorpresa se encontró casi en lo alto de la montaña mas cercana a la que el habitaba.
- Por lo poco que me queda, subiré hasta la cima, se dijo, y continuo andando y andando hasta que se sintió justo debajo de un grupo de nubes. Sin darse cuenta de lo que hacia, levanto sus brazos para seguidamente con sus manos empezar a dar forma a una nube que cuando se alejo de el, su semblanza con un caballo era admirable.
Satisfecho con el resultado sus manos después trabajan en un muñeco de nieve, mas tarde en un coche y luego...Se le paso el tiempo volando y a pesar de bajar la montaña corriendo, llego muy tarde a su casa.
Al día siguiente, y para su sorpresa, todo el mundo hablaba de los preciosos dibujos de nubes que se pudieron ver en el cielo de Cielo el día anterior.
- Te lo has perdido -hubo quien le dijo-, te los has perdido y una cosa así solo ocurre una vez en la vida, Oto estaba desorientado, las nubes habían pasado sobre su pueblo tal como el las había "trabajado", pero nada dijo.
Habían pasado tres meses desde el día de las nubes cuando su padre le volvió a dar un día libre. Se preparo mejor que la vez anterior y sin pensárselo mucho se encamino a la montaña desde la que tres meses atrás moldeara nubes a su antojo.
Esta vez se esforzó mas que la anterior, las nubes que pasaban por sus manos se trasformaban en pájaro, en faro, en barco....Ese día a la hora de regresar a su casa aun corrió mas que la anterior pero volvió a llegar muy tarde a su casa.
Al día siguiente, y sin que a el le sorprendiese esta vez, todos hablaban de las formas de las nubes que habían cruzado el cielo de su pueblo.
- Ja, ja, ja, eres gafe, te lo has vuelto a perder, ni imaginarte puedes las bonitas formas de las nubes que pasaron ayer sobre Cielo.-Oto no dijo nada, pero se sintió muy orgulloso de ello.
Cuando al cabo de cuatro meses su padre le volvió a dar el día libre, Oto ya tenia pensado que hacer, se marcho varias montañas mas allá para dar nuevas formas a las nubes, cuando termino, al haberse desplazado con coche llego antes de que las nubes hiciesen su aparición sobre Cielo, que bonitas se veían desde su pueblo, era un doble espectáculo, por un lado poder ver las nubes, y por otro, ver lo ilusionada que la gente miraba al cielo.
En ese momento Oto oyó que la chica mas deseada del pueblo, Clara, entre suspiros le decía a su mejor amiga: si alguien superase tanta belleza sin duda seria mi príncipe azul. Poco después la puesta de sol se sumo a la fiesta y fue la guinda que corono aquel día en la memoria de Oto.
Tres meses después de lo sucedido el padre de Oto le concedió otro día libre, el joven soñaba con ser el príncipe azul de Clara, y llevaba todo ese tiempo intentando pensar en como se podría superar la belleza de aquel día.
Volvió a alejarse varias montañas, para una vez en la cima poder dar forma a las nubes, pero no contaba que aquel día ellas estaban mas altas que la cima de esa montaña, se puso hasta de puntillas, pero sus dedos solo las podían rozar. Para desahogarse de su mala suerte empezó a componer un poema para Clara, pero lo suyo no era componer, ni cantar, ni recitar. Simplemente y después de fracasar con las composiciones, les abrió el corazón a las nubes y les contó de su amor por Clara.
Oto bajo la montaña muy despacio, estaba triste, pero se sentía liberado, al menos se había desahogado y sus sentimientos ya no le pesaban tanto como antes.
La sorpresa se la llevo al día siguiente, todo el que se cruzaba con el lo miraba de diferente forma que de costumbre, sospechaba que se había perdido algo hasta que tropezó con alguien que le pregunto:
-¿ Como lo hiciste ?, dime ¿ Como lo hiciste ?
-¿ Como hice que ?
- Lo de las nubes.
-¿ Quien te lo ha dicho ?- Pregunto Oto sorprendido.
-¿ Que quien me lo ha dicho ? Ja, ja, ja, tu mismo.
-¿ Yo ?, Eso no es verdad, no le he dicho nada a nadie.
- Entonces dime, ¿Como es que lo sabe todo el pueblo?
- No lo se. - Oto se sentía muy confundido.
- Lo que no entiendo es como se te ocurrió hablarles a las nubes, y mucho menos como has conseguido que ellas transmitiesen tu sentir.
-¿ Que ?
- Por cierto, Clara te anda buscando, y no me extraña después de esa "lluvia" de bonitas frases que cayeron desde el cielo.
Autor: SOL-O-LUNA
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No sé si eran nubes cotillas o cómplices.
ResponderEliminarUnas nubes muy especiales. Besicos.
ResponderEliminarQue historia tan bonita, quien pudiera modelar las nubes al igual que Oto.Besicos
ResponderEliminarNubes camaleón ocas.
ResponderEliminarUn abrazo.
El domador de nubes, otra preciosa leyenda que nos dejas.
ResponderEliminarMe marcho en mi nube a dar una vuelta por los cielos.
Besos.
Pilar, de nuevo nos haces pensar con tus historias...Oto era un gran soñador y se entregaba de lleno a su sueño de modelar las nubes...El no sabía, que las nubes tienen alma y vida propia y sabían dejar por doquier todo lo que él hacía y pensaba...Siempre han dicho, que cuando deseamos algo de verdad, el universo se confabula a nuestro favor para hacerlo realidad...Así que...cuidado con lo que deseamos porque se puede cumplir...(sonrío)
ResponderEliminarMi gratitud y mi abrazo de luz y azucenas frescas en estos días de calor, amiga.
M.Jesús
Algo me suena de este modelador de nubes blancas ,que coincide con tú fenomenal cuento .
ResponderEliminarSaludos
ejjeje algunos no saben como van a encontrar el amor de su vida. Aqui el amigo Oto lo encontró de una forma que a muchos nos gustaría llegar a la cima de una montaña y poder cincelar esas nubes y darles la forma que nos gustase más.
ResponderEliminarMe suena este cuento del otro blog, o no? jejeje ya sabes cabecita y yooooooo
Bueno pues nos vamos de vacas que ya va siendo hora. No te preocupes que no me olvido y seguramente volveré aunque necesito un periodo de descanso. Estaremos en contacto Vale?
muchos besotessssssssssssssssss para las dos
näkemiin
Una hermosa historia.
ResponderEliminarGracias por tus reflexivas y preciosas leyendas.
Besitos
Muy bonito. Me ha encantado lo de "eres gafe", ja ja ja, a mi me lo dicen mucho. Un abrazoooo.
ResponderEliminarHola Piruja,vaya cosa bonita que has dejado hoy aquí para todos nosotros,eh.Aunque creo haberla leído en otro sitio aunque no me acuerdo donde:)
ResponderEliminarBesos y más besos!!
Hola Piru, buenas noches,
ResponderEliminarque linda historia =)
la fantasía a merced de Oto =)
Deseo cumplido!
Que tengas un maravilloso fin de semana
un beso grande
Gracias Piruja por esta hermosa historia!!
ResponderEliminarUn besito grande....feliz fin de semana...
Espectacular, Besos.
ResponderEliminarUn cuento preciosísimo. Tiene una dosis de fantasía y poesía que conmueve.
ResponderEliminarA veces sí pienso que alguien se divierte dándole forma a las nubes... por las bellezas efímeras que se aparecen de tarde en tarde...¿un silfo, o un poeta? ;)
Gracias por estas fantásticas entradas.
Un beso bien grande :)
Pues sí que son bonitas tus palabras de hoy, y es que a veces soñamos con nubes maravillosas, poder hacer figuras con ellas fue un sueño maravilloso. Cuando regresen mis nietos de jugar les contare tu historia, seguro que les encanta. Un beso.
ResponderEliminarJo, Piruja, que me emociono con tus relatos.
ResponderEliminarComo dice Lola, se lo contare a mis nietos,
FELIZ SEMANA. UN ABRAZO
Que BONITO
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